MÓDENA Y SU VINAGRE BALSÁMICO
A Módena hay que ir a admirar la perspectiva desde la Ghrlandina, la torre-campanario de su catedral de mármol blanco, una de las joyas románicas de Italia, a ver su colección de legendarios coches en la Galleria Ferrari, a recorrer las callejuelas de su casco antiguo en bicicleta viendo sus iglesias y su palazzo ducal, a asistir a una ópera en el Teatro Pavarotti, el hijo más ilustre de la ciudad, a comer en la Ostería Francescana (osteriafrancescana.it), uno de los mejores restaurantes del mundo y, también, a comprar su vinagre con nombre propio. El que, junto a la pizza y la pasta, es el producto italiano más consumido a nivel internacional.
Para llevárselo a casa, lo mejor es acercarse al Mercato Albinelli (mercatoalbinelli.it), el mercado de abastos más antiguo de la ciudad y uno de los más bonitos de Italia. En sus 65 puestos, además de vinagres se puede comprar el famoso queso Parmigiano.
ARANCINI Y CANNOLIS EN PALERMO
La gastronomía de Sicilia es rica y variada, pero son dos bocados, uno salado y otro dulce, los más apreciados. Los arancinis, bolas fritas de arroz, queso, cebolla y carne de cerdo, son perfectos para hacer un break durante un recorrido por la ciudad. Y para endulzar el día, los cannolis, cuya masa lleva un toque de vino Marsala, de origen italiano, y relleno de queso ricotta. En la Via Vittorio Emanuele 407 está Cannolissimo, una pastelería en la que degustar este dulce típico, y para los mejores arancinis, Ke Palle(kepalle.it), en la Via Maqueda 270.
Con el estómago lleno es hora de recorrer Palermo visitando sus imprescindibles: el Palacio de los Normandos, la catedral, de arquitectura árabe-normanda, o la bonita plaza de Quattro Canti, con sus cuatro fachadas perfectamente simétricas.
LA PIZZA, EN NAPOLÉS, POR SUPUESTO
La pizza es, sin duda, la gran protagonista de la gastronomía italiana. Y nada mejor que probarla en su lugar de nacimiento, Nápoles, la caótica ciudad, custodiada por el Vesubio en la que no hay que perderse el barrio español, con sus estrechas calles y balcones con ropa tendida, la calle San Gregorio Armeno, donde siempre es navidad y en cuyas tiendas podrás adquirir los mejores belenes del mundo, y la capilla de Sansevero, que guarda la famosa escultura del Cristo Velado. Muy cerca de aquí está Pompeya, una visita imprescindible para conocer de primera mano la historia de este rincón italiano.
El lugar más famoso para degustar la verdadera pizza napolitana es L’Antica Pizzeria Da Michele (damichele.net), famosa por aparecer en la película protagonizada por Julia Roberts 'Come, reza, ama'. Para degustarla es importante ir con tiempo ya que el local, situado en la Via Cesare Sersale 1, suele estar lleno.
GÉNOVA Y LA FARINATA
Al noroeste de Italia nos lleva la farinata, una especie de foccacia elaborada al horno con harina de garbanzo, agua, aceite de oliva, sal y pimienta, un plato perfecto para vegetarianos y celíacos. Este rico bocado es típico de la región de Liguria, tierra de verdes colinas e imponentes montañas cuya capital es Génova. Para probar la mejor farinata hay que ir a Farinata Santa Zita, un pequeño restaurante familiar situado en la Via di Santa Zita 35.
En esta ciudad costera no hay que perderse su puerto, uno de los más importantes de Italia, y su casco histórico el cual se puede recorrer caminando y en el que sorprenden sus carrugis (callejuelas estrechas) y atrae su acuario, el más grande de Europa.
LA TOSCANA Y SU VINO CHIANTI
En la Toscana, en las románticas colinas del valle del Chianti, que van desde Florencia hasta Siena, se lleva haciendo este caldo desde hace más de 300 años. El Chianti es el vino tinto más popular de Italia y uno de los productos que más se exporta, elaborado con la cepa Sangiovese o Sangioveto.
Para adquirir uno de los mejores vinos de la zona hay que pasar por Montefioralle Chianti Winery (montefioralle.wine/es), una bodega familiar de pequeña producción que permite a la familia que lo regente cuidar hasta el más mínimo detalle su elaboración.
PARMA Y SU QUESO PARMESANO
Ciudad creativa de la gastronomía. Este es el título que la Unesco le ha otorgado a esta ciudad de la región de Emilia Romaña y bien que lo merece. Porque la ciudad del Parmigiano Reggiano y del Prosciutto di Parma tiene mucho para saborear, empezando por estos dos productos italianos más conocidos en el mundo. Luego también están los embutidos, como el Culatello di Zibello, la Spalla Cotta di San Secondo, las trufas de Fragno y los boletus de Borgotaro…
Para hacerse con los mejores productos, tiendas como la Antica Salumeria Rastelli (anticasalumeriarastelli.it) o Parma Gustibus (parmagustibus.it), en la Strada della Repubblica, una de las charcuterías con más renombre de la ciudad. También deliciosos los de La Prosciutteria de Silvano Romani (silvanoromaniparma.it), en la calle Farini. Y de referencia también, la Salumeria Garibaldi (salumeriagaribaldi.com).
Obligado también en Parma, además de admirar el Duomo, la iglesia de San Giovanni Evangelista, la Camera di san Paolo o el Teatro Farnese, es hacer una visita a una quesería, como la de Emilia Delizia (emiliadelizia.com).
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