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En un barrio en el que el lujo es el máximo exponente, la tradición y la creatividad se dan la mano en esta ruta por sus emblemáticas calles y sus lugares imprescindibles. Un recorrido que tiene en el Parque del Retiro su pulmón y como vecina más famosa la Puerta de Alcalá. ¿Te vienes?
DE TAPAS
Sus paredes de azulejos, sus carteles de flamencas y su cocina tradicional hacen de Patio de Leones (patiodeleones.es) una taberna cañí en la que saborear Madrid. Situado en la calle Serrano, 1, este local, la nueva apuesta del fundador del restaurante Ramses, cuenta con más de 500 referencias de vino y las tapas más deliciosas del barrio. Y, para otra ocasión, el local cuenta con una churrería que funciona todo el día.
DE MUSEOS
La oferta artística de esta cuadrícula que forma el barrio de Salamanca es amplia. Frente al Parque del Retiro, en la calle Montalbán, 12, está la sede del Museo Nacional de Artes Decorativas (mnartesdecorativas.mcu.es), donde sus más de 1600 piezas ilustran sobre la evolución de estas artes. Y, en la calle Serrano, 122, el museo Lázaro Galdiano (flg.es), donde admirar obras de Goya, El Bosco o Murillo. En esta misma y señorial calle, los amantes de la historia encontrarán el Museo Arqueológico Nacional (man.es), con una colección de piezas que van desde la Prehistoria a la Edad Moderna.
UN MANHATTAN, POR FAVOR
Aunque su decoración y espíritu pueda transportarte directo a la Gran Manzana, West 42nd (west42nd.com) no se ubica en la ciudad de los rascacielos, sino en el céntrico barrio de Salamanca, en la calle Lagasca. Perfecto para disfrutar de un plan afterwork con amigos, este local ofrece una cocina fusión maridada con cócteles de autor. Además, los fines de semana sirven un brunch para chuparse los dedos.
MODA, JOYAS Y DULCES
Recorrer la llamada Milla de Oro es una experiencia en sí misma. Chanel, Louis Vuitton, Stella McCartney, Valentino… Los escaparates de las más prestigiosas firmas nacionales e internacionales son una perdición para los amantes de la moda.
Y entre zapatos de Manolo Blahnik y bolsos de Loewe sobresalen los pocos negocios que resisten al paso del tiempo, aquellos que mantienen intacta su esencia, como la bombonería La Pajarita (bombonerialapajarita.es), un lugar en el que probar el bocado más dulce. Más de 150 años llevan haciendo bombones y caramelos en este local de la calle Villanueva. Su clásica y coqueta decoración, sus envoltorios –convertidos en toda una seña de identidad– y sus chocolates con forma de pajarita conquistan a su clientela.
Y como no hay joya que no guste a una mujer, Diamonds are a girl’s best friends, ya lo decía Marilyn Monroe. Una parada imprescindible en esta ruta por el barrio de Salamanca, más allá de las grandes firmas, es la joyería Bárcena (joyasbarcena.com). Aquí acuden novias y artistas en busca de piezas especiales y joyas vintage que ponen el broche de oro a cualquier outfit.
¡A COMER!
Son los propios comensales que han pasado por los salones del Shalakabula (shalakabula.com) los que avalan su exquisita cocina creativa calificándolo como uno de los mejores restaurantes de este barrio madrileño. Situado en la calle Don Ramón de la Cruz, este local se caracteriza por ofrecer a sus clientes tercios de raciones, así se puede degustar prácticamente toda la carta sin salir lleno. El tiradito de pez mantequilla, foie y salsa tsuyu, la ensaladilla rusa templada verde y las zamburiñas a la llama con gremolata siciliana y lemond curd son algunas de las especialidades de su carta.
LO MÁS FRESCO DEL BARRIO
Y entre clásicos y antiguas residencias «de la gente bien» surge un soplo de aire fresco convertido en arte. La Fresh Gallery (lafreshgallery.com), regentada por la artista y galerista Topacio Fresh, ofrece un espacio a talentos emergentes, a los que acompaña en todo el proceso creativo. Obras de temáticas arriesgadas, de contenido social, y de nombres clave del panorama nacional, como Fabio McNamara o Gorka Postigo, cuelgan de sus paredes. Para disfrutar de este lugar no es necesario ser un entendido en arte, sino tener la mente abierta.
Y PARA BAILAR…
«Que el fin del mundo te pille bailando», el lema de La Flaca (Velázquez, 94) habla por sí solo. En este bar de copas decorado al más puro estilo de los 80 puedes disfrutar tanto de actuaciones en directo, como de sesiones de música variada que se alargan hasta las 3.30 de la madrugada, así como del ya mítico tardeo de los sábados.
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