Situado al sur del departamento de Charente, a orillas del río Dronne, Aubeterre sur Dronne reúne patrimonio histórico y un entorno natural envidiable en el que la vida discurre de forma pausada. Este coqueto pueblo, que es uno de los más bonitos de Francia, cuenta entre sus bienes más preciados con un monumento único, la iglesia subterránea tallada en roca sólida más grande de Europa.
St Jean fue excavada a principios siglo XII siguiendo un diseño romano y con el propósito de conservar ornamentos religiosos en fosas y en un relicario inspirado en el Santo Sepulcro de Jerusalén. Aunque según algunos historiadores su estanque bautismal central es más antiguo, lo que es cierto es que este edificio de 20 metros de altura –tal y como se le conoce en la actualidad–, su relicario, su galería circundante y los cientos de tumbas de piedra en la necrópolis que contienen los retos de los monjes benedictinos que la tallaron datan del XII y dan testimonio de su importancia como destino sagrado y religioso.
La iglesia y la cripta estuvieron ocultas bajo las rocas hasta la década de 1950. Tras esto, se convirtió en un lugar de peregrinaje y culto. Se cree que era una parada más en el Camino de Santiago en la que los peregrinos rezaban frente a las reliquias que, según cuentan, tenían poderes protectores para el viaje.
Pero los tesoros no acaban aquí. En 1958 se descubrió detrás de una puerta tallada en la roca en la nave principal una necrópolis con 80 sarcófagos esculpidos a mano en las paredes de piedra caliza. La fecha de la que datan no está clara, pero se cree que podrían ser de la era precristiana.
MUY PRÁCTICO
La entrada cuesta 5 euros y por un euro más puedes disponer de audioguía.
El horario de septiembre a junio es de 9,30 a 12,30 y de 2 a 6, mientras que julio y agosto está abierto de 9,30 a 7.