Tres valles de León rebosantes de naturaleza donde cargar las pilas este otoño
Sajambre, Valdeón y el valle de Silencio. Tres espacios naturales para perderte en esta estación. ¡Y te van a sorprender!
VALLE DE SAJAMBRE
Desde su punto más alto, en la Peña Santa de Castilla hasta su parte más baja, en el desfiladero de los Bellos, unos paisajes de ensueño se suceden en este singular valle: cumbres con mantos de nieve, oscuros bosques de robles y hayas, extensos prados… La Senda del Arcediano, el camino construido por los romanos para unir León con Asturias, es una de las múltiples rutas de senderismo por sus bellos parajes cuajados de iglesias, molinos y miradores, y de esos hórreos tradicionales que son uno de sus rasgos típicos. En la Escuela Museo de Soto de Sajambre también podemos apreciar curiosas reliquias como un disco de Newton, un gramófono Brown, un telégrafo Morse… que fueron toda una innovación para la época.
VALLE DE VALDEÓN
El lugar ideal para disfrutar de las mejores vistas de los Picos de Europa, especialmente desde los excepcionales miradores de Tombo y Piedrashitas. También aquí se encuentra una de las rutas de montaña más impresionantes de Europa: la Ruta del Cares, conocida como la “Garganta Divina”, que atraviesa el desfiladero que sigue el río del mismo nombre en un sendero tallado en la roca al paso de lagunas cristalinas. Es una de las múltiples posibilidades de senderismo para descubrir los famosos hórreos del valle y el sabroso queso azul de Valdeón, que cuenta con Denominación de Origen.
VALLE DEL SILENCIO
El río Oza serpentea a lo largo de este valle angosto y sinuoso, entre las faldas de los montes Aquilanos, donde apreciar la magia del bosque junto a unos pueblos aislados que esconden sorprendentes joyas. En la iglesia mozárabe de Santiago de Peñalba pervive la huella de aquellos ermitaños que buscaron en estos parajes el lugar para cultivar su santidad. Y en la cueva de San Genadio, a la que se llega por un bello camino, se guarda aquella tierra extraída de su interior en el pasado, en la creencia de que aliviaba dolencias y males.