Siete escapadas a menos de dos horas de Madrid (cada una por una autovía)
La sierra de Ayllón, los pueblos negros de Guadalajara, el monasterio de Uclés y las ruinas de Segóbriga, el pueblo de Consuegra, la ciudad de Toledo, la sierra de San Vicente y Olmedo. Ideas para salir de la capital y disfrutar en todas las direcciones.
SIERRA DE AYLLÓN
Distancia: 1 hora y 20’ por la Autovía del Norte (A-1)
A los pies de la montaña segoviana se esparcen un conjunto de pequeñas poblaciones a los que ha dado nombre su singular arquitectura popular. Son los pueblos rojos, negros y amarillos, donde se han utilizado los materiales que se encuentran en la zona para teñir con tan llamativos colores su geografía urbana. La ruta es Riaza, una villa serrana con mucho encanto llena de rincones con sabor, casas solariegas con soportales y calles que llevan a su curiosa plaza Mayor, con forma de anfiteatro. Desde aquí se pueden explorar rincones espectaculares de la sierra de Ayllón, como los miradores que hay por encima de la ermita de Hontanares o el puerto de La Quesera. El recorrido continúa por Alquité, un pueblo de color amarillo, y Martín Muñoz de Ayllón. Madriguera es el mejor ejemplo, junto con Villacorta, de pueblo de color rojo; y Becerril, Serracín, El Muyo y El Negro, de pueblos negros.
PUEBLOS NEGROS DE GUADALAJARA
Distancia: 1 h y 37’ por la Autovía del Nordeste (A-2)
Campillejo, El Espinar, Campillo de Ranas y Robleluengo. A los mismos pies del Ocejón, Majaelrayo, uno de los que tienen mayor encanto, y, en la ladera oeste, otros de gran belleza como Almiruete, Palancares y Valverde de los Arroyos. Son los pueblos que forman parte de la Ruta de la Arquitectura Negra, que recorre el noroeste de la la provincia de Guadalajara, un singular itinerario que une pequeñas localidades cuyas viviendas se han construido con lajas de pizarra y piedra oscura formando un conjunto etnográfico único.
UCLÉS-SEGOBRIGA
Distancia: 1 h y 15’ por la Autovía del Este (A-3)
Uclés es un pueblo pequeño, pero perfecto para animarse a salir un día de Madrid, porque, en poco más de una hora, uno se planta en su casco urbano y se descubre el monumental castillo de origen árabe que lo corona. El paseo por este típico pueblo conquense permite admirar sus casas solariegas y casas-palacio, su fuente de los Cinco Caños pero, sobre todo, el impresionante monasterio que domina su perfil. El día todavía puede dar para más, así que, qué mejor que saltar, al otro lado de la autovía de Levante, para conocer Segóbriga, uno de los conjuntos arqueológicos íbero-romanos más significativos de la Península ibérica.
CONSUEGRA
Distancia: 1 h y 30’ por la Autovía del Sur (A-4)
Un castillo y un puñado de molinos en un cerro donde es fácil imaginar la hazaña más sonada del héroe cervantino dibujan la silueta de esta localidad típicamente manchega que tiene otro de sus rincones imprescindibles en su plaza mayor, con sus corredores, balconadas y soportales tradicionales. De ella parten un conjunto de calles de trazado medieval con antiguas casonas rematadas con escudos nobiliarios y rejerías además de iglesias como la del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. Aprovecha la escapada para disfrutar de la gastronomía manchega en locales como la Tapería Gaudy (taperiagaudy.com).
TOLEDO
Distancia: 52’ por la Autovía de Toledo (A-42)
Toledo es una de las escapadas recurrentes de los extranjeros que pasan por la capital, pero también de los madrileños. Vista desde los cigarrales, es una fantasía arquitectónica, fruto de la mezcla de la cultura cristiana, árabe y judía, que se levanta sobre la gran escarpadura que forma una amplia curva del río Tajo. Ya de cerca, paseando por sus calles estrechas y silenciosas cargadas de leyendas se van descubriendo sus joyas: la catedral, las sinagogas del Tránsito y Santa María la Blanca, el monasterio de San Juan de los Reyes, el Alcázar y todos aquellos lugares donde se guardan las obras más famosas de un pintor universal, El Greco, en la ciudad que más le sedujo.
SIERRA DE SAN VICENTE
Distancia: 1 h y 30’ por la Autovía del Suroeste (A-5)
Por la autovía del suroeste, pasado Maqueda, se llega al Real de San Vicente, el pueblo que da nombre a esta sierra que se extiende entreel valle del Tiétar al norte y el valle del Tajo al sur. Primero hay que descubrir su conjunto urbano, formado por tortuosas calles con casas de pizarra y sillería, y la iglesia de Santa Catalina como edificio principal. Pero a lo que se viene hasta aquí es a hacer rutas por la sierra, como la que lleva al cerro de San Vicente o a la del Cabezo Hituero, que recorre esta estribación montañosa entre bosques, prados, dehesas y vestigios de varias épocas. En la sierra, un auténtico balcón natural, se esconden también las ruinas del convento de Piélago, del siglo XVII, los restos de un castillo, un pozo de nieve, una ermita y parajes de gran belleza, como el que asciende hasta la cueva donde buscaron cobijo los santos hermanos Vicente, Sabina y Cristeta.
OLMEDO
Distancia: 1 h y 30’ por la Autovía del Noroeste (A-6)
La vallisoletana Olmedo da para una escapada de lo más entretenida. Por la capital del mudéjar hay que pasear para disfrutar de sus murallas; de la espectacular iglesia de San Miguel, donde admirar la esencia de arte mudéjar, de la cripta de la Soterraña, o del Palacio del Caballero de Olmedo, aquel al que el genial Lope de Vega situó en esta villa y que se ha convertido en su mejor embajador. El paseo hay que rematarlo con una visita al Parque Temático del Mudéjar, con réplicas exactas de monumentos de Castilla y León a escala. A cinco minutos andando está el hotel Balneario de Olmedo, levantado sobre las ruinas de un antiguo convento del siglo XII.
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