Maravillas de Serbia que no deberías perderte en tu primer viaje

Es el Danubio, que recorre más de 500 kilómetros por él, pero también sus fortalezas, sus monasterios cubiertos de mosaicos y su naturaleza lo que atrae de este país del que pocos conocen más que el nombre de su capital, Belgrado. Es hora de que desvelemos sus secretos, todo un descubrimiento para los que van en busca de destinos menos trillados en Europa.

por ESPERANZA MORENO

BELGRADO

La primera visita a Serbia no puede ser otra que Belgrado, y, en su capital, la fortaleza de Kalamegdan. Seis puertas dan acceso a la antigua ciudadela que, si en otro tiempo fue testigo de las numerosas batallas que libraron en ella, hoy es un gran parque público que regala, desde lo alto de una colina, la mejor panorámica de la ciudad, en la misma confluencia del Danubio con el río Sava. Uno se puede pasar la mañana o la tarde sin salir de sus muros entre bonitos paseos, estatuas, un observatorio, un par de templos, un zoo, monumentos, museos, restos romanos, cañones, puentes, pero Belgrado guarda otros lugares imprescindibles, desde Skadarlija, el antiguo barrio bohemio; al magnífico templo ortodoxo de San Sava; la peatonal Knez Mihailova; el Museo Nacional de Belgrado, que acaba de reabrir sus puertas tras quince años cerrado; el Mausoleo de Tito; los nuevos proyectos urbanísticos, símbolo de la emergente capital serbia; y acabar el día en alguno de los restaurantes o locales flotantes del puerto fluvial de Sava Mala, para participar de su animada vida nocturna.

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MONASTERIOS DE FRUSKA GORA

Al norte de Serbia, en la provincia de Voivodina, Fruska Gora es una montaña pequeña acurrucada a orillas del Danubio que guarda más de una sorpresa. Primero es el primer parque nacional del país, pero también un buen lugar para desgustar los excelentes vinos de la zona y, sobre todo, descubrir un espectacular conjunto de 16 monasterios ortodoxos, entre los que sobresalen el de Velika Remeta, el cercano de Grgeteg y el también próximo de Krusedol. 

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PARQUE NACIONAL DE DJERDAP

Desde su nacimiento hasta que desemboca en el Mar Negro, el Danubio recorre 2.850 km a lo largo de diez países, de ellos 588 por Serbia. Unas veces este río que le da la vida parece un lago por su anchura, pero navegando a través de cañón más largo y profundo de Europa hacia las llamadas Puertas de Hierro, el Danubio se encoge. A la altura de la fortaleza de Golubac, la vecina Rumanía solo queda a 150 metros y el río alcanza en este lugar su punto más profundo (90 metros). Estamos en el Parque Nacional de Djerdap, un paraíso de bosques y paredes rocosas en la que se suceden las gargantas y se descubren importantes lugares históricos y arqueológicos, como la Tabula Trajana, el lugar donde el emperador romano dejó su huella o el yacimiento Lepenski Vir. 

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ZLATIBOR

A unos 140 km al suroeste de Serbia, Zlatibor es una montaña saludable, con extensos pastos, densos bosques, pintorescas colinas, ríos y arroyos que serpentean por las montañas donde a los serbios les gusta relajarse, practicar el senderismo y disfrutar de la naturaleza con buen tiempo. Pero cuando llega el frío, las montañas se cubren de nieve y Zlatibor es el centro de los deportes de invierno, sobre todo del esquí.

DRVENGRAD

Pasear por la calle de Federico Fellini, de Ingmar Bergman o de Novak Djokovik, sentarse en la plaza de Nikola Tesla o ver una película en el cine Stanley Kubrick solo se puede hacer en Drvengrad, un curioso pueblo de casas de madera rodeado de verdes montañas que nació de la nada, o, mejor dicho, de un delirio del famoso director serbio Emir Kusturica, pareja de Monica Bellucci, que levantó este lugar abierto a la diversidad cultural para el rodaje de la película La vida es un milagro. En sus calles adoquinadas además de casas auténticas en las que uno se puede alojar, hay una iglesia, una galería de arte, una biblioteca, un restaurante y una tienda de artesanía local. Todo tan cinematográfico.

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CAÑÓN DE UVAC

En el top de los lugares más bellos de la naturaleza de Serbia está esta reserva natural que es el hábitat del buitre leonado. Una excursión en jeep y luego un tramo caminando lleva hasta el mirador Molitva, que domina desde lo alto de los acantilados los meandros del río Uvac. Si las vistas dejan con la boca abierta, muy grata es también la experiencia de subirse a un barco y hacer un tour sorteando los meandros para tener todas las perspectivas.

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VIMINACIUM

Descubrir la huella de los romanos en Serbia lleva hasta la que fue su principal ciudad, Viminacium, un campamento militar al noroeste del país que llegó a albergar a varias legiones romanas y hoy es un gran parque arqueológico. Entre los principales vestigios excavados se descubre su mausoleo, sus termas, el anfiteatro romano y el esqueleto de su visitante más antiguo, el mamut que vivió en este lugar hace cinco millones de años.

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FORTALEZA DE PETROVARADIN

Si la fortaleza de Kalamegdan es el mejor mirador de Belgrado, la de Petrovaradin es de Novi Sad, la animada y joven capital de Voivodina. Situada sobre una colina roca frente al casco antiguo, la que es una de las fortalezas más grandes de Europa fue muchas veces disputada y hoy es el más bello ejemplo de la arquitectura militar del siglo XVIII, donde admirar la torre del Reloj, la maraña de galerías subterráneas, el observatorio y el archivo histórico.  En verano, la construcción acoge un famoso festival de música en un marco incomparable asomado al Danubio.