Alegría, risas, baile, disfraces y maquillaje, ¡mucho maquillaje! No hay mejor época del año para visitar la ciudad de Badajoz que el carnaval. Cada año numerosas comparsas salen a las calles ofreciendo sus mejores ideas a los expectantes admiradores turistas que se apostan en las calles horas antes del comienzo de los desfiles para presenciar la fiesta pacense más importante.
Trajes espectaculares, llamativas coreografías, melodías cañeras de percusión, estandartes originales… Cada detalle cuenta para alzarse con los premios a las mejores comparsas y meterse al público en el bolsillo. Una temporada tras otra, las comparsas eligen una temática y la desarrollan durante todo el año, dejando lo mejor de sí mismas en cada puntada, paso de baile y nota musical para conseguir un show de altura que nada tiene que envidiar al veneciano o al brasileño, dos de los carnavales más sonados del mundo.
Tal es la implicación de sus habitantes con esta fiesta que las tiendas exhiben en sus escaparates, durante todo el año, los elaborados gorros que lucen las diferentes comparsas. Y es que el carnaval no da tregua a sus devotos, ya que, apenas están saboreando las mieles del éxito los ganadores, los diseñadores empiezan a pensar en la que será su siguiente temática.
Las dos semanas previas al gran carnaval el teatro López de Ayala recoge el concurso de murgas, un espectáculo en el que ironía y el ingenio se dan la mano para entretener a todos los asistentes. Los tres grupos ganadores actúan, una vez finalizado el entierro de la sardina, en el barrio de San Roque donde, entre pan, sardinas asadas y vino de la tierra, se celebra el fin del carnaval. Y que esto no te sepa a poco, ya que durante los cinco días que dura esta fiesta irán actuando por los bares de la ciudad para amenizar las cañas y copas a locales y visitantes.
El pistoletazo de salida oficial del carnaval lo dan los más pequeños desfilando hasta la plaza de España donde una vez terminado el desfile, tiene lugar el pregón, discurso que cada año ofrece un personaje famoso con gran entusiasmo.
De gran interés es también el desfile de artefactos, vehículos ‘disfrazados’ que acaparan flashes y miradas y que cada año van cobrando mayor protagonismo por lo estrambótico de sus creaciones.
La ciudad cuenta también con un Museo del Carnaval situado en uno de sus edificios históricos: La Potera, un espacio moderno y atractivo que da vida a esta memoria colectiva. Se trata de un museo interactivo y dinámico en el que conocer el origen de la fiesta y la influencia que ejerce sobre esta ciudad extremeña y en el que poder disfrutar de diferentes disfraces y artefactos, así como de composiciones musicales. La entrada es gratuita.