Los mejores planes para viajar a las Azores y no parar quietos
Avistar ballenas, bañarse en aguas de color chocolate, montar en bicicleta circunvalando lagunas, observar aves… Propuestas muy activas para familias en la espectacular naturaleza de este archipiélago portugués.
OBSERVAR BALLENAS
En las Azores, el grito de ¡ballena a la vista! es de lo más normal, que por algo es uno de los mayores santuarios de ballenas del mundo y queda cerca de casa en este archipiélago de Portugal. Hasta 24 tipos diferentes de cetáceos, un tercio del total de las existentes en los océanos, se avistan en las aguas que rodean sus nueve islas. Se ven delfines mulares y pintados, cachalotes, rorcuales, ballenas barbadas y, a finales del invierno, ballenas azules. A los niños les encanta la experiencia, en la que se puede participar desde los cinco años. Las salidas duran unas tres horas y, sea la época que sea, en el 98% de ellas hay avistamiento. Los principales puntos de partida para contemplar a estos encantadores mamíferos son Vila Franca y Ponta Delgada, en la isla de São Miguel; Angra do Heroísmo o Praia da Vitória, en la de Terceira; o la ciudad de Horta, en Faial. Empresas como Azores Whale Watch (azoreswhalewatch.com), Ocean Emotion (oceanemotion.pt) o Whale Watching Peter (petercafesport.com/whale_watching) organizan esta actividad.
PASEAR POR UN JARDÍN BOTÁNICO
Azores es toda una lección de vulcanología y desbordante naturaleza y buena prueba de ello es el valle de Furnas, en la isla de São Miguel, con su laguna, sus calderas y manantiales donde el agua fluye de la tierra. Es en él donde está el parque Terra Nostra, un jardín botánico de 12 hectáreas creado alrededor de la residencia de verano del cónsul estadounidense en Azores a finales del siglo XVIII –hoy convertido en hotel–, que esconde una piscina termal, una de las mayores colecciones de camelias del mundo y un arboreto con miles de árboles de todo el planeta. Las familias también pueden alojarse en el hotel que acoge la mansión, el Terra Nostra Garden, o si no disfrutar en el restaurante de su famoso cozido das caldeiras, un contundente guiso cocinado durante horas dentro de agujeros que aprovechan el calor natural de esta tierra volcánica.
EN BICICLETA
En las Azores hay muchas posibilidades para los aficionados a la bicicleta, desde single tracks muy técnicos que unen las montañas más altas con las playas y fajãs (lenguas de tierra sobre el mar) a otras rutas más idóneas para ir con niños por los caminos que circundan las lagunas o cruzan las sierras ricas en fauna y flora endémica. En el camino, bosques de criptomeria, hortensias, prados, montañas y localidades de gran belleza. Algunas empresas como Azores Adventure Islands (azoresadventureislands.com) o Azores Forall (azoresforall.com) organizan recorridos cicloturistas guiados.
A CABALLO
Hay otro modo de acercarse a la naturaleza de las Azores y es a lomos de un caballo, porque al paso o al trote, además de disfrutar del paisaje y las vistas al Atlántico niños y mayores pueden participar en una actividad que implica un poco de aventura. Algunas empresas, como Patio (patio.pt), Quinta do Galo (quintadogalo.pt) o Picos de Europa (picosdeaventura.com) organizan salidas guiadas con caballos lusitanos que pueden incluir alojamiento en casas rurales o comidas típicas.
CON LAS BOTAS PUESTAS
Aunque durante siglos, la manera más fácil de desplazarse entre las islas de las Azores era por mar, los caminos de tierra eran los que utilizaban los habitantes de cada una de ellas para hacer sus labores diarias y también el ganado en busca de pastos. Esta red de caminos se ha recuperado y ahora se brindan para disfrutar del senderismo. Tienen diferente nivel de dificultad y unen lugares como Caldeiras da Ribeira Grande con el salto do Cabrito o Praia con Lagoa do Fogo, ambos en São Miguel, o llegan al mirador Rocha do Chambreo, en la de Terceira.
OBSERVAR A LAS AVES
Con casi cuatrocientas especies registradas y treinta que nidifican aquí, Las Azores también son un destino privilegiado para el birdwatching, gracias a su situación en el océano Atlántico y al paso de varias especies de aves migratorias. Aunque en todas las islas se pueden observar aves, São Miguel y Graciosa son el mejor lugar para ver especies endémicas como el camachuelo de las Azores o el paíno de Monteiro, la isla de Terceira para observar gaviotas y limícolas, y las islas de Flores y Corvo de paseriformes americanos. Gerby Birding (gerbirding.com) o Azores Green Mark (azoresgreen.com) son algunas de las empresas que organizan esta actividad.
UN BAÑO EN AGUAS FERRUGINOSAS
En Azores toda una experiencia que nadie pasa por alto es el de bañarse en sus aguas mansas y templadas, pero también en esas otras de color chocolate que, haga frío o calor, resultan tan insólitas. Y es que desde hace siglos, en las Azores sus recursos hidrotermales han sido explotados. En la isla de São Miguel, la Lagoa do Fogo –en el cráter de un volcán–, las Termas de Ferraria (termasferraria.com) y las piscinas de agua ferruginosa de Furnas; en la de Graciosa, los manantiales de Carapacho son algunos de estos lugares.
MUY PRÁCTICO
Numerosas compañías vuelan desde España hasta Azores como TAP Portugal, Azores Airlines/SATA, Easyjet, Ryanair, etc desde unos 160€. Durante el verano funcionan ferries como los de Atlânticoline (atlanticoline.pt) entre las islas.
MÁS INFORMACIÓN
Turismo de Azores, visitazores.com
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