Sorprende nada más aterrizar encontrarse en el mismo aeropuerto de Múnich con un mercado navideño como el que se instala entre sus dos terminales. Bajo una espectacular claraboya, una gran pista de hielo, decenas de abetos naturales, un árbol de Navidad y más de cuarenta casetas donde echar un primer vistazo a la artesanía local o probar el primer glühwein (vino caliente) del viaje, por supuesto acompañado de un bratwurst.
Cualquier ruta por Múnich debe empezar por el principio. Y el principio es Marienplatz, la gran plaza en torno a la cual gira su coqueto casco histórico. Ante los casi cien metros de la imponente fachada de su ayuntamiento se instala cada año el mercadillo más grande y antiguo de la ciudad, y hasta de Alemania, pues se remonta al siglo XIV. Junto a ella, un árbol de 30 metros de altura, música en directo todas las tardes y más de 150 casetas donde puedes comprar objetos para decorar la casa, velas, juguetes, productos de madera y, por supuesto, tomar alguna de las especialidades típicas alemanas, desde las salchichas bávaras a la carne ahumada o las galletas de jenjibre. Para ver todo el conjunto con perspectiva, que se extiende además por sus calles aledañas, la vista desde las alturas que regala la vecina iglesia de St. Peter es única, aunque, eso sí, para llegar arriba, habrá que subir casi 300 escalones a pie. A las puertas de este templo, este año el mercado Kripperlmarkt, dedicado a todo lo relacionado con los belenes.
Caminando unos diez minutos por las elegantes calles peatonales de Theatinerstrasse y Residentzstrasse, de la que parte la más exclusiva Maximilianstrasse, con las boutiques de las grandes firmas moda, y tras admirar otra imponente fachada, ahora la del Teatro de la Ópera, llegamos a la Residenz, el palacio de la dinastía de los Witterlbach, que gobernó Baviera. En uno de sus patios, uno de los mercados de Navidad más visitados, que recrea un típico pueblo alpino. Si llamativo resulta una especie de molino que en su interior esconde figuras de Navidad, entrañable su espacio pensado para los niños, con casetas que representan cuentos con personajes y animales robotizados.
Tras cruzar la animadísima plaza de Odeonplatz, donde echar un vistazo de paso a los jardines de Hofgarten, y tomando Brienner Strasse, llegamos a otro de los mercados con más encanto de Múnich, el de la plaza Wittersbacherplatz, que nos traslada a una aldea medieval. En torno a la estatua ecuestre de Maximilian, puestos de artesanía, objetos navideños, vecinos y turistas en sus numerosos puestos de comida y una variada animación, donde no faltan malabaristas y caballeros de la Edad Media.
Si no se ha reparado en él, de vuelta a Marientplatz, habrá que colarse en el ayuntamiento para visitar, en su magnífico patio, el pequeño mercado que acoge en su interior, antes de plantarse en Viktualienmarkt, el centro gastronómico de la ciudad, a espaldas de la gran plaza de Múnich, donde entre sus coloridos puestos de fruta, flores, quesos y otros productos frescos se puede comer, comprar o tomar una cerveza alemana.
Por la peatonal Kauffingerstrasse, una de las principales arterias comerciales de la ciudad, y hasta la altura de la iglesia de San Miguel, también se extienden los puestos navideños del Christkindlmarkt muniqués, donde entretenerse en los escaparates de sus tiendas exquisitamente decorados con motivos navideños o o visitando la Frauenkirche, la catedral, con sus características torres rematadas por dos cúpulas con forma de bulbo.
Un poco más allá está la gran plaza Karlsplatz y la puerta Karlstor, que marca el límite de la ciudad medieval y donde podemos lanzarnos a patinar en la pista de hielo. Los que no se atreven a patinar, disfrutan de la habilidad de los patinadores desde las alturas mientras toman una jarra de cerveza.
De Kauffingerstrasse también se puede tomar la calle de Sendling para llegar al mercado navideño de la torre Sendlingen, con muy buen ambiente en sus cerca de medio centenar de casetas en las que se venden desde los objetos más kitch, como las bolas de Navidad con motivos de Sisi, que nació precisamente en la ciudad, a las famosas patatas bávaras o productos típicos de otros rincones del mundo.
Si se quiere ir más allá, también puedes llegar hasta el mercadillo del tranquilo barrio de Haidhausen, al otro lado del río Isar, donde en una acogedora plaza del denominado ensanche francés, se encuentran puestos en los que comprar o y beber un reposado vino caliente mientras se templan las manos. También al del barrio de Glockenbach, conocido como el Mercadillo Rosa (pink-christmas.de); al del la Torre China (Chinesischen Turm), en el corazón del Englischer Garten; al del barrio de Schwabing… Mercados para todos los momentos y todos los gustos.
GUÍA PRÁCTICA
HORARIO DE LOS MERCADILLOS NAVIDEÑOS
Abren todos los días de 10 de la mañana hasta las 21 horas y estarán abiertos hasta el próximo 24 de diciembre.
DÓNDE DORMIR
En el NH Collection München Bavaria (nh-collection.com), que acaba de abrir sus puertas este verano. Un cuatro estrellas actual, renovado, con una decoración muy cuidada, junto a la estación de tren principal y muy próximo a Karlsplatz y al casco antiguo.
Situado en uno de los edificios más altos de la capital de Bavaria, lo que le garantiza unas vistas excelentes desde sus terrazas y pisos superiores, cuenta con 219 habitaciones de diseño llenas de luz, de detalles y con cómodas camas y almohadas. Tiene además un restaurante en la tercera planta, gimnasio y un moderno bar en el lobby.
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