48 horas en Pécs, la bella desconocida de Hungría

Elogiada por diferentes atractivos turísticos como su microclima, sus distintivos museos ¡y sus cervecerías!, Pécs es una de las ciudades más grandes del país, y gracias a su vida universitaria, una de las más animadas. Muchos turistas la colocan como la segunda ciudad –detrás de Budapest– a visitar del país magiar.

por PEDRO GRIFOL

Todos los viajes a Hungría empiezan en Budapest. Y esta vez lo tomaremos justamente como eso: el punto de partida… porque el país tiene mucho más que ofrecer, como Pécs, una ciudad desconocida para el gran público, a pesar que en 2010 fue una de las ciudades elegidas como Capital Europea de la Cultura y se embelleció para el acontecimiento. Situada a 200 kilómetros al sur de Budapest, en la región llamada Transdanubio Sur, es una ciudad bendecida por un clima y una atmósfera mediterránea que propició el asentamiento de varias civilizaciones desde el principio de los tiempos. Así que sus calles tienen ese aire de familia con el que se identifican los lugares ‘bañados’ por culturas romanas, turcas o cristianas. La ciudad posee el hallazgo de la época romana más rico de la Europa Central, reconocido por la Unesco y designado Patrimonio de la Humanidad. San Esteban, el primer rey húngaro, fundó aquí el episcopado en 1009, y la primera universidad de Hungría se fundó también en esta ciudad en 1367. 

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VIERNES

El primer día, como buenos turistas, empezaremos la visita en la plaza principal de Pécs, Széchenyi Tér, eje central de la ciudad, rodeada por edificios barrocos, hoteles, restaurantes y estatuas de algunos próceres nacionales. Es ágora de lugareños y perfecta ubicación para hacernos con el ambiente de la ciudad. En el centro de la plaza está la Columna de la Trinidad, pero quien domina el escenario es el mayor santuario musulmán de Europa Central, la Mezquita del Bajá Gazi Kasim, la reliquia más importante que dejó el reinado otomano en la ciudad y que ahora funciona como iglesia católica, aunque mantiene su cúpula verde contrastando con el entorno.

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Un buen número de museos nos espera… pero habrá que seleccionar. Recomendable comprar el ‘pase museo’, que permite la entrada reducida a los más significativos e ineludibles. Pécs dicen que es la ciudad húngara con más museos, casi todos los edificios de la calle Káptalan lo son. En el número 3, se encuentra la casa-estudio de Victor Vasarely (vasarely.hu/hun), nacido en la ciudad y creador del pop-art. La colección alberga una completa perspectiva de toda su obra, desde sus dibujos de la época más temprana hasta las sugerentes creaciones geométricas que tuvieron gran influencia en el mundo de la moda femenina en la década de los años sesenta del pasado siglo. En el número 4 está la Galería Húngara de Arte Moderno (jpm.hu), un museo que alberga un excelente panorama de las obras de los creadores de la vanguardia de los pintores húngaros eminentes de fin de siglo, como József Rippl-Rónai o Lajos Gulácsy; y también de la vanguardia de los dorados años veinte, como Moholy-Nagy.

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En el número 5 de la calle Káptalan nos toparemos con un edificio moderno decorado con una curiosa composición titulada Calle, del artista  Erzsébet Schaár, y en el número 11 de la vecina calle Janus Pannonius se halla el museo de otro gigante de la pintura húngara, Tivadar Csontváry, el más eminente representante del estilo plein-air.

Seguimos hasta el Centro de Visitantes Cella Septichora (pecsorokseg.hu). En un tour de una hora podremos descubrir la vida ritual de las comunidades paleocristianas recorriendo las catacumbas que se refieren al Edén. Adán y Eva, el Paraíso, la serpiente y toda esa parafernalia bíblica aparecen pintados al fresco en los muros que nos conducen a la cámara de Pedro y Pablo, un habitáculo abovedado de piedra que se mantiene intacto e igualmente decorado con frescos de dibujos florales. Podemos concluir ‘la visita romana’ en el patio de una antigua casa, en el número 6 de la calle Apáca, junto a la plaza Szent István…Y como, además, ya se nos habrá echado encima la hora de comer, podemos ir a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, Pezsgöház (pezsgohaz.hu), donde podremos aprovechar para empezar a degustar las especialidades húngaras, como el popular gulash, acompañado por un vino espumoso local.

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La ‘visita cristiana’ tiene su edificio emblemático en la Basílica de San Pedro, en la plaza Dóm. Merece la pena verla, aunque solo sea para entrar y salir por su imponente puerta de bronce. Al salir, fíjate bien en un balcón del Palacio Obispal, porque está la estatua metálica del músico Franz Liszt que nos observa apoyado en la baranda. 

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Para hacer la ‘visita otomana’ solo hay que seguir paseando por las calles de la ciudad. En medio de un entorno que no puede ser más pintoresco, en el jardín del Hospital Infantil, se halla la obra más apreciada de la arquitectura otomana en Hungría: el Mausoleo del Pasha Idris Baba.

