¿Por qué es tan bonito el pueblito de Rocamadour?
Porque parece desafiar a la gravedad desde lo alto de un acantilado rocoso, por la fama de sus santuarios, por sus casas de colores y tiendecitas delicatessen, por sus panorámicas y también por la naturaleza que lo envuelve. Está claro, este encantador enclave merece una escapada.
Rocamadour es un pintoresco pueblo medieval que crece verticalmente entre las rocas y rodeado de bosque. Asombra por la peripecia que supone su construcción, suspendida sobre un cañón por el que discurre el río Alzou, pero también por sus tres niveles superpuestos: en la parte baja, la villa medieval; un poco más arriba, la Ciudad Santuario y, en lo más alto, el castillo que la corona, con una privilegiada panorámica del conjunto, del cañón del Alzou y de los paisajes del parque natural regional de Causses du Quercy, en el que se enclava, con acantilados, valles, manantiales, mesetas calcáreas, cuevas, bosques...
LA VILLA MEDIEVAL
Este pequeño pueblo francés se las ingenia para reunir en una única calle que asciende en paralelo al barranco casas con mucho encanto, bonitas tiendas de artesanía y delicatessen, restaurantes, además de dos puertas fortificadas que dan acceso al entramado urbano y viejos torreones defensivos. Para descansar de la empinada subida hay pequeñas plazas tan deliciosas como la de las Capillas. Eso sí, también se puede salvar el gran desnivel subiendo en los ascensores que alcanzan los diferentes niveles, si se prefiere reservar fuerzas para más adelante.
LA CIUDAD SANTUARIO
La localidad es un importante hito en el Camino de Santiago francés, cuya historia arranca en el siglo XII y cuya capilla dedicada al santo Amadour es el destino de los miles de peregrinos que llegan hasta Rocamadour. Subir a pie los 216 peldaños de la Gran Escalera que invitan al arrepentimiento y a la penitencia permite ir descubriendo las iglesias y capillas de esta ciudad-santuario inmersa en un paraje excepcional, como el templo dedicado a Saint- Sauveur y la cripta de Saint-Amadour, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Muy venerada es también la capilla de Notre Dame, que guarda la Virgen Negra. Junto a las capillas, el antiguo palacio episcopal alberga el Museo de Arte Sacro, con su colección de obras religiosas.
LA GRUTA DE LAS MARAVILLAS
Aunque Rocamadour es un pueblo muy medieval también esconde una joya prehistórica: la Gruta de las Maravillas, decorada con pinturas rupestres de más de 20.000 años de antigüedad. Otro tesoro de la geología son las Cuevas de Presque, que invitan a un recorrido para admirar las estalactitas y estalagmitas que crecen en su interior y llegan a alcanzar los diez metros de altura, todo un espectáculo para la vista.
SABORES DE ROCAMADOUR
Para entretenerse un buen rato con tanta subida y bajada están los mercados gourmet, donde se venden y se pueden probar los mejores productos de la región: las trufas, el foie gras o el cordero de granja de Quercy, para rematar con una tarta casera o un licor. Para la noche, una propuesta recomendable es recorrer la ciudad medieval iluminada y el cañón de Alzou en un pequeño tren y hasta rematar el día asistiendo a un espectáculo en su pequeño teatro-cabaret.
EN PLENA NATURALEZA
En los alrededores de Rocamadour, se puede disfrutar de la cetrería en el Peñón de las Águilas, una reserva donde halcones, cóndores, águilas, buitres y también papagayos se reproducen en cautividad. Otra opción para estar en contacto con la fauna es observar un centenar de macacos que habitan el Bosque de los Monos, inmerso en el parque natural.
GUÍA PRÁCTICA
CÓMO LLEGAR
Rocamadour está a 400 kilómetros desde Hendaya y también desde La Junquera.
https://www.hola.com/viajes/galeria/2017032392639/rocamadour-pueblos-bonitos-francia/5/
PARA COMER
En los menús de los restaurantes de Rocamadour siempre está presente el cremoso queso de cabra de Rocamadour, que tienen Denominación de Origen y cuyo sabor es conocido en el mundo entero. Opciones atractivas para sentarse a la mesa son el restaurante Le Belvédère (hotel-le-belvedere.fr), con distintos menús tradicionales de la tierra y frente al acantilado; y el del hotel Les Vieilles Tours (vtrocamadour.com) donde degustar cocina francesa de autor.
PARA DORMIR
En el hotel Best Western Beau Site Notre Dame (bestwestern-beausite.com), con habitaciones personalizadas. Y también el citado Les Vieilles Tours, una casa solariega del XVII con 15 habitaciones que se sitúa por encima de Rocamadour.
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