Cinco islas indispensables para llegar en vaporetto desde Venecia
A pocos minutos de la monumental ciudad italiana quedan un puñado de islas más serenas y tranquilas. Las islas de Murano, Burano, Lido, Torcello y la Giudecca tienen su particular belleza y se prestan para pequeñas excursiones.
MURANO
Todos los que llegan en vaporetto a la isla más famosa de Venecia, de la que queda a apenas un kilómetro, lo hacen para visitar los talleres de los grandes maestros del cristal, en los que admirar el proceso artesanal de soplado de sus famosos vidrios y regresar con esas delicadas piezas en forma de joyas, jarrones, lámparas o cualquier otra pieza como recuerdo. Salvando puentes se llega a sus tiendas más afamadas, como Salviati, Barovier & Toso, FerroMurano o Berengo Studio, a su Museo del Vetro (del Cristal), ubicado en el Palacio Guistinian, y a su iglesia dedicada a Santa María y San Donato, conocida por sus mosaicos bizantinos.
BURANO
Si cabe más bucólica que Murano es Burano, cuyas casitas de colores asomadas a las aguas de los canales dejarán un regusto de encanto casi rural como contrapunto a la opulencia palaciega de la Venecia esencial. Unos 45 minutos lleva llegar en vaporetto hasta esta islita, que luego se recorre en un par de horas más, porque es pequeñita. Y si conocidas son esas coloridas casitas que pintaban los marineros para distinguir fácilmente los días de niebla –la más famosa de las cuales es la de Bepi Suà–, no lo son menos sus encajes de hilo, que se realizan todavía a mano de modo tradicional. Como también el campanario inclinado que asoma por encima de sus tejados, el de la única iglesia de la isla, dedicada a San Martín. Un risotto de gò (su más famoso plato de pescado) o la típica bussolà y esse (galletas de Burano) pondrán la nota con sabor a esta excursión deliciosa.
TORCELLO
En el mismo muelle al que llegan los vaporetto a Burano se toma el que lleva a esta pequeña isla italiana que fue la primera de la laguna de Venecia y que queda frente a ella. Hoy está prácticamente despoblada, con mucho campo, pero en otro tiempo fue la más poblada de la República de Venecia por sus salinas. Lo que se viene buscando a Torcello es el edificio más antiguo de Venecia y entorno, la catedral de la Asunción, cuyo origen se remonta al siglo VII y con mosaicos interesantes; y a su lado, una de las iglesias más grandes, la bizantina de Santa Fosca, con la que forman un conjunto arquitectónico digno de admirar.
GIUDECCA
El Canal de la Giudecca separa las islas de la Giudecca de Venecia, porque no son una sino un conjunto de ocho islotes los que la forman y quedan a apenas 500 metros de la ciudad italiana. Fue lugar de veraneo de la nobleza, lugar de residencia de Miguel Ángel y un remanso de paz a un paso en vaporetto de la plaza de San Marcos, donde admirar la iglesia del Santísimo Redentor, su edificio más destacado, también el hotel Hilton Molino Stucky –una inmensa construcción de ladrillo de estilo neogótico–, pero sobre todo, la privilegiada vista que desde su orilla se admira del paisaje veneciano.
LIDO
Su famoso Festival Internacional de Cine no ha hecho más que acrecentar la fama de esta larga isla de Venecia que se extiende a lo largo de 12 kilómetros y a la que hay que saltar para recorrer las tiendas de su Gran Viale Santa Maria Elisabetta, la calle más larga de la isla; dormir en alguno de sus lujosos hoteles; comer pescado en el barrio de Malamocco, entrar en la iglesia de San Nicolo y, en temporada, tomar en sol en sus playas de arena abiertas al mar Adriático.
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