TAHITÍ
La más grande de las islas de la Polinesia, que Francia conserva como Territorio de Ultramar en la otra esquina del mundo, tiene mucho de paraíso perdido, con playas perfectas sembradas de palmeras, lagunas resplandecientes y encrespaduras volcánicas alfombradas de vegetación que, gracias a la literatura y también al cine, forma parte del imaginario colectivo. Desde Papeete, la capital del archipiélago, es mucho lo que descubrir en ella: el mirador de Tahara, con una soberbia panorámica de la isla vecina de Moorea así como de la bahía de Matavai, las playas de arena volcánica de Point Venus, la playa de Mahina –la preferida por los surfistas–, el valle de Papenoo... Con más tiempo, también se puede llegar a la mucho menos trillada islita de Tahiti Iti y otras de las islas del archipiélago de la Sociedad, como Moorea, Bora Bora, Raiatea, Huahine o Taha’a y, a ser posible, a alguno de los espectaculares atolones de las Tuamotu / © Mc Lennan.