MEDINA AZAHARA (CÓRDOBA)
A unos 8 kilómetros de Córdoba se levanta Medina Azahara, una ciudad que mandó construir el califa cordobés Abd al-Rahman III en el siglo X, de la que hoy solo queda la memoria y un conjunto arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad. Para descubrir su grandeza, lo mejor es comenzar por el cercano Museo de Medina Azahara. En este espacio podrás ver la recreación virtual de la ciudad, así como una exposición de piezas originales que muestran las diferentes etapas históricas de la ciudad palatina.
LA IRUELA (JAÉN)
Justo a la entrada del espectacular Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas está el pintoresco pueblo de La Iruela. Su accidentada topografía marca su estampa plagada de estrechas y empinadas calles con casas blancas cubiertas por tejas árabes y coloridos balcones. La mejor panorámica del pueblo y del entorno natural se obtiene desde su castillo templario, que corona lo alto de una peña.
DÓLMENES DE ANTEQUERA (MÁLAGA)
Ubicado a los alrededores del pueblo malagueño de Antequera, este conjunto megalítico, el vestigio continental del Neolítico más importante de Europa, está declarado Patrimonio de la Humanidad desde 2016. Tres monumentos componen el Sitio de los Dólmenes de Antequera: el de Viera, el de Menga (en la imagen) y el tholos del Romeral, a los que hay que sumarles dos monumentos naturales, la Peña de los Enamorados y el Torcal de Antequera. Con más de 6500 años de antigüedad, destacan, además de por su monumentalidad, por su orientación hacia la naturaleza que les rodea y no hacia el sol, como era lo común.
PAMPANEIRA (GRANADA)
De calles estrechas y empinadas, plazas asimétricas y casas aterrazadas con tejados que se cubren de piedras de pizarra, Pampaneira es un bello lugar para visitar y, por qué no, para quedarse a vivir. Situado en el barranco de Poqueira, en las faldas de Sierra Nevada, este pueblo de la Alpujarra es uno de lo más bonitos de la provincia, con permiso también de Bubión y Capileira. Visitar la iglesia del siglo XVI de Santa Cruz, tomar algo en la plaza de la Libertad, echar un trago de agua de la fuente de San Antonio, que tiene fama de poseer poderes casamenteros, y pasear por el barrio Bajo son algunos de sus imprescindibles.
CALAS DE ROCHE, CONIL DE LA FRONTERA (CÁDIZ)
Protegidas por elevados acantilados, son siete las calas de Roche, de las cuales solo cuatro tienen accesos habilitados. Resguardadas del viento de levante y rodeadas de pura naturaleza, son perfectas para aquellos que buscan dejar atrás el estrés en la animada Conil de la Frontera. Un sendero une todas ellas y permite disfrutar de unas maravillosas vistas.
LA ALCAZABA DE ALMERÍA
La Alcazaba de Almería forma, junto con la muralla del cerro de San Cristóbal, uno de los conjuntos monumentales defensivos de Al-Andalus más importantes. Asentada sobre un cerro, esta construcción del año 955 domina la ciudad y la bahía. No hay mejor mirador para contemplar el que fuera en tiempos nazaríes uno de los puntos clave del Mediterráneo y la ciudad que queda a los pies de este monte de pura piedra.
PARQUE MINERO DE RIOTINTO (HUELVA)
Las minas de Riotinto componen un paisaje casi extraterrestre. Es su río, con sus aguas rojizas por el proceso de descomposición de los minerales con alto contenido en sulfuros de metales pesados de los yacimientos cercanos, lo que atrae, cada año, a miles de curiosos. Para descubrir sus entresijos, lo mejor es subirse al tren turístico del siglo XIX del Parque Minero que recorre 12 kilómetros de la antigua línea comercial de Riotinto. Además, en las inmediaciones podrás descubrir el Museo Minero Ernest Lluch o visitar una casa victoriana.
EL CERRO DEL HIERRO (SEVILLA)
Situado en el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, el Cerro del Hierro es una joya natural en medio de la dehesa sevillana, con un agreste relieve de agujas, pináculos, desfiladeros y oquedades. Aquellos que quieran visitarlo y disfrutar de la naturaleza están de suerte ya que existe una vía verde que permite acercarse a este paisaje kárstico con más de 600 millones de años cincelado por el agua, el viento y la permanente mano del hombre.