De ruta por Burgos, la ciudad que enamoró a los neoyorkinos
El New York Times la elogió hace años por su catedral, por su capacidad para combinar historia y modernidad, su Museo de la Evolución Humana como referente internacional e incluso por su gastronomía, y no nos extraña. Es hora de regresar a Burgos para disfrutar de una ruta que comienza en su famosa Catedral para rematarla a una docena de kilómetros, en San Pedro de Cardeña.
Para empezar la ruta, lo mejor es plantarse justo delante de su catedral (catedraldeburgos.es). Un grandioso edificio de esos que hay que visitar al menos una vez en la vida, que semeja una montaña de roca caliza esculpida con la delicadeza de los orfebres. Cumbre del arte gótico europeo y Patrimonio de la Humanidad, su interior, gracias a las últimas y cuidadas restauraciones, se ha convertido en una intensa y gozosa experiencia. No hay que perderse ver dar las horas al famoso Papamoscas.
Pero Burgos es mucho más que su catedral. Para comprobarlo, una buena idea es tomar las viejas y empedradas rúas que ascienden hasta el cerro en el que se alza el castillo. El Camino de Santiago se cruza en el paseo, por eso, una buena idea es sumarse a los cientos de peregrinos que a diario la recorren y dejarse llevar hasta el Hospital del Rey, una de las joyas artísticas de la ruta jacobea.
Si se continúa la subida al castillo, en el cerro de San Miguel, también se descubren otras tres iglesias góticas repletas de historia y tesoros artísticos: San Nicolás, San Gil y la dedicada a San Esteban, a la que se llega utilizando un ascensor y dos escaleras mecánicas. Una vez en la fortaleza y tras visitar en su interior las misteriosas galerías del pozo medieval más profundo que se conoce, es obligado relajarse con las vistas que se disfrutan desde el mirador del Castillo y aquí planificar las siguientes paradas. (El castillo abre todos los días hasta las 16:30).
POR EL PASEO DEL ESPOLÓN
Quizá lo mejor sea descender al encuentro del Arco de Santa María, otro icono monumental, que además sirve de entrada al paseo por antonomasia: El Espolón. Demorarse entre sus hileras de árboles entrelazados y mirar y dejarse ver es, sin duda, la mejor manera de sentirse burgalés en Burgos.
El paseo del Espolón permite asomarse a la Plaza Mayor, desviarse hasta la Casa del Cordón, el gótico palacio en el que los Reyes Católicos recibieron a Colón tras uno de sus viajes a América, y llegar, por fin, hasta la también muy conocida estatua de Rodrigo Díaz de Vivar y el escultórico puente de San Pablo. Dos hitos que forman parte de la Ruta del Cid y del recorrido urbano con el que los burgaleses homenajean al personaje más reconocido de su historia Justo enfrente, y en la otra orilla del río Arlanzón, se alza el Museo de la Evolución Humana (museoevolucionhumana.com). El que se ha convertido en uno de los referentes mundiales sobre la evolución humana guarda en el lugar más destacado de su enorme y diáfano interior la colección completa de los fósiles humanos encontrados en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. En especial los restos del Homo antecessor, considerado como nuestro primer ancestro europeo.
A PIE O EN BICI A LAS HUELGAS Y LA CARTUJA
Después, es hora de acercarse hasta los otros dos monumentos imprescindibles para entender el arte y la historia burgalesa: los monasterios de Las Huelgas, fundado como panteón real de Castilla, y la Cartuja de Miraflores (cartuja.org), todavía habitado por monjes cartujos, a los que se puede llegar en coche, pero mejor y más gratificante andando o en bici. Situados en los extremos de la ciudad, están unidos por las frondosas alamedas que escoltan el Arlanzón.
SAN PEDRO DE CARDEÑA
Si te has quedado con ganas de conocer algo más de la figura de El Cid Campeador. A una docena de kilómetros de Burgos y en pleno Camino del Destierro, este monasterio guarda con mimo la memoria del héroe castellano. Lo más llamativo son los sepulcros donde estuvieron enterrados El Cid y su mujer doña Jimena hasta su traslado definitivo a Burgos.
DÓNDE DORMIR
En Mesón del Cid (mesondelcid.es), un clásico a un paso de la Catedral, con buenas vistas desde sus habitaciones. Moderno y también céntrico es Silken Gran Teatro (hoteles-silken.com), asomado al río Arlanzón y al innovador Museo de la Evolución. Y, a las afueras de la ciudad, Landa (landa.es), donde sentirse como en un lujoso palacio.
DÓNDE COMER
En Cobo Vintage (cobovintage.es), que aúna en su creativa cocina las más innovadoras técnicas con los productos más tradicionales de la gastronomía local. Cocina de autor en La Fábrica (fabricarestaurante.com) y platos muy cuidados que se elaboran a la vista de los comensales, en El Huerto de Roque (tel. 947 27 87 93), a un paso de la catedral. Un clásico entre los clásicos y para amantes de los asados es Casa Ojeda (restauranteojeda.com).
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