Guía práctica para descubrir los Picos de Europa en su centenario
Todo comenzó en Covadonga. Fue una sensibilidad especial por la belleza natural que emanan estas montañas y la necesidad de preservarlas lo que llevó, hace ahora cien años, a ser el primer parque nacional de España. Después se fue ampliando hasta ser el segundo más extenso del país. Sus joyas: una enorme diversidad de hábitats: praderías, cumbres rocosas, pastos, densos bosques, cuevas, lagos y cañones que se reparten por León, Cantabria y Asturias. Nos centramos en su origen para descubrirte la incursión más clásica a estas montañas, la que lleva a los lagos de Covadonga.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
El punto de partida de esta ruta por la vertiente asturiana de Picos de Europa es Cangas de Onís, al que se accede por la N-625 desde Arriondas. Cangas es un pueblo para entretenerse, con sus comercios, el llamado Puente Romano sobre el río Sella, que es medieval y una de las fotografías típicas de Asturias, de cuyo arco central cuelga la Cruz de la Victoria, la iglesia de Santa María de Cangas –con un montaje audiovisual de Aula del Reino de Asturias– y el túmulo funerario que se ubica en el interior de la ermita de Santa Cruz y que data del 4.000 a.C.
Pero en Cangas de Onís también está la Casa Dago, un edificio ejemplo de la mejor arquitectura señoral montañesa que acoge el centro de información del parque nacional, por donde hay que pasar para conocerlo todo sobre las diferentes rutas que se pueden hacer en el entorno.
Tomando desde el pueblo la carretera A-262 se llega en unos 20 minutos a la basílica de Covadonga y la Cueva Santa, uno de los principales centros de peregrinación cristiana en Asturias e íntimamente ligado al inicio, entre legendario e histórico, de la Reconquista en el año 722. La basílica, una construcción levantada a finales del siglo XIX, preside una amplia explanada, pero hay que entrar en su interior para admirar la cripta y también la interesante colección de piezas de arte y orfebrería que guarda su museo.
A pocos metros de la basílica se descubre la cueva donde se venera a la Santina, la patrona de Asturias, y en la que, según la tradición, se acuartelaron las tropas de Pelayo antes de la batalla que marcó el inicio de la Reconquista. Por eso, también es aquí donde descansan las tumbas de Pelayo y su mujer.
Unos 20 kilómetros más arriba, siguiendo la misma carretera, que se estrecha y retuerce según asciende, se descubren los lagos de Covadonga, a los que se puede llegar en transporte privado todo el año, excepto entre mediados de julio y principios de septiembre, que está regulado, por lo que existe un servicio de autobuses que parte de la rotonda de Covadonga.
Antes de llegar, en el kilómetro 6,5 y en una curva, está el mirador de la Reina, que regala una de las panorámicas más grandiosas de los Picos de Europa, desde el que se admiran los municipios de Onís y de Cangas, la sierra del Cuera e, incluso, el mar Cantábrico, en días despejados.
Más arriba, otra parada: el Centro de Visitantes ‘Pedro Pidal’ (abre en Semana Santa, verano y puentes festivos nacionales), ubicado en la antigua estación del tren a vapor que transportaba hierro y manganeso desde unas minas cercanas –un camino circular lleva hasta ellas– hasta Arriondas.
Así se llega, por encima de los mil metros de altura, a los lagos de Covadonga, Ercina y Enol, de origen glacial, donde el reflejo de las montañas en sus aguas cristalinas regala imágenes de postal. Para deleitarse con el paisaje no dejes de acercarte a los miradores del Rey (al final de la pista que recorre la vega de Enol), del Príncipe (junto al área de Buferrera) o de Entrelagos (entre la morrera que separa ambos).
Muy práctico:
En temporada alta se ofrecen rutas guiadas e interpretadas gratuitas por guías propios del parque, que van de baja dificultad a media. Los grupos son reducidos y el punto de partida y llegada depende de cada itinerario, pero puede ser los Lagos de Covadonga (aparcamiento de Buferrera), Lago Ercina (aparcamiento Vega La Tiese) o Sotres (aparcamiento).
OTRAS RUTAS PARA DESCUBRIR EN ASTURIAS:
La subida al Naranjo de Bulnes
Desde Arenas de Cabrales se acceso hasta Poncebos, punto de inicio de la subida al Naranjo de Bulnes, la cumbre más emblemática del macizo Central de los Picos de Europa. No todos se atreven con el también llamado Picu Urriellu, con 2.519 metros de altura –en su cara oeste cuenta con una pared vertical de casi 550 metros que atrae a los escaladores–, pero para el resto merece subir al menos en funicular hasta el pueblo de Bulnes, al que hasta hace unos años solo se podía acceder a pie por un estrecho y escapado sendero.
La Senda del Cares
El río Cares ha abierto entre los macizos Occidental y Central de los Picos de Europa un asombroso tajo en la roca caliza: un desfiladero que es una garganta divina para descubrir caminando. Arranca en la localidad asturiana de Poncebos y llega hasta Caín, en el lado leonés. En total son 12 kilómetros (cuatro horas ida) que atraviesan puentes, grutas y senderos esculpidos en la roca y permite contemplar espectaculares paisajes creados por cortados vertiginosos.
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