La afamada costa malagueña, que atrae miles de visitantes cada año, tiene un universo paralelo bajo la superficie, en la comarca de la Axarquía, donde entre un nutrido conjunto de cavidades subterráneas aparece una única en el mundo. Es La Cueva del Tesoro, que tiene el honor de ser una de las tres únicas cavidades del mundo que tienen un origen submarino (las otras dos están en México y Asia), además alberga en ella pinturas, grabados y yacimientos arqueológicos prehistóricos y la mejor noticia ¡es visitable!
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Abierta al turismo en los años 60, pasear relajadamente por sus galerías permite contemplar las formas que el agua ha moldeado a lo largo de millones de años. La presencia de manantiales subterráneos fue vaciando la roca caliza generando cavidades, hasta que el nivel del mar subió y las cubrió. En algunas paredes aún perdura el relleno prehistórico a base de conchas y fósiles.
Para conocer este tesoro subterráneo hay que viajar al municipio de Rincón de la Victoria, a unos 15 kilómetros de la ciudad de Málaga. Cuando nos acercamos a esta localidad, el paisaje que acompaña es el típico de la Axarquía litoral. A un lado el Mediterráneo y al otro campos de olivos, viñas, almendros y algarrobos. Llegando al acantilado del Cantal, un gran cartel con el dibujo de un ciervo indica que se ha llegado a la Cueva del Tesoro, una de las más importantes del Mediterráneo.
CÓMO VISITAR LA CUEVA DEL TESORO
En un principio no había una cueva sino tres: la de El Higuerón, El Suizo y La Victoria. Luego la de El Suizo y El Higuerón quedaron unidas en una, la llamada Sala de la Virgen, que en principio restringió su acceso al público pero que hoy se puede visitar junto a la cueva de la Victoria y de forma independiente a la del Tesoro.
El recorrido por las profundidades de la cueva del Tesoro -de unos 2,5 kilómetros de longitud-, modeladas por el agua y el paso de los siglos, comienza con una exposición sobre este espacio geológico y continúa por sus diferentes salas, como la de Marco Sacro, la del Águila o la del Volcán, que guardan pinturas rupestres, cerámicas del Neolítico, restos fenicios y árabes…
Entre sala y sala se van escuchando las leyendas que rodean el origen de este mágico lugar, como la referente a su nombre, que dice que aquí se guarda el tesoro escondido en el siglo XII por el emperador almorávide Tasufin Ibn Alí. Una historia que invita a los visitantes a «jugar» e ir a la búsqueda del tesoro.
Un escenario natural tan singular acoge diferentes actividades a lo largo del año, como el Festival Internacional de Música de la Cueva del Tesoro. La cueva está abierta todos los días y el precio de su entrada es de 4,65 € adultos y niños 2,75 € (turismoenrincon.es/cueva-del-tesoro). Se realizan visitas guiadas e incluso el último domingo de cada mes se hace una visita teatralizada.
CÓMO VISITAR LA CUEVA DE LA VICTORIA
Ataviados de casco y frontal, así toca adentrarse allí donde el público general no puede acceder. La cueva del Higuerón (que forma parte de la cueva de la Victoria) tan solo está abierta a 30 personas que, guiadas por un experto, se adentran en sus profundidades cada día. Sorprenden las paredes lijadas por la erosión de la arena, que contrastan con las puntiagudas estalactitas que sobrevivieron a su acción. En una galería, marcas de óxido de hierro muestran líneas, semicírculos y huellas. También la imagen más antigua conservada de un animal en el Mediterráneo: el ciervo, símbolo de la Cueva del Tesoro, que lleva pintado en esta pared 25.000 años.
Para acceder a la tercera de las cuevas, la de la Victoria, hay que volver al exterior. En una explanada aledaña, un pozo con candado desvela la entrada. De nuevo, provistos de los cascos y frontales, otra incursión en las entrañas de la tierra lleva a la Sala de las Conchas, la gran reserva arqueológica paleolítica de la Bahía de Málaga, en la que se han hallado arpones o raspadores con más de 30.000 años de antigüedad. La amplia sala contigua, cuyas paredes atesoran pinturas de más de 60 elementos antropomórficos, sirvió de lugar de enterramiento en el Neolítico.
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EN RUTA PARA CONOCER FRIGILIANA
Apenas 30 minutos en coche separan estas cuevas de uno de los pueblos más bonitos de España y de Andalucía, y eso que para gustos, los colores. Pero de Frigiliana, no cabe duda.
Bajo la sierra de la Almijara y frente al Mediterráneo, este pueblos de empinadas cuestas, con su caserío de fachadas de blanco impoluto y sus balcones floreados, es ideal para pasear por su casco histórico en el que descubrir joyas como el antiguo palacio renacentista de los condes de Frigiliana, hoy hogar de la única fábrica de miel de caña de Europa que se elabora de forma artesanal y tradicional.
También conviene pasar por la Casa de los Aperos, sede del Ayuntamiento; la calle Real, con sus coquetos negocios locales, o el Barribarto, desde cuyos miradores se ve la sierra de Almijara y el Mediterráneo en todo su esplendor.