El paisaje que dibuja este verde valle del norte de Navarra no puede ser más idílico. Pueblos con historia, pequeños caseríos aislados, hayedos fragosos, molinos de agua, regatas cristalinas, cumbres escarpadas, pequeños rebaños de ovejas latxas pastando... ¿Por dónde empezar a descubrirlo?
CASCADA DE XORROXIN
En el pueblo de Erratzu arranca una senda circular de algo más de 5 kilómetros que lleva hasta esta cascada en la regata de Iñarbegi, uno de los manantiales del Bidasoa. El sonoro salto de agua se descubre en medio de una poblada vegetación de musgos, líquenes y helechos.
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ELIZONDO
La capital del valle es para pasear, con una zona antigua en la que se alzan casas señoriales y palacios que dan idea de su pujanza en siglos pasados. Se articular en torno a sus dos calles principales –la de Santiago y la de Jaime Urrutia– y el río Baztán, en cuyas aguas se ven reflejadas sus fachadas. El más emblemático es el palacio barroco de Arizkunenea, aunque el palacio de Datue o la casa del Virrey también merecen la atención. La plaza de los Fueros, donde se levanta el ayuntamiento, y la iglesia de Santiago son otros rincones imprescindibles.
CUEVA DE ZUGARRAMURDI
En su interior no hay ni estalactitas ni estalagmitas, ni pinturas rupestres. El atractivo de esta cueva (turismozugarramurdi.com) donde el arroyo Orabidea ha excavado un túnel natural de 120 metros de largo con alturas de hasta 12 metros y dos galerías elevadas es ese halo mágico que la envuelve por haber sido hasta el siglo XVII escenario de aquelarres, festines desenfrenados, danzas en torno a hogueras y orgías a la luz de la luna. La visita a este enclave natural hay que completarla con el Museo de las Brujas, que aborda a través de exposiciones y audiovisuales todas las cuestiones relacionadas con el mundo de la brujería.
CASTILLO DE AMAIUR
Siguiendo el trayecto del Camino de Santiago del Baztán, fue creciendo este pintoresco pueblo con sus casas de un característico color bermejo de la piedra procedente de las canteras de Almándoz. Tiene algunos ejemplos de arquitectura palaciega, un molino en funcionamiento a la entrada, pero lo que más atrae es el mítico monolito del monte Gaztelu, ubicado en el lugar donde se ubicó su fortaleza.
MIRADOR DE ZIGA
Cualquier aproximación al Baztán debería comenzar, como aperitivo, por este mirador, pues brinda una de las mejores vistas del valle, un paisaje verde salpicado por bosques, prados y numerosas bordas y caseríos dispersas por las laderas y los montes.
MOLINOS DEL BAZTÁN
Entre Baztán y Etxalar, más concretamente entre los barrios de Orabidea (Lekaroz) y Tximista, discurre el arroyo del Infierno, junto al que discurre una senda que nos conduce, entre la espesura del bosque, al molino del mismo nombre, al que tradicionalmente las gentes de la zona llevaban a moler el maíz recogido en sus campos. También ejemplo de ese antiguo oficio de la molienda es el de Zubieta, aún en actividad. Y destacado también el de Urdax, cuya visita incluye además el claustro del monasterio románico de San Salvador.
CUEVAS DE URDAX
Escondidas bajo los prados de la Navarra cantábrica, a pocos kilómetros de la costa y de la frontera con Francia, estas cuevas (cuevasurdax.com) ubicadas en la histórica villa de Urdax permiten descubrir todo un universo de estalactitas y estalagmitas en formación desde hace varios cientos de miles de años gracias a la erosión del río Urtxume. En el recuerdo, los personajes de leyenda, guerrilleros y contrabandistas que las ocuparon en otras épocas.
PARQUE NATURAL DEL SEÑORÍO DE BERTIZ
A orillas del río Bidasoa, este parque natural (parquedebertiz.es) suma un espacio boscoso de casi 2000 hectáreas y un jardín botánico histórico con el encanto de los espacios ajardinados de principios del siglo XX. Además de recorrer sus senderos admirando árboles y arbustos de distintas partes del mundo, hay que pasar por el centro de interpretación, ver la maqueta del parque en la Cochera y las exposiciones del palacio de Aizkolegi.