Gernika, la ciudad de la paz, en 10 imprescindibles
Hace 80 años esta villa vizcaína fue arrasada por las bombas de la Legión Cóndor y se convirtió en un símbolo del horror de la guerra, difundido universalmente por el genio de Picasso. Hoy Gernika es un símbolo de todo lo contrario, de la esperanza, de la paz y de la alegría, que hasta los lunes parecen aquí festivos. Hay museos para recordar, sí, pero también mucha naturaleza alrededor (las playas y marismas de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai) para perderse y olvidarse de todo.
A LA SOMBRA DEL ÁRBOL SAGRADO
Uno de los pocos lugares que se libraron de las bombas fue la Casa de Juntas (jjggbiz-kaia.eus). Allí se alza el Árbol de Gernika, el roble que simboliza las libertades tradicionales vascas, bajo el cual, durante siglos, los que iban a ser nombrados señores de Bizkaia juraban respetarlas. Como salta a la vista, el árbol actual no tiene siglos. Se trajo en 2015 y es el cuarto que ha habido que plantar, usando retoños y bellotas de los anteriores. Al lado de la Casa de Juntas está el Parque de los Pueblos de Europa, donde es un placer pasear entre hayas, robles, encinas y esculturas de Moore y Chillida.
EL MEJOR DÍA DE LA SEMANA, EL LUNES
El lunes, día de caras largas y museos cerrados, no es el mejor momento para visitar ningún lugar. Salvo Gernika. Antiguamente se decía: “Lunes gernikés, golperik ez”. O sea: el lunes en Gernika, ni golpe. Era día de mercado y de fiesta, de cuchipanda y de frontón. Y, aunque menos festivo, sigue siendo el día en que los campesinos de la comarca se reúnen en la plaza del Mercado para ofrecer lo mejor de sus huertos. En verano, el producto estrella es el pimiento de Gernika, que es un poco más grande que el de Padrón (6-9 centímetros) y está igual de bueno.
UN MUSEO DEDICADO A LA PAZ
Precisamente fue un alegre lunes de mercado, el 26 de abril de 1937, cuando se desató el infierno sobre la villa foral. En el Museo de la Paz (museodelapaz.org) se recuerda con detalle el bombardeo, sus antecedentes y sus consecuencias. Pero no solo. También se invita al visitante a reflexionar sobre la paz y los caminos que conducen a ella. Un buen lugar para rumiar lo que se ha visto en el museo es la calle Pedro de Elejalde, donde hay una reproducción a tamaño real en cerámica del Guernica de Picasso. En Gernika no pierden la esperanza de poder ver alguna vez aquí el cuadro de verdad.
OBSERVACIÓN DE AVES EN URDAIBAI BIRD CENTER
La ría de Gernika y su entorno integran la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, enclave natural emblemático de la costa vasca, en cuyas marismas anidan o recalan dos centenares y medio de especies de aves. Para ver pájaros, el lugar idóneo es el Urdaibai Bird Center (birdcenter.org), una antigua nave industrial modélicamente rehabilitada en la margen derecha de la ría. Como está a solo 4,5 kilómetros de Gernika, mejor que en coche, iremos a pie por una senda que arranca en el puente de Rentería y que conduce hasta el centro en una hora, atravesando las marismas por largas pasarelas de madera.
EL TEMPLO VASCO DE LA CESTA PUNTA
En el libro Guinness figura la cesta punta como el deporte con pelota donde ésta alcanza mayor velocidad: ¡más de 300 kilómetros por hora! Y no figura, aunque debería, el Gernika Jai Alai, que es el frontón de cesta punta más grande del mundo, obra de Secundino Zuazo (el mismo arquitecto que diseñó los Nuevos Ministerios). Todos los días, de 16.30 a 20.00 (sábados y domingos, de 10.00 a 13.00), se puede visitar gratuitamente y, de paso, ver entrenar a los aprendices de esta disciplina. También hay demostraciones para grupos. Y partidos, claro. Más información, en el tel. 658 75 06 27.
LA OLA DE IZQUIERDAS MÁS LARGA DE EUROPA
Otro deporte al que son muy aficionados en Gernika es el surf. Aquí no hay playa, pero a solo 12 kilómetros hay dos perfectas: la de Laga, al pie de los acantilados del cabo Ogoño, y la de Laida, en la desembocadura de la ría, donde los surfistas vienen de muy lejos para cabalgar la famosa ola de Mundaka, la más larga de cuantas rompen hacia la izquierda en Europa. Si no tenemos ni idea de surfear, ni más tabla que la de planchar, no hay problema, porque en ambas playas se desarrollan los cursos de Laga Surf Camp (lagasurfcamp.com), que también dispone de un camping y una casa rural.
BASONDO: CONCENTRADO DE FAUNA
Con niños, sería un crimen no hacer una escapada al vecino municipio de Kortezubi para visitar el refugio de fauna silvestre amenazada de Basondo (basondo.com). En sus 60.000 metros cuadrados de prados y bosques viven (no libremente, pero bien) corzos, ciervos, zorros, jabalíes, gatos monteses y otros animales autóctonos que han sufrido lesiones irreversibles, además de lobos, linces y bisontes, que antaño habitaron estas verdes tierras. A tiro de piedra del refugio están la cueva prehistórica de Santimamiñe (santimamiñe.com) y el Bosque Pintado de Oma, obra de Agustín Ibarrola.
ALUBIAS A DISCRECIÓN EN BOLIÑA EL VIEJO
Llamándose como se llama, está claro que el restaurante Boliña el Viejo (restaurante-bolinaelviejo.com) no es de nueva cocina. Nada de esferificaciones y trampantojos. Aquí sirven alubias con sus santos sacramentos (en realidad, se las sirve uno directamente del puchero), merluza frita, chipirones de Elantxobe en su salsa, callos y morros a la vizcaína y, de postre, tostadas. Todo abundante, barato (11 euros, el menú diario; 20, el de fin de semana) y como salido de los fogones de nuestra abuelita. La única pega es que meten prisa, porque tienen que dar de comer a media Gernika.
UN BONO PARA IR DE PINTXOS
Si somos más de comer a poquitos que de una sentada, haremos bien en adquirir en la oficina de turismo (Artekalea, 8; gernika-lumo.net) el bono de la ruta del pintxo, que por 9,90 euros permite tomar ocho de ellos en 17 barras distintas. Merece la pena probar los pintxos de salmón y pulpo de Hiru Saku (Pablo Picasso, 7); los de langostinos de Auzokoa (Pablo Picasso, 5); los de bacalao, chipirón y jamón de Arrien (Eriabarrena, 2); y los de cocochas y revuelto de champiñón de Etxarte (Barrenkale Barrena s/n). Obviamente, las bebidas se pagan aparte, porque si no, esto sería el chollo del siglo.
DORMIR DE LUJO O MIRANDO EL BOLSILLO
Al lado de Gernika, en Gautegiz Arteaga, hay dos alojamientos excelentes, uno de lujo y otro más asequible y hogareño. El de lujo es el Castillo de Arteaga (castillodearteaga.com), una fortaleza neogótica cuquísima, como de cuento, que fue propiedad de la emperatriz Eugenia de Montijo. Y el otro es Txopebenta (casaruraltxopebenta.com), una antigua fonda rehabilitada en 1990 con piedra y traviesas de ferrocarril, que fue el primer agroturismo del País Vasco y sigue conservando la autenticidad y la ilusión de los comienzos. Y también los precios, que el cliente, a la hora de pagar, no da crédito.