Por qué todo el mundo está hablando de Santander

Frente al mar y rodeado por los jardines de Pereda, el Centro Botín es la nueva gran atracción de la capital cántabra, una obra del prestigioso arquitecto italiano Renzo Piano que parece un palafito suspendido sobre el agua. Además de un excepcional espacio para las artes, es un mirador único sobre la bahía y la ciudad.

por hola.com

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Dos módulos conectados por una estructura de plazas y pasarelas y elevados sobre el muelle conforman el nuevo espacio cultural que los santanderinos llevaban años esperando, porque la obra ha tardado en ponerse en pie. Ahora que está encajado en la bahía por fin se puede disfrutar de él. Primero, como atracción –como el Guggenheim en Bilbao–, porque sus distintas plataformas, miradores, pasillos y terrazas dan para entretenerse contemplando las diferentes perspectivas que regala, del mar y, también de la ciudad. Pero, sobre todo, porque es un gran contenedor de arte en el que la Fundación Botín va a exponer las obras de arte que lleva años coleccionando.

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La idea del premio Pritzker de arquitectura fue crear un centro cultural abierto y accesible a todos, como ya hizo como el Centro Pompidou de París, la Morgan Library de Nueva York o el Art Institute de Chicago. Pero el edificio también ha cambiado su entorno, porque los centenarios Jardines de Pereda han triplicado su superficie verde, conectando así pasado y futuro. En ellos, una sorpresa escultórica: Desde lo subterráneo, una obra firmada por Cristina Iglesias, Premio Nacional de Artes Plásticas y compuesta por cuatro pozos y un estanque que hablan del inmenso mar que formó la tierra.

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En las cuatro plantas de su interior, el Centro Botín (centrobotin.org) acoge dos grandes salas de exposiciones, otras para actividades culturales y formativas –conciertos, talleres, conferencias…–, un auditorio y una azotea privilegiada.

Hasta el 10 de septiembre, la exposición de Carsten Höller ofrece una singular experiencia: pasar una noche en una de sus salas, equipada con todas la comodidades de un hotel de lujo, concretamente en la Elevator Bed (Cama ascensor), una cama redonda, elevada 3,5 metros por encima del suelo y rotatoria en la que sus huéspedes pueden contemplar el conjunto de la exposición desde un privilegiado punto de observación. En la misma sala, los invitados podrán hacer uso de la obra Psycho Tank (Psycotanque), un tanque lleno de agua saturada de sal de Epsom a la temperatura del cuerpo en el que flotar para conseguir un estado pleno de relajación.

El Centro Botín (8€ la entrada, cierra los lunes) también acoge una exposición de dibujos de Goya hasta el 24 de septiembre y una muestra de la colección de la Fundación bajo el título Arte en el cambio de siglo, que se podrá ver hasta finales de enero de 2018. 

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Y también está el Muelle, una taberna marinera conducida por el chef Jesús Sánchez, para todos los momentos del día, donde los productos de Cantabria, la vanguardia y la sostenibilidad se dan la mano y se disfruta con actuaciones en directo.