HECHO
Una de las joyas de los Pirineos es el valle al que da nombre el pueblo de Hecho, esa coqueta villa de casas tradicionales donde el río Aragón Subordán discurre libremente hasta llegar a la selva de Oza, su gran escenario y refugio del oso pardo. La capital del valle es un pueblo encantador de calles empedradas con casas tradicionales que llevan hasta la iglesia de San Martín, que presume de un ábside románico. Entre sus casas tradicionales, imprescindibles son las de Gastón, Chilico y Mazo, esta última alberga un museo etnográfico. También destacan las fachadas de las casas Lo Cacho y Urbana. Antes de salir de Hecho, también merecen una visita su puente medieval y su museo de arte contemporáneo Pallar d´Agustín, distribuido por varios espacios de la villa / © Shutterstock
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NACIMIENTO DEL RÍO PITARQUE
El Pitarque es un afluente del Guadalope que nace a lo grande, formando cascadas y pozas cristalinas en un cañón del árido Maestrazgo turolense. Parara llegar hasta él hay que seguir a pie por un sendero lineal señalizado de unos 4,5 kilómetros y unas tres horas de duración (incluida la vuelta) que conduce desde el pueblo de Pitarque hasta los ojos donde aflora el río del mismo nombre, en el fondo de un abrupto calón de roca caliza. La ruta puede complementarse con otra en coche por desfiladeros y bellos pueblos como Cantavieja, La Iglesuela del Cid y Mirambel / © Shutterstock
MONASTERIO DE VERUELA
Los monjes cistercienses encontraron en la sierra del Moncayo, bajo la altiva silueta del pico que le da nombre, que con sus 2.300 m es el techo del Sistema Ibérico, el mejor lugar para levantar el monasterio de Veruela, que llegó a ser una de las más importantes fundaciones en todo el reino de Aragón y en el que encontró refugio Gustavo Adolfo Bécquer / © Shutterstock
EMBALSE DE YESA
Conocido como el mar de los Pirineos, el embalse de Yesa es la mayor superficie navegable de Aragón y de él nace el canal de Bardenas, que riega las Bardenas Reales y la comarca zaragozana de Cinco Villas / © Shutterstock
PARRIZAL DE BECEITE
En el Bajo Aragón, la comarca del Matarraña es un territorio mágico donde los retorcidos y añejos olivares conviven con las escarpadas montañas de los puertos y con el sabor de pueblos como Beceite, Valderrobres, Calaceite, Ráfales o La Fresneda. En este entorno, hay una ruta para no perderse, la que discurre por los estrechos del Parrizal, un paseo de unos 8 kilómetros y tres horas de duración que lleva al nacimiento del río Matarraña, donde el curso del agua reta a la montaña en forma de paredes verticales de más de cien metros de altura. El camino discurre por senderos, saltando de piedra en piedra y por pasarelas de madera hasta llegar al punto final de recorrido, Els Estrets del Parrissal, que corresponde a un cañón de 60 metros de altura y 1,5 de anchura / © Shutterstock
CALACEITE
Calaceite hace las veces de puerta de entrada a la desconocida comarca turolense del Matarraña. Aunque su mejor imagen se tiene desde lo alto de la ermita de San Cristóbal, el punto de partida de cualquier paseo debe comenzar en la plaza Mayor, y luego seguir por calles de piedra a la que asoman sus casas ocres, apiñadas bajo los restos del castillo de los Zayd, la fortaleza que la coronó y de la que ya solo queda el recuerdo. También posee una soberbia iglesia, capillas volantes y edificios de sillería que conforman un conjunto arquitectónico único, donde escritores y artistas encontraron refugio, de ahí que en lo más alto tenga una plaza llamada de los Artistas. Como curiosidad, sus habitantes hablan una lengua propia, una variante del catalán al que llaman chaparriau, y es que estar en el extremo más nororiental de la provincia, entre las comunidades de Cataluña y Aragón, tiene esas cosas / © Shutterstock
FUENDETODOS
En la localidad que vio nacer a Francisco de Goya dos lugares imprescindibles, la casa donde vivió el pintor, un edificio del siglo XVIII de piedra, con tres plantas, acondicionado como casa-museo, con muebles y enseres de estilo aragonés de la época, y, a poca distancia, el Museo del Grabado Antonio Saura, con una selección de cuatro importantes series del pintor aragonés: Desastres, Dispararates, Caprichos y Tauromaquia / © Shutterstock
MUSEO MINERO DE ESCUCHA
Bajar a una mina de carbón, viajar en un tren tirado por una locomotora de vapor centenaria y asomarse a una cueva salpicada de pinturas prehistóricas son tres experiencias inolvidables que difícilmente pueden vivirse en un solo día, salvo en las tierras que atraviesa el río Martín, en el agreste, solitario y desconocido norte de Teruel. La primera se realiza en el Museo Minero de Escucha(museomineroescucha.es), la segunda en el Parque Temático de la Minería de Utrillas(minasdeutrillas.com) y la tercera se descubre en la ruta que discurre entre los pueblos de Obón y Alcaine, donde se encuentran los conjuntos rupestres de la Coquinera y la Cañada de Marco / © Shutterstock