Cesky Krumlov, la ciudad más bonita de Chequia (con permiso de Praga)
Por su entramado de calles medievales, sus fachadas renacentistas, su gigantesco castillo que domina el ‘skyline’ de la ciudad y sus miles de rincones encantadores, esta joya de Bohemia es una ciudad de cuento. Te desgranamos lo que esconde.
LA CIUDAD VIEJA
El río Moldava, el más largo de la República Checa, dibuja el mapa de Cesky Krumlov. Es es su meandro más retorcido en el que reposa su casco viejo, su corazón, el mismo que la Unesco ha elegido como Patrimonio de la Humanidad. Dsde el mirador de la carretera se adivina que es un cogollo delicioso, pero, sobre todo, paseando por sus pintorescas callejuelas medievales, a las que van asomando agudos campanarios y las elegantes fachadas de estilo gótico y renacentista de sus casas burguesas de colores pastel y tejados en punta. El paseo lleva hasta la plaza del Ayuntamiento, una plaza pequeña, cuadrada y elegante a rabiar presidida por el blanco edificio con soportales que acoge el Ayuntamiento. También animada, en Navidad por los puestillos de madera de su mercado navideño, y en junio, cuando regresa al Renacimiento durante la fiesta de los Cinco Pétalos.
EL INMENSO CASTILLO
Cesky Krumlov tiene el honor de contar con el segundo castillo más grande de la República Checa –después del de Praga– y uno de los mayores de Europa, que para ser una ciudad pequeña, casi un pueblo grande, de apenas 13.000 habitantes, es todo un honor. Un puente de madera une la ciudad vieja con la colina donde los Rosenberg, la familia noble que tanto tuvo que ver con la historia medieval checa, decidió levantar esta gran fortaleza formada por unos cuarenta edificios que luego los Schwarzenberg siguieron embelleciendo. Durante la visita por su interior no hay que perderse la galería de la torre del palacio, los jardines barrocos, las habitaciones renacentistas, la sala de Máscaras, la colección de tapices de Bruselas, el teatro barroco y al foso en el que curiosamente ¡viven osos!
EL BARRIO DE LATRÁN
Latrán es el nombre de un barrio –el otro cogollo histórico de Cesky Krumlov– y también el de la calle principal que pasa por él, que es además la más antigua de la ciudad, porque servía de acceso al castillo. Entre el puente de madera Lazebnický y la puerta Budějovice, la única que se conserva de la muralla, un montón de lugares imprescindibles: la antigua iglesia de San Jodock, el corredor por el que las dos nobles familias de los Rosenberg y los Schwarzenberg pasaban al castillo sin mezclarse con la plebe y un buen puñado de importantes casas burguesas renacentistas reconvertidas en tiendas de artesanía, cafés y restaurantes donde hacer parada o darse un festín bohemio, el contudente plato tradicional con el que rematar la visita.
CÓMO LLEGAR
Cesky Krumlov se encuentra a unas dos horas y media de Praga en coche, a la que también se puede llegar por ferrocarril, cambiando de tren en Ceské Budejovice.
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