Merece la pena recorrer su apiñado caserío un día tranquilo. Solo así se disfruta de los juegos de luces y sombras que crean sus edificios, cuyos aleros se juntan sin apenas dejar ver el cielo; del agua de sus fuentes de granito; del color de las flores que adornan sus balcones y ventanas –especialmente los de la plaza Mayor, con soportales y un crucero de piedra en el mismo centro–, o de las fachadas de sus casas de piedra con entramados de madera y dinteles en los que hay grabados cruces, anagramas religiosos y otros símbolos.
Paseando por su enrevesado casco medieval de callejas empedradas, donde sobresale la robusta torre de la iglesia de la Asunción, lo que sorprende es encontrarse con un marrano que anda suelto por el pueblo, al que ceban sus vecinos y que luego rifan por San Antón. Y es que aquí la carne de cerdo es muy apreciada, y para muestra, las calles del Tablado y del Puente, que hacen las veces de rúa Mayor, donde abren docenas de tiendas de jamones.
Curioso también es el antiguo ritual que se repite cada noche cuando la oscuridad se adueña de las calles. Es el momento en el que sale la moza de ánimas para recorrer el pueblo rezando y tocando la esquila por los difuntos. El tiempo, por un instante, parece haberse detenido. Pero no, porque, la vida en La Alberca ha cambiado mucho, y ahora sus habitantes han encontrado en el turismo el sustento que antes les llegaba de explotar los recursos de la sierra.
Después del paseo por La Alberca, pasando por dos museítos que vale la pena visitar: la Casa-Museo Satur Juanela (casamuseosaturjuanela.com) y el Museo del Traje Típico Albercano (artesaniamendezlaalberca.com), lo que hay que hacer es disfrutar del entorno en el que está enclavada, el Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia, en cuya intrincada orografía se esconden pinturas rupestres y el monasterio carmelita de San José. Un espacio al que está enfocado el Aula Arqueológica de Batuecas (laalberca.com/aulaArqueologica.php), donde ver una réplica de un abrigo con pinturas prehistóricas y con un apartado dinámico que acerca a los visitantes a la vida eremítica.
Pero el entorno boscoso de La Alberca también da para una excursión que tiene hasta nombre propio, el Camino de las Raíces, uno de los 4 senderos señalizados de la Sierra de Francia bautizados como los Caminos del Arte, que mezclan el aliciente de una naturaleza deslumbrante con la sorpresa de ir descubriendo un reguero de instalaciones artísticas sembradas entre peñascos, bosques de cuento y algunos de los pueblos más bellos de España. El que pasa por La Alberca no tiene dificultad técnica ni desniveles apreciables y puede realizarse con niños acostumbrados a andar. Sus 9 kilómetros de trazado se recorren en unas 3 horas.
GUÍA PRÁCTICA
Dónde dormir
En Abadía de los Templarios (abadiadelostemplarios.com), un amplio complejo de aire medieval con villas de arquitectura tradicional, piscina, spa y restaurante. También en Doña Teresa (hoteldeteresa.com), un cuatro estrellas con vistas a la sierra y decoración tradicional de la zona. Otra buena elección es Antiguas Eras (antiguaseras.com), un hotel sencillo, acogedor, con cafetín-mesón. Hay habitaciones abuhardilladas, con terraza, con vistas a la sierra, con hidromasaje…
Dónde comer
Con un menú a precio excelente, El Encuentro (tel. 923 41 53 10), a base de patatas meneás, sopa castellana, carrilleras, secreto, solomillo de cerdo, cochifrito... Y afamado por sus carnes a la brasa, especialmente el chuletón de ternera morucha, La Cantina de Elías (tel. 923 41 52 37).