Annecy, una ciudad encantadora en la Alta Saboya

Perfecta para descubrir en un fin de semana, esta pequeña ciudad francesa transporta, con sus decorados y encanto, a un cuento de hadas. Es hora de descubrirla. 

por ROCÍO JIMÉNEZ

Belleza, romanticismo, historia y una pizca de magia son los ingredientes que dan forma a esta ciudad. Conocida como la Venecia de Saboya y enmarcada por sus imponentes montañas y sus hermosos canales, Annecy es un lugar francés por descubrir. Más allá de su imagen postalera, esta majestuosidad que limita con los Alpes alberga un sinfín de tesoros.  

Comienza por respirar aire fresco sumergiéndote en su espectacular decorado: parques, jardines, canales y su gran lago de aguas cristalinas y de las más limpias del mundo. En su lago, el segundo de origen glaciar más grande de Francia, podrás, además, dar un paseo en barco o practicar deportes como ski acuático o windsurf. Además, si vas el primer sábado de agosto podrás disfrutar del mayor espectáculo pirotécnico de Europa, ¡todo un planazo! 

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Para los románticos empedernidos la parada obligada es el puente de los Amores, un lugar perfecto para sellar tu amor con un beso, ya que, según cuenta la leyenda, las parejas que sobre él se besan permanecen unidas para siempre. Además, esta pasarela de hierro fundido une el Pâquier con los Jardines de Europa, dos de los parajes naturales más importantes de esta ciudad, que albergan enormes árboles centenarios. 

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Después, es momento de descubrir el principal atractivo de esta ciudad de la Alta Saboya, el Palacio de la Isla. El que es el segundo monumento más visitado y fotografiado de Francia, por detrás de la Torre Eiffel, y ubicado sobre una pequeña isla que forma a su paso por este enclave el río Thiou, el palacio comenzó siendo residencia de los señores de Annecy para después convertirse en prisión. En la actualidad es un centro de interpretación de la arquitectura y el patrimonio, en el que podrás documentarte un poco más sobre este singular paraje.  

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El resto de las horas hay que dedicarlas a perderse por sus estrechas calles llenas de vida, admirando sus casas de colores con arcadas, sus puentecitos, sus coquetas terrazas y detenerse en algunas paradas imprescindibles. En la zona alta de la ciudad está el castillo, desde donde podrás, además, disfrutar de maravillosas vistas de la región; y la basílica de la Visitación, cuya torre se alza hasta los 72 metros de altura y está coronada por una gran cruz de bronce de siete metros. En su interior podrás descubrir un carillón formado por 38 campanas. 

El mejor punto y final para el paseo es alquilar una bicicleta y pedalear alrededor del lago a través de sus 42 kilómetros de sendero. Respirar aire puro mientras disfrutas de las vistas será la mejor despedida de esta bonita ciudad francesa que es Annecy. 

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