Un bosque azul de cuento de hadas para esta primavera

A media hora de la capital belga, el bosque de Hallerbos es un mágico escenario cuyo suelo, cuando llega esta estación, se cubre de un manto de cientos de miles de jacintos púrpura bajo las hayas. Un anticipo de los múltiples espacios naturales que aguardan en el entorno de la ciudad más verde de Europa. 

por NOELIA FERREIRO

El bosque de Hallerbos es uno de los secretos mejor guardados del mundo de Bélgica. Un acontecimiento natural que, de lejos, parece haber sido pintado con un enorme pincel, pero no está sujeto a leyes humanas: es gratuito, fortuito y apabullante. El fenómeno se debe a la flor jacinto bluebell que, gracias a un sustrato del suelo, exhibe un color que va desde el azul pálido hasta el violeta intenso, con el que va rodeando los troncos, tapizando los caminos y extendiéndose hasta las orillas de los arroyos.

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No es fácil asistir a este espectáculo primaveral que, como todo lo bueno, tiene una breve duración. Tampoco prever cuándo es el momento álgido, ya que los jacintos no florecen en la misma fecha cada año porque influye la variación del clima. Sin embargo, sí está más que comprobado que la segunda mitad de abril suele ser la mejor época. 

El periodo de siete a diez días en el que la floración (en la web hallerbos.be se proporciona la información) coincide con el brote de las hojas de las hayas es el más impactante. El azul de los jacintos, combinado con el verde brillante de las hojas jóvenes, otorga al bosque un efecto mágico. Después, según los árboles se vuelvan más frondosos, las flores irán perdiendo intensidad: los rayos de sol continuarán incidiendo sobre ellas a través del follaje, pero un poco menos cada día. Y cuando las hayas estén recubiertas de hojas, la luz no ya podrá alcanzarlas y entonces el bosque se tornará más oscuro y los colores pasarán del azul púrpura al azul grisáceo.

Hallerbos formó parte alguna vez del Bosque de Soignes, el mayor hayedo de Europa que se extiende sobre la parte sur de la capital belga. Pero durante la Primera Guerra Mundial los bombardeos lo destrozaron casi en su totalidad: sobrevivieron tan solo un puñado de robles y hayas… y los jacintos que, indiferentes a la barbarie humana, continuaron desplegando sus colores con la llegada de cada primavera. Afortunadamente, entre los años 30 y 50, se llevó a cabo una tarea de reforestación que explica el joven aspecto que luce hoy este bosque que, más allá del manto azul, está plagado de tesoros de la naturaleza: flores de otros muchos colores, pinos y gigantescas secuoyas y simpáticos ejemplares de fauna, como la ardilla roja, la curruca y el reyezuelo, aves que con sus cantos ponen una bucólica banda sonora. 

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LA VISITA

El Bosque es de entrada gratuita, dispone de aparcamientos y de zonas equipadas con mesas de picnic. Dentro del parque, no hay un camino de jacintos específico, sino que las tres rutas señalizadas que pueden abordarse a pie o en bicicleta atraviesan ocasionalmente el área de las flores. Estas rutas son: The Achtdreven walk: 1,8 kms para visitantes con movilidad limitada. Marcada en blanco y negro. The Secuoya walk: Comienza en el aparcamiento. Tiene 4 kms y está señalizada en azul. Con este paseo se pueden descubrir las coníferas y las secuoyas gigantes de Hallerbos. The Roebuck Walk: De 7 kms y señalizada en amarillo. Se camina entre árboles y los cuatro valles de Hallerbos. 

NO TE PIERDAS TAMBIÉN EN HALLERBOS 

Hallerbos es solo una de las piezas del auténtico puzzle de vegetación del que goza Bruselas. Con sus más de 28 m² de espacios naturales por habitante, se trata de la urbe más verde de Europa, aireada con parques históricos, jardines urbanos, plazas y grandes avenidas arboladas.

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Parques como el Leopold, al lado del Parlamento y el Museo de Ciencias Naturales, o el de Bruselas, junto al Palacio Real; bosques como el Soignes o Bois de La Cambre, y los famosos invernaderos de Laeken son solo algunas muestras de esta vena verde de la ciudad que tiene su máxima expresión en el Promenade Verte, un soberbio anillo de 63 kilómetros que permite recorrer, a pie o en bicicleta, numerosos espacios protegidos con paisajes muy diversos: escenas de la campiña, caminos forestales, huertos, ciénagas… Lugares de difícil acceso en los que se muestra que el aire más puro también hace buenas migas con lo cultural e histórico.

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GUÍA PRÁCTICA

CÓMO LLEGAR

El Bosque de Hallerbos está a 16 kilómetros de la capital belga, conectada con vuelos directos desde diversas ciudades europeas. Se puede llegar por carretera (una media hora) o en tren, en un trayecto de apenas 15 minutos entre las estaciones centrales de la capital belga y Halle.  

DÓNDE DORMIR

En el Steigenberger Grandhotel (en.steigenberger.com), el que fuera el mítico Hotel Conrad, es un elegante y lujoso cinco estrellas con una privilegiada ubicación, en una de las calles más fashion. Y también en el Royal Windsor Hotel (royalwindsorbrussels.com), de ambiente clásico pero confortable y sofisticado, en pleno centro de la ciudad, a un par de manzanas de la Grand Place. 

DÓNDE COMER

En Cospaia (cospaia.be), un elegante restaurante en uno de los distritos de moda de Bruselas. Especializado en cocina belgo-francesa y con una agradable terraza para concluir la cena con un cóctel. Solo por su peculiar atmósfera, merece la pena La Manufacture (lamanufacture.be), que combina la tradicional cocina del Viejo Continente con sabores de los fogones asiáticos.

Ahora que tienes un nuevo destino para incluir en tu lista de posibles viajes, ¿será Hallerbos tu destino para desconectar estas vacaciones o uno de estos que te proponemos a continuación?