Soutomaior, un castillo perfumado por las camelias y marcando tendencia en la moda
En invierno, entre los centenarios muros de esta fortaleza medieval enclavada en el boscoso valle del Oitaván, en las mismas Rías Baixas, puede ocurrir de todo. Lo más vistoso es ver cómo, en una época en la que son escasísimas las flores, la camelia florece y embellece sus jardines. Pero, ¿y si de repente el castillo se convierte en una pasarela de moda de otra época?
Nada más llegar al castillo de Soutomaior (castelodesoutomaior.com) hay que tomarse un tiempo para relajarse en su exterior. En él se descubren castaños que superan los 800 años de antigüedad, hasta 27 especies de coníferas y unos curiosos helechos arborescentes en las proximidades del estanque. Aunque son las vistosas camelias lo que más llaman la atención en el que es el jardín botánico más importante de Galicia. Diseñado a mediados del siglo XIX para engalanar la residencia veraniega de los marqueses de la Vega y Armijo, forma parte, además, de la ruta de las camelias. Un recorrido que sigue, de pazo en pazo, la estela de esta sutil y delicada flor llegada de Oriente hasta tierras gallegas.
Una vez perfumados por su aroma, hay que disfrutar del castillo en sí. Lo primero que llama la atención es su porte arquitectónico. Levantado en el siglo XII, en él se mezclan en armonía los elementos militares y palaciegos. Ya en el interior, con el apoyo de maquetas interactivas, cajas mágicas y proyecciones en 3D, sus nueve salas, distribuidas por todas las plantas, van relatando su historia, entre los que se cuenta con especial atención la de Pedro Madruga, un fascinante personaje que hizo de él la base de sus correrías por la región, o la de la ilustrada María Vinyals, que nació en el castillo y era sobrina de los citados marqueses, que hicieron de la una ruina medieval un elegante pazo neogótico.
Precisamente a la esplenderosa época de finales del siglo XIX y principios del XX regresa el castillo de Soutomaior estos días invernales, porque durante los meses de enero y febrero, además de camelias, lo que se ve en sus salas son bordados, abalorios, calzado, cosmética, joyería, publicaciones y complementos de aquel tiempo.
Más de 200 piezas de los fondos del Museo de Pontevedra que ilustran sobre la moda de los años 1870 a 1925 y forman parte de la exposición La moda en detalles, indumentaria y complementos. Muchas de ellas inspiradas en la moda parisina y algunas fabricadas con tejidos de los mejores almacenes de Londres. Galicia, una vez más, marcando tendencia.