De principio a fin, los alcalaínos pasean una y otra vez por la calle Mayor, pero es que además en ella hacen sus compras y se sientan a tapear en sus bares y terracitas, que aquí es una costumbre de la que nadie se priva. En Semana Santa, además, es un escenario indispensable en esta ciudad madrileña.
CASA NATAL DE CERVANTES
Y vino a ser que en un lugar de Alcalá de 1547 nació “el manco sano, el famoso todo, el escritor alegre, el regocijo de las musas”. Ese lugar es hoy el Museo Casa Natal de Cervantes y abre sus puertas en la calle Mayor. No tiene pérdida, sentados en un banco de piedra, Don Quijote y Sancho Panza invitan a entrar y, por supuesto, a retratarse junto a ellos. Después, hay que cruzar su pequeña jardín para acceder a esta vivienda de dos plantas donde se recrea cómo eran las distintas estancias de la casa de una familia acomodada del siglo XVI y, en el piso superior, una exposición de obras de Cervantes en lenguas de todo el mundo.
HOSPITAL DE ANTEZANA
Pegado al museo queda este antiguo hospital para pobres en el que Rodrigo de Cervantes, padre del escritor, ejercía la medicina. El Hospitalillo tiene un patio típico y una pequeña iglesia en la que una imagen recuerda a San Ignacio de Loyola, que también trabajó en esta casa como cocinero a cambio de alojamiento.
AMBIGÚ
En la calle Cervantes, que une Mayor con Santiago, y junto al Teatro Salón Cervantes, referencia cultural de la ciudad, Ambigú (ambigualcala.es) es la propuesta joven, fresca y desenfadada de los jóvenes cocineros Fran Rodríguez y Alfonso Sanz. Así es su cocina viajera de aquí y de allá y también su diseño interior. De su carta se hace difícil elegir, porque apetece todo: el pulpo de red a la parrilla, el tartar de atún rojo, el lomo de bacalao confitado... Y de postre, una torrija caramelizada a su ginger cream.
LA CÚPULA
No todos los días uno tiene el privilegio de entrar en una iglesia y sentarse a comer. Por eso sorprende cruzar la puerta del antiguo colegio-convento de los capuchinos y acomodarse en una de las mesas repartidas por su antigua nave (lacupularestaurante.com). Una vez superada la primera impresión, de lo que hay que disfrutar es de su cocina tradicional castellana. Los nevaditos u hojaldritos del prior no faltan en su carta.
LA TERRAZA DEL MERCADO
A espaldas de la calle Mayor, en la última planta del antiguo mercado de abastos de Alcalá no solo se disfruta de un lugar con historia, también de un espacio vanguardista y luminoso donde degustar una cocina tradicional mediterránea con productos de la tierra y de temporada. Gusta también su terraza (laterrazadelmercado.com).
HEMISFERIO RESTAURANTE
Tradición y modernidad en un ambiente entre industrial y sofisticado. Es la propuesta de Hemisferio (hemisferiorestaurante.es), un espacio de 400 m2 pensado para pasar todas las horas del día. Si apetece comer, está su restaurante, que ofrece una cocina de mercado mediterránea y fresca con influencias internacionales, que mejor un café con un dulce, un helado o un cóctel en un ambiente distendido, los que se sirven en Hemisferio Café, situado en la planta inferior del local.
PUEBLA TAQUERÍA
Dicen que los mejores tacos de Alcalá se sirven en este restaurante (restaurantepuebla.com) en plena calle Mayor que fusiona gastronomía mexicana, española e influencias asiáticas. Y dicen que su diseño contemporáneo y sus colores representan el México del siglo XXI. Hay que probarlo para después dar fe de ello.
PARA AMANTES DE LOS LIBROS
Dos direcciones a un paso una de la otra que no pueden perderse en la calle Ramón y Cajal, en las inmediaciones de la calle Mayor, los amantes de los libros: la Librería Diógenes (libreriadiogenes.com), donde siempre hay propuestas de actividades para todos los públicos y La Librería de Javier (lalibreriadejavier.com), la más antigua de Alcalá.
PASOS EN LA CALLE MAYOR
Los que quieren ser testigo de una de las fiestas más tradicionales y participativas de Alcalá, la Semana Santa, tienen que pasar inevitablemente por la calle Mayor, por la que desfilan algunas de las ocho procesiones que recorren su casco histórico. Una oportunidad para visitar a los entornos monumentales por los que desfilan los pasos de las distintas cofradías, asistir a alguno de los conciertos programados de músical coral y acabar probando su gastronomía, de la mano de Alcalá Gastronómica y, por supuesto, del dulce típico que estos días se elabora en las pastelerías de la ciudad: el Penitente (más información: turismoalcala.es/).
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