PEÑÍSCOLA
A esta localidad costera de Castellón se va a disfrutar de la playa y del mar, aunque una vez en él, lo que apetece es recorrer su ciudadela medieval esparcida entre las peñas de un islote, y coronar su fortaleza, cuya historia está íntimamente ligada al Papa Luna. Como todavía hay que esperar para poder cruzar alguno de los portales de su muralla y pasear por las estrechas y serpenteantes calles del casco antiguo que ascienden hasta lo alto, entre casonas señoriales, plazoletas perfumadas y el gran templo de Santa María, nos quedamos con la espectacular vista del conjunto desde un dron.
SERRANÍA DE CUENCA
Si en la ciudad de Cuenca cogiéramos la carretera CM-2105 que va remontando el Júcar, en el kilómetro 23 llegaríamos a este legendario lugar de la serranía conquense enclavado en una impresionante hoz que es el Ventano del Diablo. Si espectacular es ver desde esta especie de cueva horadada en la roca cómo el río se abre paso por una angosta garganta, mucho más contemplar la panorámica aérea. Cinco kilómetros más allá queda la Ciudad Encantada.
MADRID
Madrid, excepto en estos momentos que vivimos, es la ciudad que nunca duerme, una urbe en constante movimiento. Sus céntricas calles siempre animadas y su amplia oferta cultural y de ocio invitan a vivir a ritmo desenfrenado. La vista desde cualquier de sus rooftop es única, pero ninguna como la que brinda un dron, que nos permite descubrir edificios con solera y rincones mágicos a vista de pájaro.
CADAQUÉS
Este pueblo de esencia pesquera es pura belleza mediterránea, con sus casitas blancas apiñadas en torno a la iglesia de Santa María, sus calles empedradas con piedras extraídas de la orilla del mar y modeladas por el vaivén de las olas, los vestigios de su muralla, su paseo marítimo al que se asoman edificios modernistas y el azul de las aguas que lo bañan. Salvador Dalí se enamoró de él y estableció en este enclave de la Costa Brava su residencia. Desde el cielo, es igual de delicioso.
CALAS DE MALLORCA
Escoger la cala más bonita de Mallorca es tarea casi imposible, porque ¡hay más de 260! cala Varques, en Manacor, con sus 60 metros de arena blanca y fina entre pinares y riberas rocosas, la de Formentor, rodeada de pinos, cala Santanyi, en la costa sureste, o cala Estellencs, con sus cuevas para explorar son algunas de las favoritas. El contraste entre sus aguas azul turquesa moteadas de blanco por los barcos que se posan en ellas y el verde de la espesa vegetación que las envuelve es una imagen que se disfruta más desde el aire.
MEZQUITA DE CÓRDOBA
La Mezquita es el alma y el sentido de la capital cordobesa. En ella reside su belleza y su historia. Desde las alturas se tiene una perspectiva inédita de las cubiertas del templo, del luminoso Patio de los Naranjos, de la ampliación de Almanzor, de la torre…, pero también del río Guadalquivir cruzado por el Puente Romano o las callejuelas y casas de la judería a su alrededor.
GRANADILLA
Antes de que se alzara la voz en defensa de los pueblos de la España vaciada, muchos de ellos hace tiempo que tuvieron que ser abandonados forzosamente, como Granadilla, en la provincia de Cáceres. Y es que la construcción del embalse Gabriel y Galán hizo que a mediados del siglo XX sus vecinos fueron obligados a abandonar sus casas. Pese a ser una ruina, la que fue una preciosa villa amurallada es un lugar todavía lleno de encanto para admirar tomando distancia.
ACUEDUCTO DE SEGOVIA
Quien visita Segovia no se resiste a hacerse un selfie ante el vecino más conocido de esta ciudad castellana, su acueducto. Mientras esperamos a que llegue el día de volver a retratarnos con él, nos quedamos con la perspectiva que nos regala el dron del monumento más señero de la ciudad desde las alturas.
RIBEIRA SACRA
Las orillas del Miño en el límite entre las provincias de Lugo y Ourense dibujan un paisaje espectacular se mire como se mire, pero especialmente, desde un dron. Y es que en este entorno de la Ribeira Sacra se juntan los bosques de robles más antiguos del planeta y los viñedos milenarios que pueblan sus laderas escalonadas. Por si fuera poco, también hay monasterios como el de Santo Estevo de Ribas de Sil –hoy parador– (en la imagen), una de las mayores concentraciones de templos románicos de toda Europa, miradores espectaculares, carreteras serpenteando por la ribera y barcos que recorren sus vías fluviales. Sin duda, es la Galicia más mágica e inédita.
SANTUARIO DEL FAR
A vista de dron, el emplazamiento de este santuario del siglo XI no puede ser más espectacular, situado como está en la punta de un gran risco de la comarca gerundense de La Selva, a 1112 metros de altura y con unas magníficas vistas sobre el pantano de Susqueda, Tavertet, las Guilleries y la sierra del Montseny. De ahí lo de su advocación a la Virgen del Faro. A sus pies, el pueblo de Sant Marti Sacalm.