Montemayor del Río, Béjar y Candelario, tres pueblos serranos para desgranar en una ruta en coche

A un lado y a otro de la milenaria Vía de la Plata quedan enormes bosques de castaños y pueblos que aún conservan un incuestionable encanto medieval. Nos ponemos en ruta para descubrir tres imprescindibles por su más que notable patrimonio histórico, cultural y natural.

por JAVIER PRIETO

La Vía de la Plata no surgió por arte de birlibirloque. Ni se la sacaron de la manga los ingenieros romanos. Les bastó fijarse en cuáles eran los pasos más habituales para consolidar una moderna autopista –para la época– que llevaba de Mérida a Astorga. Tan bien hicieron los romanos su trabajo que, más de 20 siglos después, son muchos los lugares en los que aún es visible la magnitud de su esfuerzo, como los que se descubren a su paso por la sierra de Béjar. En este entorno, muy próximo a otro enclave para otra escapada: la Sierra de Francia, se pueden enlazar tres pueblos que hay que conocer: Montemayor del Río, Béjar y Candelario.

MONTEMAYOR DEL RÍO

Es uno de los pueblos con la estampa más bella de toda la provincia de Salamanca, con un caserío tradicional bien conservado de estrechas y laberínticas callejas, propio de un callejero medieval y organizado en torno a la fortaleza de San Vicente, y una plaza Mayor presidida por su rollo jurisdiccional. Pero más que por ello, Montemayor es famoso por la destreza de los artesanos que, desde hace generaciones, se dedican a la cestería del castaño, lo que no resulta nada extraño teniendo en cuenta la abundancia de esta especie en toda la zona.

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BÉJAR

Tampoco extraña que Béjar fuera un destacado centro de producción textil de España a mediados del siglo XVIII, porque a la circunstancia de encontrarse en el punto de confluencia de las cañadas merineras que llegaban aquí desde Burgos y León para encaminarse juntas hacia Extremadura siguiendo el trazado de la Vía de la Plata se sumó la bravura de un río Cuerpo de Hombre capaz de mover con la fuerza de sus aguas hasta 200 fábricas en su momento de mayor apogeo. De todo aquello ha quedado hoy un reguero de fábricas abandonadas junto al río que pueden seguirse en un paseo señalizado de 4 kilómetros (ida y vuelta), en una de las cuales se sitúa el Museo Textil.

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Pero Béjar atesora un patrimonio que va mucho más allá de sus fábricas textiles. Ahí están los restos de las murallas medievales, que se descubren a partir del parque de la Antigua, pero también el Palacio Ducal, situado en la plaza Mayor, en cuyo interior se ubica una Cámara Oscura visitable, y algunas iglesias, como la de Santiago (el templo más antiguo de la localidad), la del Salvador o la de Santa María. También merecen una visita sus museos, el judío David Melul, el municipal de Escultura Mateo Hernández y el dedicado al legado Valeriano Salas, instalado en el convento de San Francisco.

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Aunque ninguna visita a Béjar estaría completa si no se alcanza el santuario de Nuestra Señora del Castañar y, junto a él, la plaza de toros, con buena parte de sus gradas picadas en granito y una de las más antiguas de España. 

CANDELARIO

Una última tentación es Candelario, un pueblo serrano de pura cepa y unos aires tan limpios y curativos que durante muchos años hicieron que sus chorizos fuesen los preferidos de la Casa Real. Todo depende del tiempo de que se disponga, pero, si se tiene, además de pasear por sus empinadas calles, la visita teatralizada de la Casa Chacinera muestra con gracia y mucho interés cuánto trabajo e ingenio hay en algo tan rústico y fetén como un bocadillo de pan con chorizo.

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Y PARA REMATAR...

Sube hasta la estación de esquí Sierra de Béjar-La Covatilla, porque con el manto blanco que la cubre una buena parte de los meses invernales, sus pendientes suaves y espaciosas brindan buenas oportunidades para quienes gustan del disfrute tranquilo de la nieve. Tendida sobre las laderas septentrionales del pico Canchal Negro (2.346 m.), en la Sierra del Calvitero, esta estación de esquí se presenta como ideal para disfrutar en familia, con niños y para quienes desean iniciarse en la práctica del esquí. 

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GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar

A Béjar se llega desde Salamanca por la A-66 en 74 kilómetros. Desde Montemayor del Río a Béjar hay 16 kilómetros. A unos 10 minutos de Béjar está Candelario.

Dónde dormir

Casa de la Sal (Candelario, casadelasal.com). Instalado en una antigua casa chacinera, y con categoría de Posada Real, data del siglo XVIII. Un alojamiento con personalidad que combina tradición y arte con detalles de exquisitez. Espacios luminosos con predominio de maderas en color crudo y muebles enyesados en blanco. Artesa (Candelario, artesa.es). Posada rural con encanto ubicada en un edificio histórico del casco antiguo.

Dónde comer

La Plata (Béjar, restaurantelaplata.com). Carta tradicional con productos ibéricos, carnes de ternera morucha y platos de la comarca, como el calderillo bejarano, un estofado de carne de vaca que se prepara con patatas, pimiento verde, cebolla y laurel.

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