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napoles© Rocío Jiménez

De viaje por Nápoles, cuna de los belenes navideños

Caótica y desordenada, pero llena de vida y con un encanto especial. Así es Nápoles, la ciudad más poblada del sur de Italia que bien merece una visita, sobre todo en estas fechas navideñas.


Actualizado 18 de diciembre de 2018 - 21:04 CET

Cuna de los belenes, en Nápoles siempre es Navidad y, más concretamente, en la calle San Gregorio Armeno. En este mágico rincón italiano se amontonan tiendas y talleres donde se elaboran, durante todo el año, pesebres que son toda una obra de arte y muchos de ellos están inspirados en el estilo de Caravaggio y en la realeza europea.

Calle San Gregorio Armeno, Nápoles© Rocío Jiménez
Calle San Gregorio Armeno, en Nápoles, lugar donde se encuentran los comercios y talleres de belenes navideños.

Hasta 49 comercios dedicados a este oficio encontrarás en esta entorno que vive su máximo apogeo a medida que se acercan las navidades. Para conocer a fondo esta tradición es imprescindible entrar en uno de sus talleres como, por ejemplo, el de Marco Ferrigno, un artesano que, de la mano de su bisabuelo, sigue la estela de su familia, quien comenzó en el oficio en 1836. Entre las figuras típicas podrás ver el Benino, un pastor dormido al que los ángeles le anuncian en sueños la llegada de Jesús, el pastor de la Maravilla y la donna Carmela, una panadera que simboliza la prosperidad. El origen de estos belenes se remonta a la Edad Media y mezcla la inspiración bíblica con otras figuras contemporáneas. Tanto es así, que cada vez son más los que deciden incluir también una figura personalizada. Una escultura que suele medir unos 30 cm, cuesta alrededor de 400 euros y se tarda en fabricar hasta 15 días. Si deseas hacerte con un belén tradicional de esta ciudad deberás reservar unos 6.000 euros y esperar unos diez días, tiempo que se tarda en crear todas las piezas.

Belenes artesanos de laboratorio Ferrigno© Rocío Jiménez
Para elaborar un belén completo los artesanos necesitan alrededor de 10 días y su precio asciende a unos 6.000 euros.

Orgulloso de los resultados de su equipo, Ferrigno explica a sus visitantes cómo funciona la cadena en este pequeño taller en el que trabajan cinco artesanos especializados, cada uno en una parte del proceso. Cabeza de barro, ojos de vidrio, cuerpo de hierro y esparto, piernas y brazos de madera… todo está hecho al detalle, con paciencia y mucho mimo.

Marco Ferrigno, laboratorio Ferrigno (Nápoles)© Rocío Jiménez
Marco Ferrigno, dueño de uno de los talleres de belenes navideños más importantes de Nápoles.
Artesano en el Laboratior Ferrigno, Nápoles© Rocío Jiménez
Artesano trabajando en las figuras de los belenes de Nápoles en laboratorio Ferrigno.

Una vez te has hecho con los adornos para llenar tu casa de espíritu navideño es hora de recorrer la ciudad y descubrir su auténtica esencia. Situado en el centro histórico de Nápoles se encuentran los Quartieri Spagnoli, o lo que es lo mismo: los barrios españoles. Pasea por sus estrechas y ruidosas calles para retratar sus altos y destartalados edificios. La proximidad de estos apenas deja pasar la luz y su 'decoración' con sábanas y ropa tendida es todo un clásico. Llamados así por acoger tiempo atrás a militares españoles, estos barrios, que parten de la vía Toledo, acogen diferentes expresiones artísticas a lo largo de su entramado, así como el ir y venir de motoristas sin casco. El que también es el barrio más conflictivo de la ciudad, lo mejor es que lo visites de día.

Barrio español, Nápoles© Rocío Jiménez
En las calles del barrio español las casas los vecinos casi pueden tocarse por la proximidad de sus balcones.
Mujer tendiendo en el barrio español de Nápoles© Rocío Jiménez
Tender la ropa en la calle y balcones es una de las imágenes típicas de esta ciudad italiana con tanto encanto.

Acudir a la capilla de Sansevero para descubrir la impresionante escultura del Cristo Velado o visitar el convento de Santa Chiara, en la plaza del Gesu Nuovo, completarán tu ruta.

Para los fans del cine y la buena comida, L’Antica Pizzeria Da Michele (damichele.net) es un buen lugar para hacer un alto en el camino y disfrutar de una auténtica pizza napolita. En su interior, Julia Roberts -la eterna sonrisa de Hollywood-­ rodó una de las escenas de la película Come, reza, ama. Como la actriz, quien afirma en dicha escena: “Estoy enamorada y estoy teniendo un rollito con mi pizza”, tú también podrás probar este clásico gastro italiano. ¡Ojo!, debes ir con tiempo ya que lo normal es que haya cola tanto para sentarse dentro del local, como para pedir comida para llevar.

pizzeria-9a© Rocío Jiménez
Si eres fan de Julia Roberts y de la pizza en general deberías pasar por L'Antica Pizzeria Da Michele, lugar en el que se rodó una escena de la película Come, reza, ama en donde hacen una de las mejores pizzas napolitanas.

Si dispones de más tiempo, acércate a descubrir Pompeya. En el año 79 d.C. la erupción del Vesubio arrasó esta próspera y dinámica ciudad, pero, paradójicamente, gracias a quedar sepultada bajo las cenizas sus principales edificios se conservaron en un increíble estado, hasta que fue redescubierta en el siglo XVI. Debido a su extensión, necesitarás varias horas para empaparte de la historia de este lugar.

La ciudad de Pompeya© Rocío Jiménez
Es impresionante ver el estado de conservación de esta ciudad romana que fue arrasada por el Vesubio en el año 79 d.C
Figuras de personas en Pompeya© Rocío Jiménez
En las estatuas de las personas que allí perecieron se puede apreciar su aspecto compungido, una imagen que no te dejará indiferente.

Como punto base para vivir esta experiencia podrás alojarte en el emblemático Eurostars Hotel Excelsior (eurostarshotels.com/eurostars-hotel-excelsior.html), un edificio con 110 años de historia y unas vistas privilegiadas al Vesubio. Situado en el paseo marítimo junto al Castel dell’Ovo, este hotel hará de tu estancia una experiencia cargada de lujo, clase y elegancia.

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