De A Guarda a Tui, un viaje en coche de sorpresas por la costa atlántica

Esta ruta discurre por las tierras que baña el Miño justo antes de morir en el océano. Del castro de Santa Trega, que domina la desembocadura del gran río gallego, a la catedral de Tui, la única catedral de Pontevedra, que también es un óptimo mirador. Por el camino, las bodegas de O Rosal y una multitud de molinos harineros.

por Andrés Campos

Dicen que Santa Trega (Santa Tecla) es buena doctora para las dolencias del corazón. Desde luego, si alguien con una insuficiencia cardiaca es capaz de subir andando hasta su ermita en lo más alto del monte, a 341 metros sobre la villa marinera de A Guarda, puede decir que está curado. Milagros aparte, hay buenas razones para llegar arriba. Está el castro de Santa Trega, que es el mejor y más impresionante testimonio de la cultura galaico romana. Y están las vistas desde la cima, desde donde se ven el valle vinícola de O Rosal, la desembocadura del Miño, la vecina Portugal y la inmensidad del Atlántico. Al atardecer, con el sol hundiéndose en el mar, es como gusta más este panorama. Aunque es al amanecer cuando se saborea con más calma.

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A la cumbre se puede ascender caminando desde A Guarda en media hora, como se hace el primer domingo de agosto, durante las Festas do Monte. Pero lo más habitual y lo más cómodo es subir en coche. Fue precisamente al construir la carretera, en 1913, cuando se descubrió en la ladera norte del monte el más famoso de los castros gallegos: un poblado amurallado de 700 x 300 metros, lleno de ruinas circulares, donde vivieron unas 4.000 personas entre los siglos I a.C. y I d.C.. En la cima, se halla el Museo Arqueológico Monte Santa Trega (MASAT, tel. 690 01 70 38), donde se muestran diversas piezas halladas en las excavaciones. 

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Además del monte Santa Trega, A Guarda tiene un puerto por el que da gusto pasear viendo el ir y venir de las gamelas palpitantes de peces, parándose a picotear en sus muchas taperías y dejándose caer al final del día en el convento de San Benito, que hoy es un hotel lleno de vírgenes románicas donde el huésped se siente transportado a otra época.

Desde el puerto se puede rodear el monte Santa Trega por la orilla del mar, caminando entre viejos molinos de viento, salinas y cetáreas, los viveros donde se criaban las langostas y los bogavantes cien años ha, arriesgando la piel con el fuerte oleaje. Por esta senda litoral se llega en tres cuartos de hora a las hermosas playas de O Muiño y A Lamiña, justo donde el Miño se funde con el mar, que por eso mismo son de agua salada cuando sube la marea y dulce cuando baja.

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A 27 kilómetros de A Guarda, río arriba, está Tui, la capital del Baixo Miño, que ya era la ciudad más importante de esta esquina suroccidental de Galicia en tiempos de los romanos y todavía hoy puede presumir de catedral y de obispo, algo que no puede la propia Pontevedra. De camino, parada obligada y gustosa en las bodegas del municipio de O Rosal, donde se producen algunos de los mejores vinos de la Denominación de Origen Rías Baixas. Hay siete bodegas en la zona. La más comercial y conocida es Terras Gauda (terrasgauda.com). La que hace vinos más originales, Valmiñor (adegasvalminor.com). Quinta de Couselo (quintacouselo.com) y Santiago Ruiz (bodegasantiagoruiz.com) son negocios familiares, con especial encanto. Y Lagar de Cervera (lagardecervera.com), una bodega muy moderna e impactante, con vocación enoturística.

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Otra parada indispensable en O Rosal es la que se ha de hacer entre los lugares de Martín y Fornelos para conocer los molinos del Folón y del Picón. No es que haya un par de molinos hidráulicos, como en cualquier pueblo de España. Es que hay 67, escalonados uno detrás de otro, sin solución de continuidad, cual peldaños de una casa de gigantes, en la ladera de un monte rebosante de agua, con cien cascadas y pozas. Como ruta de senderismo, es un diez. Como lugar de baño y merienda campestre, un 11. Los molinos se encuentran a 1,5 kilómetros del pueblo de O Rosal, indicado con numerosos carteles por la carretera. Hay un punto de información en el molino más próximo al asfalto y un sendero circular de pequeño recorrido (PR-G 94), de tres kilómetros y unas dos horas de duración, señalizado con paneles informativos y marcas de pintura blanca y amarilla.

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En Tui hay que dejar el coche bien aparcado para callejear por su casco histórico, un dédalo de rúas verdinosas, costanillas y pasadizos en túnel que, más que calles, parecen pesqueiras para trincar lampreas. Arriba del todo está la catedral (catedraldetui.com), que tampoco parece tal, sino un castillo, con sus adarves y sus torres almenadas. Abajo del todo, el río, con un espléndido paseo a su vera para andar o pedalear hasta el viejo puente internacional que une Tui y Valença do Minho. También se puede remar o dar una vuelta en barco, de día o bajo las estrellas, viendo cómo la Luna y las luces de las dos ciudades fronterizas se reflejan en el espejo del Miño. Un espejo de 300 metros, que es lo que mide el río de orilla a orilla.

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Para actividades en el Miño, Aquamiño (aquamino.com) ofrece paseos turísticos en barco y salidas especiales (nocturnas y enológicas) desde Tui. Tamuxe Kayak (tamuxekayak.com) alquila piraguas y bicicletas de montaña para recorrer el estuario del Miño. Y Verdeazul (verdeazul.es) organiza excursiones en kayak, a pie y en bici en el entorno de Tui, y rafting en los rápidos de Arbo.

GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir
CONVENTO DE SAN BENITO
(A Guarda, hotelsanbenito.es). Convento del siglo XVIII rehabilitado como hotel en el mismo puerto, con bello claustro y valiosa colección de tallas religiosas. Para desayunar, repostería casera y mermeladas ecológicas. A TORRE DO XUDEU (Tui, atorredoxudeo.es). Hotelito con encanto en una casona ajardinada del siglo XVIII en pleno casco histórico, con aparcamiento gratuito. Gran atención y excelentes desayunos artesanales. PARADOR DE TUI (Tui, parador.es). Pazo tradicional rodeado de jardines, con piscina y buen restaurante. Hay un paseo de diez minutos hasta el casco histórico.  

Dónde comer
CASA CHUPA OVOS
(A Guarda, tel. 986 61 10 15). Restaurante familiar siempre a tope, por lo que conviene reservar. La especialidad es el estofado de marisco. PUERTO GUARDÉS (A Guarda, tel. 986 61 34 88). Tapería sencillísima, frecuentada por los lugareños, con raciones ricas, generosas y a buen precio. O LAGAR EN EIRAS (As Eiras, O Rosal, lagareiras.com). Cocina original con productos de temporada en un antiguo lagar. TAPERÍA LA DE MANU (Tui, tel. 674 54 94 94). La opción favorita de los que buscan calidad a un precio razonable. Ambientación moderna y vistas al Miño.

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