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El mar de color rosa de Aitona, el mejor anuncio de la primavera

A solo 25 minutos en coche de la ciudad de Lleida, esta localidad en el extremo occidental de la comarca del Segrià vive una revolución entre los meses de marzo y principios de abril, cuando sus melocotoneros y otros frutales se cubren de flores y explotan en tonos rosáceos. El campo es un espectáculo.


Actualizado 6 de marzo de 2020 - 13:38 CET

Está la que más suena, la del valle cacereño del Jerte, la cada vez más conocida de la murciana Cieza, pero la provincia de Lleida tiene su propia floración y estalla cada año, durante unas tres semanas, en las tierras bajas y llanas del entorno de Aitona, a orillas del río Segre.

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Vista del pueblo de Aitona y de los campos de melocotoneros.

Aunque la climatología marca el ritmo, lo primero que se ve al aproximarse a la localidad son los campos de labor que parecen de anuncio, largas líneas rosáceas pintadas por las flores que cubren las ramas de los melocotoneros, principalmente, pero también albaricoques, nectarinas, paraguayos y platerinas, que parecen despertar a la primavera. La riqueza de estos frutos dulces locales no solo dinamizan económicamente la zona –unos 100 milones de kilos de frutas en las últimas campañas, la mayoría para la exportación–, también han encontrado baja la marca Fruiturismo, un incentivo para descubrir este lugar como destino turístico.

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Joven fotografiando los campos rosados de Aitona, una explosión de color digna de retratar.

La floración se puede contemplar por libre, con la ermita románica de San Juan de Carretalá, como mirador privilegiado, pero para la ocasión, el Ayuntamiento de Aitona ofrece, hasta el 21 de marzo, la Ruta de la flor rosa del melocotonero (fruiturisme.info), un amplio catálogo de rutas guiadas y visitas por los campos frutales y por el entorno natural, tanto a diario como en fines de semana, observando el trabajo artesanal de los agricultores y con explicadas por ellos mismos.

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Vista aérea de los campos rosados de Aitona.
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La floración se puede contemplar por libre o sumándose a las rutas que se organizan desde el Ayuntamiento.

Entre las actividades, hay recorridos en bicicleta, marchas senderistas, vuelos en globo aerostático... Pero también la posibilidad de acercarse a la biodiversidad y a los paisajes fluviales del río Segre y el pantano de Uxesa o hacer un viaje a la historia con visitas guiadas al singular patrimonio del casco antiguo de Aitona. Otra idea es la exposición La primavera del Japón en Aitona, en la capilla de San Gaietà. Y, más allá, hasta enclaves de la Edad del Bronce como el yacimiento de Genó.

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Joven en bicicleta por la ruta de la flor rosa del melocotonero.

DATOS PRÁCTICOS

ACTIVIDADES

Ruta de la flor rosa del melocotonero (fruiturisme.info)

PARA DORMIR Y COMER

En pleno casco antiguo de Aitona está Cal Marsal (tel. 625 67 45 24), un alojamiento rural independiente con capacidad para ocho personas, sencillo pero agradable y con wifi gratis. A la hora de comer, tres buenos lugares para degustar platos de la tierra, comida casera o carnes a la brasa en Aitona son Casa Conrado (casaconrado.es), donde degustar carnes a la brasa y tapas tradicionales, La Torre Roca, una masía de 700 años en la carretera Aitona-Seròs, y Can Joan (973 79 43 62).

Otras propuesta:

La floración de los frutales de Cieza (o cómo ver Murcia de color de rosa)

Guía práctica para disfrutar al máximo de la floración del Valle del Jerte

El Algarve en flor o una escapada de invierno al sur de Portugal