El lago Constanza, la glamurosa Costa Azul alemana
Las orillas de este lago enmarcado por los Alpes se han convertido en un lugar de lo más atractivo gracias a sus playas y puertos deportivos, mansiones lujosas, monumentos, museos y restaurantes formidables, que, además, por su situación, disfruta de mucho sol y buenas temperaturas. Te descubrimos este entorno para una escapada con estilo y llena de sorpresas con la ciudad de Friedrichshafen como referencia.
La ribera septentrional del lago, la parte alemana, posee una larga península que tiene a Constanza en su extremo, asomada al lugar por donde el Rin sigue su camino hacia el oeste. La riqueza de los tiempos medievales ha dejado un valioso casco antiguo con la bella catedral de Nuestra Señora y numerosos edificios góticos ocupados por tiendas y restaurantes. A su lado se abre el puerto más grande de este mar interior –Bodensee en su nombre alemán–, el lugar donde se toman los barcos que enlazan con el resto de ciudades litorales.
En 45 minutos de travesía se cruza a Friedrichshafen, sede del museo Zeppelin, dedicado a la memoria de Ferdinand von Zeppelin, creador de los grandes dirigibles rígidos de principios del siglo pasado. En el museo se reproducen espacios interiores del Hindenburg, el dirigible más grande de la historia, que asombró al mundo con sus vuelos transatlánticos hasta que ardió en Lahurst [EEUU] en 1937, poniendo fin a una historia fascinante que ahora ha revivido en el aeropuerto de Friedrichshafen, del que parten vuelos en el Zeppelin NT, pequeño, moderno, seguro y confortable.
La sensación de volar en el nuevo zepelín es muy placentera. El dirigible se mueve con suavidad, a unos 70 kilómetros por hora, y a una altura de 300 metros, permitiendo a una docena de pasajeros contemplar a vista de pájaro los pueblos, mansiones y viñedos que rodean el lago. Se pueden hacer trayectos de diferentes duraciones, desde treinta minutos hasta dos horas. Si a los niños les encanta, para los mayores es una experiencia de coleccionista, que les acerca a las sensaciones de los primeros pasajeros aéreos. El complemento perfecto es el vecino Museo Dornier, que atesora la evolución de la aviación, desde los pioneros a la era espacial, a través de una empresa de vanguardia tecnológica.
La zona reúne casi todas las actividades que es posible imaginar para todas las edades. En familia se pueden compartir la vela –navegando en el lago–, las excursiones en kayak, los baños y el submarinismo en las aguas transparentes y limpias. Otra buena opción es recorrer en bicicleta el sendero litoral que rodea por completo el Bodensee, incluyendo las costas de Austria y Suiza. Las travesías en barcos de vapor también son divertidas y se puede llevar la bicicleta a bordo.
Todo resulta idílico, los trenes que recorren la ribera alemana, los caminos para bicis entre viñedos y los bosques que bajan hasta las playas. Cualquier parada resulta encantadora por el paisaje y por la tranquilidad de un ambiente ideal para viajar en pareja, disfrutar de la navegación al pie de los Alpes, visitar los pintorescos pueblos rodeados de viñas, residencias fastuosas como la de los Príncipes-Obispos, y la isla de Reichenau, declarada íntegramente Patrimonio de la Humanidad, con su monasterio y sus iglesias cubiertas de frescos.
El viaje se puede prolongar hasta Bregenz, otra hermosa ciudad en la parte austriaca, con un estupendo Museo de Arte diseñado por Peter Zumthor, y subir desde allí al cercano Principado de Liechtenstein para completar el viaje al Lago Constaza con la visita de cuatro países.
NO DEJES DE… Visitar el poblado de Pfahlbauten, con los palafitos levantados por los prehistóricos pobladores del lago en el Neolítico. Se ha reconstruido un grupo de casas elevadas sobre el agua y conectadas por puentes, rodeadas por una empalizada a la que se accede desde la orilla. Es un monumento incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad, pero parece un parque temático pensado para que jueguen los niños y disfruten con las figuras de tamaño natural que muestran la vida cotidiana de sus antiguos habitantes.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
El aeropuerto de Stuttgart se encuentra a 172 kilómetros de Constanza y a 200 de Friedrichshafen, que también cuenta con aeropuerto y estación de tren. Hay vuelos desde Madrid a Stuttgart con Iberia Express. Allí se puede alquilar un coche cuyo seguro incluye todos los países que lo circundan.
CÓMO MOVERSE
Conviene contar con un vehículo para rodear el lago. Hay excelentes transportes públicos, en tren a lo largo de la costa, en rutas para bicicletas y en barcos que unen las orillas. Es recomendable comprar la tarjeta turística Bodensee Erlebniskarte [bodensee.eu/en/darum-buchen]. Cuesta entre 37 y 74 € para tres días, según modalidad, pero resulta baratísima, porque da acceso a más de 160 lugares próximos, con museos, iglesias, monasterios, y transportes en los cuatro países de la zona. Los vuelos en Zeppelin NT [zeppelinflug.de] parten del Zeppelin-Museum en Friedrichshafen, con precios desde 225 € por 30 minutos, a 625 € por hora y media.
DÓNDE DORMIR
Lo mejor es alojarse en Constanza y utilizarla como base para recorrer la región. Un hospedaje excepcional es el Steigenberger Insehotel Konstanz [steigenberger.com], que ocupa su propia isla junto al centro y el puerto de Constanza. Desde sus terrazas y habitaciones se contempla el lago con los Alpes al fondo. Otro buen hotel, céntrico, moderno, de tres estrellas, es Augustiner Tor Hotel [hotel-augustiner-tor.de]. Para familias viajando en coche son interesantes las grandes habitaciones del Apartment Hotel Konstanz [apartment-hotel-konstanz.de].
DÓNDE COMER
La tradicional comida alemana se encuentra en todas partes, pero también hay que descubrir los lugares de alta cocina a orillas del lago. En Constanza, el mejor restaurante es Ophelia [hotel-riva.de/en/gourmet-restaurant.html], que ofrece sus creaciones en un ambiente art nouveau. Las delicias del Seteigenberger Inselhotelm [steigenberger.com] se degustan en un bello comedor con vistas panorámicas. En el popular Brauhaus Johann Albrecht [brauhaus-joh-albrecht.de] elaboran su propia cerveza y sirven comida alemana del sur. En Meersburg, el restaurante Aurichs [aurichs.com] ofrece buena comida mediterránea, arte en sus paredes y vistas al lago. En Lindau, la vieja taberna Weinhaus Frey [badische-weinstrasse.de] lleva cinco siglos sirviendo comida tradicional.
Otros reportajes sobre Alemania:
Escapada para dos a la Ruta Romántica alemana
Mitte, el barrio donde late el corazón de Berlín
Los lugares más bonitos de Alemania, para quedarse atónito
Düsseldorf en 10 claves, una ciudad a orillas del Rin moderna e inquieta
De compras en Metzinger, la ciudad de uno de los diseñadores favoritos de la Reina Letizia