La ruta de la cerámica toledana que ya es Patrimonio de la Humanidad
Siglos y siglos llevan Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo volcados en esta tradición artesanal que ahora tiene su reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Una ocasión para viajar a estas dos localidades donde se mantienen activos numerosos talleres en los que aún se trabajan a mano piezas únicas.
A menos de media hora de Madrid, Talavera de la Reina es la ciudad de la cerámica por méritos. Una cerámica reconocible por sus colores –azul, amarillo, anaranjado, negruzco, verde…– y un oficio transmitido de generación en generación que siempre ha sido seña de identidad de esta localidad toledana. Algo parecido le ha ocurrido a El Puente del Arzobispo desde el siglo XV con su cerámica, de un característico color verde y sus motivos de caza y naturaleza.
Un buen punto de inicio es el antiguo convento de San Agustín de Talavera, que acoge el Museo Ruiz de Luna, dedicado al afamado ceramista local y cuya exhaustiva colección es el mejor testimonio de esta tradición de siglos. En él vemos piezas de todas las épocas, formas y colores, desde las de reminiscencia mudéjar del siglo XVI o una serie polícroma del siglo XVII, época de oro de la cerámica talaverana. Además de una sección con soberbias muestras de alfarería y tinajería. (cultura.castillalamancha.es/museos/nuestros-museos/museo-ruiz-de-luna)
LA «CAPILLA SIXTINA DE LA CERÁMICA»
Después nos dirigimos a la basílica del Prado, conocida como la «capilla sxitina de la cerámica» por su abrumadora decoración de azulejos de los siglos XVI al XX. Se divide en tres grandes grupos: los frisos de las naves laterales, el retablo de San Antón y los púlpitos en el crucero, junto con los azulejos de la sacristía. También interesantes son los mosaicos del pórtico y el jardín en el que se ubica el templo, de aliento romántico, donde tampoco falta la decoración cerámica en la Casa de los Patos y la Fuente de las Ranas, de Ruiz de Luna.
LA PLAZA DEL PAN
La ruta de la cerámica por Talavera pasa, como no podía ser de otra forma, por la plaza mayor de la localidad, donde también podemos ver una muestra del arte ceramista en sus fuentes y bancos. En este mismo entorno se encuentra el antiguo Ayuntamiento, con fachada renacentista, en el que ejerció como alcalde el bachiller Fernando de Rojas, autor de La Celestina, y la Colegiata de Santa María, en cuyo claustro, entre gárgolas y animales fantásticos, reposan sus restos.
PANELES DE AZULEJOS… Y DULCES
En la céntrica plaza de San Pedro abre sus puertas el monasterio cisterciense de la Encarnación, más conocido como de las Madres Bernardas, cuya iglesia merece una visita por los murales cerámicos que luce en sus fachadas: la azulejería de la portada de la plaza, con el tema de la Anunciación, y la representación de San Bernardo, en la calle homónima, dos obras del siglo XVII. Una vez vistos, no hay que dejar de comprar los famosos dulces que elaboran las monjas del convento: galletas, pastas, tartas o brazos de gitano.
TALLERES ARTESANALES
Pero conviene ver el trabajo de los ceramistas in situ. Hasta 16 talleres de cerámica se reparten por toda Talavera, talleres que se mueven entre la tradición y la innovación, pero donde el barro siempre se trabaja y se pinta a mano. El Centro Cerámico Talavera (ceramicatalavera.es) y Cerámica Adeva (Av. Portugal, 29) son dos de los que, pese al paso de los años, reivindican lo artesanal frente a la producción en serie, como lo hacían los maestros ceramistas del siglo XVI. En el primero, vajillas, jarrones, platos… ¡y calaveras!, su seña de identidad, conforman su colección de piezas en las que colaboran artistas y diseñadores de distintas disciplinas. En la tienda-taller del segundo, murales de azulejos, jarras, platos, botes de farmacia y pilas de agua bendita que se cuecen dos veces utilizando esmaltes son plomo por los hermanos Adeva, cuyo padre fue alumno aventajado de Ruiz de Luna.
EN EL PUENTE DEL ARZOBISPO…
A 30 minutos de Talavera, en la comarca de Oropesa, está esta localidad toledana con más de una treintena de talleres. Además de la visita a alguno de ellos –como Cruz (ceramicacruz.es)–, no hay que dejar de pasar por el Centro de Interpretación de la Cerámica (Matadero, 6), donde, en sus dos plantas, se puede ver la reproducción de un antiguo alfar y un obrador, además de una exposición permanente de piezas de cerámica y alfarería.
Y EN MADRID… EL MUSEO DE ARTES DECORATIVAS
Para los que pasan por la capital, en la segunda planta de este museo madrileño (culturaydeporte.gob.es/mnartesdecorativas/colecciones.html) también podemos ver una amplia colección de antiguas piezas de cerámica de Talavera que se remontan a los siglos XVII y XIX: platos, tarros, fuentes, escribanías o paneles de azulejos de estilo renacentista agrupados en diferentes series y que resumen la evolución estilística de las producciones talaveranas.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Talavera se encuentra a una hora y media hora de Madrid (130 kilómetros) por la A-5. Desde ella a El Puente del Arzobispo hay 41 kilómetros (33’).
DÓNDE DORMIR
A 14 minutos de Talavera, en Villa Cornelius, una casa-palacio de estilo toscano de estilo rústico y mobiliario y comodidades modernas que ha sido restaurada respetando su arquitectura tradicional de una casa solariega manchega. Un alojamiento de alquiler completo con seis amplias habitaciones y una decoración muy cuidada.
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