Jeremy Irons, Ewan McGregor, Cela, Clinton…, en Madrid como en casa
El Hotel Miguel Angel, que celebra su 40 aniversario, es toda una referencia para grandes personalidades por su servicio, ubicación, gastronomía y también por su historia.
Fue en junio de 1977 cuando el Hotel Miguel Angel abrió sus puertas y hoy, cuarenta años después, conmemora durante este mismo mes algunos de sus buenos momentos vividos. Mucho ha sucedido desde que este emblema de la capital fuese inaugurado por la Reina Doña Sofía, como sede de importantes citas del mundo empresarial, financiero, cultural y social de la historia reciente de Madrid.
Elegido por actores de la talla de Jeremy Irons o Ewan McGregor y artistas como Plácido Domingo, Peter Gabriel o Cher, entre otros; en su recuerdo guarda un lugar especial para el premio Nobel de Literatura Camilo José Cela, que con mucha frecuencia se alojaba en él. También personalidades políticas de primer nivel, como presidentes, ministros y embajadores, se han alojado durante todos estos años en el Hotel Miguel Angel, pero el paso del expresidente de Estados Unidos Bill Clinton con su familia, en su visita a Madrid de 1997, fue uno de los que despertó mayor interés mediático, porque el hotel se blindó para recibir a toda la delegación del expresidente, que ocuparon la totalidad de las habitaciones.
Cuando abrió sus puertas, el hotel marcó un toque de distinción en la industria hotelera de la época. Estaba en una situación inmejorable, su moderna decoración incorporaba elementos artísticos de prestigiosas firmas y sus cuidadas y completas instalaciones proporcionaban distinción y lujo. También su afamado restaurante-discoteca Zacarías y el bar Farnesio aportaron un concepto nuevo y diferente a las relaciones sociales y al ocio de la alta sociedad madrileña.
El Hotel Miguel Angel fue pionero en dar servicios exclusivos porque unía la tecnología a los valores clásicos de la hostelería y una cuidada atención personal en un ambiente exclusivo. Esas características han perdurado en el tiempo y han permitido fidelizar a clientes que se alojan en él desde hace más de 30 años.
Mención especial merecen sus empleados. Los más antiguos llevan desde que el hotel abrió sus puertas y tienen cientos de anécdotas para contar. Y es que mucho ha ocurrido desde entonces, aunque todos coinciden en decir que parece que fue ayer cuando empezaron a trabajar. Toda una vida dedicada a ofrecer lo mejor de sí mismos, de vocación al servicio y de hacer sentir al cliente como si estuviera en casa.