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CASCADAS DE ONETA

El camino que lleva desde el pueblo de Oneta, en la carretera que va de Villayón a Luarca, hasta estas cascadas es uno de los paseos más agradables para el otoño por la naturaleza asturiana. Sin ninguna dificultad, el premio son tres caídas de agua, aunque la más conocida es la primera, la llamada Firbia, con unos 15 metros de altura y rodeada por frondosos bosques de alisos, sauces y fresnos que le dan un toque de color.

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DESFILADERO DE LAS XANAS

Cinco kilómetros de paseo adentran en el espectacular cañón que el arroyo de Las Xanas ha abierto entre las moles calizas del concejo de Santo Adriano. Una auténtica joya paisajística y monumental donde disfrutar de túneles esculpidos en las rocas, grandes pendientes, pero además múltiples cascadas y bosques soberbios.

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PARQUE NATURAL DE SOMIEDO

Valles salpicados de cabañas de teito, pastos rotacionales o brañas –vestigios de la tradicional cultura pastoril–, pero también picos majestuosos, lagos glaciares y recónditas aldeas colgadas en las empinadas laderas. Este rincón de la cordillera cantábrica Reserva de la Biosfera en el que oso y las vacas campan a sus anchas no puede ser más idílico para el otoño.  

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LOS OSCOS Y TARAMUNDI

Lo que hace de Los Oscos Y Taramundi una comarca singular son sus pueblos abandonados, sus violentos ríos, sus casas de piedra, sus artesanos, su recia gastronomía y, sobre todo, una vegetación de intensos verdes cargada de magia y soledad. En este enclave, se encuentra Taramundi, que ha sabido convertir su pasado tradicional, basado en la industria del hierro y los ingenios hidráulicos, en todo un referente en el desarrollo del turismo rural. El conjunto etnográfico de Os Teixois es el mejor testimonio.

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VÍA VERDE DE LA SENDA DEL OSO

Atrae por su nombre y por lo cerca que está de la capital asturiana, pero cuando uno recorre a pie o en bicicleta esta senda que discurre por el trazado de un antiguo ferrocarril que comunicaba las minas del valle de Quirós y las de Teverga lo que sorprenden son los parajes por los que atraviesa: desfiladeros impactantes, túneles excavados en roca... Se divide en dos tramos, el primero tiene como punto de partida Entrago, el segundo discurre entre Caranga de Abajo (Proaza) y Santa Marina (Quirós).

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BOSQUE DE MUNIELLOS

El mejor bosque peninsular de roble albar es denso, fresco y rezuma humedad en sus mullidos suelos de hojarasca y entre los musgos y líquenes que tapizan sus troncos. Pero este bosque del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, es aún más de cuento cuando en otoño se incendia de color.

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PARQUE NATURAL DE REDES

Redes debe su nombre a una montaña, en cuyas empinadas laderas crecen las hayas más imponentes de España, que levantan hasta 30 metros del suelo. Alrededor del nacimiento del Nalón y entre desfiladeros se esconden, además de sus hayedos, cuevas, hórreos y pequeños pueblos de piedra. Un mundo rural, Reserva de la Biosfera, para disfrutar en otoño por algunos de sus senderos.

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PICOS DE EUROPA

Las cumbres más altas de la Cordillera Cantábrica se encuentran en este paraje donde se gestó la legendaria historia de Asturias. Pero Picos de Europa da para numerosas excursiones de otoño, desde la subida al Naranjo de Bulnes o Picu Uriellu, a los lagos de Covadonga o la ruta que acompaña al río Cares.

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BOSQUE DE PELOÑO

En el Parque Natural de Ponga, el bosque de Peloño tiene un importante mérito y es ser uno de los mayores y mejor conservados hayedos de la península Ibérica. Se recorre por una pista de unos 16 kilómetros, que depara sorpresas como vistas únicas de los Picos de Europa, el Roblón de Bustiello, un gigantesco roble albar y una numerosa fauna que la convierten en una excursión perfecta para el otoño.

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RUTA DE BRAÑAGALLONES

En la localidad de Bezanes, a orillas del río Nalón, comienza una preciosa ruta para este otoño, es la que lleva por un camino sinuoso y siempre ascendente a la vega de Brañagallones. Grandes bosques de hayas, fauna con mayúsculas y vistas espectaculares sobre el impresionante paisaje del valle del río Monasterio se disfrutan en el recorrido.

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