Troia, una península virgen (y todavía secreta) a una hora de Lisboa
Frente el estuario del Sado y el parque natural de la sierra de Arrábida se divisa una península estrechísima rodeada de una playa infinita de 15 kilómetros que acaba en Comporta, esa minúscula aldea donde a las celebrities internacionales les gusta refugiarse en busca de privacidad y perderse de modo anónimo. Se llama Troia y es un secreto exclusivo en Portugal.
Exclusivo porque en este paraíso bohemio de espíritu ecológico y sostenible el lujo es alojarte en una de las villas que se esconden entre las dunas y la vegetación y pasar el día de forma desenfadada entregado a la naturaleza más virgen. Aquí las horas transcurren caminando por la orilla del mar o dando un paseo en bici por el bosque de pinos, buceando en sus aguas cristalinas, haciendo una ruta de senderismo con pícnic, subido en un pequeño barco para conocer la colonia de delfines que habita en este estuario u observando a las más de 600 especies naturales que se concentran en el entorno.
Con vistas al mar, las villas y casas de Troia Resort son un lujo en una zona inexplorada y desconocida de Europa, primero por el diseño de su construcción, pero, sobre todo, por que han sido diseñadas con espacios abiertos, ventanales que inundan de luz el interior. Nada puede enturbiar la vista. Resultan amplias, funcionales, con mobiliario de diseño y se funden con el paisaje verde creando un espacio único para disfrutar del tiempo libre con la familia. Y además para asegurar privacidad, las villas se encuentran en un entorno vigilado las 24 horas del día, lo que permite que los padres puedan relajarse y los pequeños jugar en el jardín exclusivo de cada vivienda.
En un lugar próximo, pero a distancia, el complejo de Troia Resort también cuenta con un campo de golf, un centro deportivo con tenis y pádel, clases de yoga o surf y un beach club a dos pasos del océano de ambiente sofisticado. Y además, los alojados, que pueden ser también propietarios, cuentan con servicio de mantenimiento de zonas comunes, conserjeria, personal de limpieza, puesto médico…
En las 486 hectáreas que ocupa este complejo tan alejado del concepto tradicional de los resorts –aquí más tiene que ver con la tendencia eco-chic– se reparten las Villas del Atlántico: 96 villas y parcelas en primera línea de playa y frente al campo de golf (una de las cuales ha sido decorada por el prestigioso interiorista Amaro Sánchez de Moya) y el complejo Ocean Village, 90 casas adosadas y pareadas divididas según su tipología: Land Beach Houses, Light Beach Houses y Time Beach Houses. Distintas opciones para unas vacaciones en un lugar único donde el lujo es vivir de forma natural.
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