El coronavirus nos tiene quietos en casa, pero lo que no consigue parar son nuestras ganas de viajar, de soñar con grandes destinos, con paisajes increíbles, aquellos a los que podemos seguir viajando, pero, por ahora, con nuestra imaginación.
LA ANTÁRTIDA
El cuarto continente más grande del mundo ofrece paisajes blancos de incalculable belleza. Viajar a la Antártida es viajar al fin del mundo, es visitar el lugar más frío, solitario, seco y ventoso, pero también uno de los más hermosos e increíbles. En su skyline no hay rascacielos, sino montañas que surgen directamente del mar. Avistar ballenas durante su migración, pingüinos –desde el pequeño Adelia, hasta el más grande del mundo, el Emperador–, visitar el museo Antártico, en el puerto Lockroy, recorrer sus heladas aguas en kayak o quedarse admirado con las laderas de nieve y ceniza de la isla Decepción son algunas de las experiencias con las que hoy soñar y mañana disfrutar.
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GLACIAR PERITO MORENO (ARGENTINA)
Hay lugares en el mundo que causan admiración y el glaciar Perito Moreno es uno de ellos. En el Parque Nacional de los Glaciares, esta enorme masa de hielo, que desgraciadamente se está viendo reducida por el cambio climático, mide unos 5 kilómetros y una altura de 70 metros por encima del nivel del lago Argentino, el mayor de los lagos de la Patagonia argentina. Como el glaciar nunca deja de avanzar, provoca, de vez en cuando, desprendimientos y ser testigos de este asombroso fenómeno es algo digno de ver.
CANAIMA (VENEZUELA)
El Parque Nacional de Canaima, declarado Patrimonio de la Humanidad, guarda en sus entrañas la cascada más alta del mundo: el salto del Ángel. Con casi un kilómetro de caída libre, sus aguas se derraman desde el Auyan Tepui, una de los cientos de abruptas mesetas de este espacio de la selva amazónica conocidas como tepuyes, provocando un estruendo estremecedor. La mejor panorámica se tiene a vista de pájaro, desde un helicóptero.
LOS COTSWOLDS
A dos horas de Londres, la región de los Cotswolds es el refugio rural más chic de las celebrities británicas y se extiende desde Bath a Stratford-upon-Avon. La ruta por este bucólico paisaje de colinas verdes repletas de ovejas y casitas de piedra caliza puede comenzar en Cheltenham, una ciudad-balneario que lleva más de 300 años siendo el destino relax de la clase alta inglesa. Y continuar en Bibury, con sus casas de empinados tejados, Bourton-on-the-water, con sus puentes de madera que atraviesan el río Windrush, y hasta seguir los pasos de Harry Potter hasta Gloucester.
ISLAS COOK
Iluminadas por la luz del cielo austral, las 15 islas que forman este archipiélago perdido en el Pacífico Sur –entre Hawái y Nueva Zelanda– son puro paraíso. Arena blanca, aguas cristalinas, palmeras y un clima tropical hacen de ellas un destino para soñar. Rarotonga, con su abrupta cadena de pequeñas montañas cubiertas de tapiz selvático, es la capital del país y un imprescindible, como también el atolón de Aitutaki, que cuenta con una de las playas más bonitas del mundo, la de Tapuaetai.
CEREZOS EN KIOTO
El hanami, el espectáculo primaveral de los cerezos en flor en Kioto es famoso en el mundo entero. Pero esta hipnótica explosión de colores también se vive en la ciudad en otro momento, durante el otoño, cuando sus hojas cambian de tonalidad al rojo. Entre los mejores lugares para contemplarlo: el conocido como Camino de la Filosofía –senda entre los templos de Ginkaku-Ji y Nanzenji–, los alrededores de los templos de Kiyomizu-Dera y Toji o el Parque Maruyama-Koen.
LAGO MORAINE (CANADÁ)
Entre montañas de roca gris con cúspides nevadas y bosques de coníferas brilla, con sus aguas azul turquesa, el lago Moraine, uno de los más bellos del mundo. La mejor forma de disfrutar de este paisaje que forma parte del Parque Nacional de Banff (Alberta), el más antiguo de Canadá, es recorrerlo en kayak con sol e, incluso, con niebla, cuando crea una estampa aún más mágica. A su alrededor, las montañas del valle de los Diez Picos, algunas de ellas con más de 3000 metros de altura, y hogar de los famosos osos grizzli y de otras 5000 especies de animales.
PARQUE NATURAL DE YOSEMITE (EEUU)
Escondido en el corazón de la Sierra Nevada californiana, el paisaje de este mágico lugar, que bien podría haber salido de una película hollywoodense, combina la grandiosidad de las moles de granito pulido y las cascadas de cientos de metros con tranquilos bosques y praderas. Para vivir una aventura por estas tierras no hay que perderse las formaciones rocosas de El Capitán y el Half Dome, el mirador de Glavier Point, el bosque de secuoyas gigantes de Mariposa Grove o las Bridalveil Falls.
DESIERTO DEL SÁHARA
Recorrer sus dunas en camello o dormir en una jaima bajo el cielo estrellado son algunas de las sorpresas que depara en el norte de África la región desértica calurosa más grande del planeta. Para soñar, sus paisajes de arena (ergs), las hamadas –su contrapunto pedregoso– y los lagos activos, que atraen a todo tipo de fauna.
ISLAS PHI PHI (TAILANDIA)
Este grupo de seis islas tiene algo de espejismo: precipicios de centenares de metros de altura, acogedoras playas, lomas cubiertas de espesa vegetación… no es de extrañar que Leonardo Di Caprio se quedará prendado de ellas al rodar, en el año 2000, la película de La playa. La más conocida y turística –por su mar de color turquesa y sus farallones de piedra caliza– es Phi Phi Don, pero también hay zonas agrestes y despobladas como Koh Nawk y otras a las que se llega buscando sus playas y corales entre los que bucear, como Koh Nai.