El hotel más dulce del mundo sabe a chocolate
Viana do Castelo, en la costa norte, es unas de las ciudades más bonitas de Portugal. Desde la colina de Santa Luzia se admira en toda su dimensión: el estuario del río Lima, el puerto pesquero, el puente metálico de Eiffel, las inmensas playas de arena fina que la abren al mar, las verdes colinas pobladas de aldeas blancas, la ciudad vieja, la ciudad nueva... Desde luego, merece una escapada. Pero si se busca que esta sea más deliciosa aún, nada como alojarse en ¡una fábrica de chocolate!
El edificio centenario de la rua do Gontim donde en tiempos se fabricaba este producto que aromatizaba las calles cercanas de Viana do Castelo es hoy un espacio que acoge un hotel, un restaurante y un museo dedicados al chocolate. Aquí se puede descubrir su origen, su historia, sus curiosidades… en definitiva, se puede disfrutar de muchas formas de este manjar de dioses.
Para empezar, nada más llegar, en Fábrica do Chocolate (fabricadochocolate.com) te reciben con una muestra, igual que a la hora de la despedida, y durante la estancia hay una carta disponible para cualquier momento del día. ¡Hasta los amenities son temáticos!: jabones que parecen onzas de chocolate, gel, champú y crema hidratante con aroma de chocolate, ambientadores…
Para descansar el hotel dispone de 18 habitaciones únicas, algunas de ellas son suites dúplex, y todas están tematizadas. Podemos elegir entre dormir en una de nuestras marcas de chocolate preferidas, en el ambiente de las rozas ecuatoriales de cacao o incluso en el imaginario de historias clásicas como Charlie y la Fábrica de Chocolate o Hansel and Gretel, que son las que más gustan a las familias con niños.
Por la mañana, el desayuno, también delicioso, a base de pan de grué de cacao, especialidad de la casa, mantequilla artesanal de las Marinhas, zumos de frutas, cereales, hojaldradas, quesos y fruta para sumergir en las irresistibles fuentes de chocolate negro o con leche. Y los que se apunten a las propuestas del restaurante, una carta de platos en la que se integran los elementos cacao y chocolate con la gastronomía portuguesa.
Para parejas están pensados los tratamientos rejuvenecedores de chocoterapia, la exclusividad de compartir una fuente de chocolate para dos o las catas comentadas con diferentes tipos de chocolates.
En la planta inferior del edificio se encuentra el Museo del Chocolate, dedicado a los enamorados de este dulce manjar. Sus 500 m2 se reparten en cinco espacios distintos, que invitan a un viaje interactivo para niños y adultos desde los orígenes del cacao. La historia, las regiones geográficas en las que crece, sus valores nutricionales, la responsabilidad social de las comunidades productoras… todo un mundo por descubrir y probar.