SÁBADO    

Hoy lo podemos dedicar a visitar el barrio de Zsolnay (zskn.hu), construido sobre los terrenos de la antigua fábrica de la familia Zsolnay (zsolnay.hu) –el autobús 20A lleva al destino–. Vilmos Zsolnay (Pécs, 1828-1900) fue el más importante ceramista húngaro. Introdujo nuevos materiales en la fabricación de cerámica artística que le llevaron al reconocimiento mundial. Gracias a la fábrica de porcelana Zsolnay, que se estableció en esta ciudad hace 150 años, Pécs presume de ricas fachadas de cerámica y tejados multicolores. Las piezas de mayólica (cerámica de acabado vítreo) creadas por la casa estuvieron a la vanguardia del diseño europeo en las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX. Un buen ejemplo de esta peculiar cerámica se puede admirar en la colorida fuente con cabezas de toro iridiscentes, esmaltadas en verde, que está en la calle Irgalmasok, cerca de la plaza Széchenyi. Muchas de las creaciones de este artista se conservan en el Museo Zsolnay (jpm.hu), donde una espectacular rampa jalonada por esculturas de leones sedentes conduce al mausoleo de Zsolnay.

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El barrio es un lugar estupendo para pasear, donde también está el Planetarium de la ciudad, restaurantes, y tiendas en las que podremos comprar artesanía, piezas de cerámica, y joyas de diseño inspiradas en las creaciones del famoso artista.

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Después de tanta materia en arte, puede que necesitemos pasar por alguna de sus famosas cervecerías. Los sábados están repletas de estudiantes y suelen tener música en vivo. A lo largo de Kiláru Utca, y calles adyacentes, se concentran varios pubs donde tomar cerveza artesanal y excelentes vinos de la región. En el bar Egylet Craft (Ferencesek utcája, 32) se pueden comer estupendas carnes a la parrilla acompañadas por más de diez cervezas artesanales. Aunque el que tiene la fama como ‘paraíso de los cerveceros’ es el Karavella Sörbár (Kazinczy utca, 3).

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DOMINGO

El popular mercadillo de los domingos se ubica en Megyeri Út, a unos 3 kilómetros del centro (bus 50, desde la estación de tren). Atrae a muchos turistas porque además de los habituales objetos que encontramos en la mayoría de los mercados de pulgas de todo Europa, en el de Pécs, acuden gentes de otros pueblos con productos comestibles faits a la maison, convirtiendo al mercadillo en un evento gastronómico. Es un lugar perfecto para pasar el rato hasta el mediodía. Después podemos seguir descubriendo la ciudad.

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Aunque ya están por todo el mundo… y empiezan ‘a hartar’, Pécs fue una de las primeras…Y me refiero a la costumbre de atiborrar una determinada verja de la ciudad con ‘candados de amor’. En Pécs incluso existe una especie de verja-escultura ad hoc a efecto de complacer a las parejas de enamorados; como así hicieron la pareja formada por los entonces Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, durante uno de sus viajes en 2003, que fueron invitados por el alcalde de Pécs a que sellaran su amor practicando esa ‘costumbre local’. Se dice que Doña Letizia guardó la llave que luego tiraría al Manzanares a su regreso a España.

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La reputada universidad de la ciudad es la responsable de su animado ambiente nocturno. Las terrazas abundan. A media tarde impera el vodka-tonic (en lugar del gin-tonic). Para la cena de despedida puede elegir entre la Enoteca Corso & Bistro Zona (jtrestaurants.hu) que es una peculiar combinación de dos restaurantes: uno caro pero exquisito y otro más sencillo a precios moderados; o en el Jókai Bisztró (jokaibisztro.hu), tal vez el mejor restaurante de la ciudad… y déjese aconsejar por el metre, su creativo menú cambia en cada estación.

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GUÍA PRÁCTICA

Cómo ir
Las compañías Iberia y Wizz Air tienen vuelos directos y diarios desde varias ciudades españolas a Budapest. Una vez en Budapest, la empresa de autobuses Pannon-Volán (pannonvolan.hu) tiene salidas a Pécs cinco veces al día. Los ferrocarriles húngaros MÁV (mav-start.hu) tienen varios trenes diarios entre Budapest y Pécs. El Intercity IC es un tren cómodo con servicio de bar-restaurante y recorre el trayecto en tres horas. 

Dónde dormir
En el hotel Palatinus  H-7600 Pécs, Király u.(danubiushotels.com/palatinus). Situado en la principal calle comercial del centro histórico de Pécs. Una joya de la arquitectura modernista con una imponente entrada art-nouveau y decorado con piezas de cerámica zsolnay. 

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Otra buena opción es Arkadia Hotel (hotelarkadiapecs.hu), ideal para entusiastas de espacios minimalistas: acero pulido, cemento, ladrillo visto, líneas rectas, colores sólidos…

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