Santander, vigía del Cantábrico, en 9 imprescindibles
En la capital cántabra se siente la presencia absoluta del mar y la naturaleza. Y es que situada como está en el centro de una extensa bahía, presume de una costa salpicada de magníficas playas, bravos acantilados y parques urbanos con vistas infinitas, pero también de ser una ciudad elegante, con grandes dosis de calidad de vida y mucha actividad cultural.
PENÍNSULA DE LA MAGDALENA
Con playas, un parque marino, boscosos jardines, áreas deportivas y bancos para hacer picnic es normal que esta península sea la zona de esparmiento preferida por los santanderinos y también por sus visitantes. En lo más alto se alza el palacio de la Magdalena, que fue residencia real y actualmente es la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
PASEO DE PEREDA
El lugar por donde Santander se asoma al mar es este paseo recorrido por señoriales edificios –entre los que destaca el del Banco de Santander– que se alinean en paralelo a los muelles que se abren a la bahía. Entre la simbólica Grúa de Piedra y el pintoresco Puertochico se puede ver el modernista palacete del Embarcadero y el grupo escultórico de Los Raqueros.
CATEDRAL
Más que una catedral parece una fortaleza, aunque lo que de verdad fue en sus inicios fue una abadía. En realidad son dos sobrias construcciones superpuestas de estilo gótico. Mientras la inferior, conocida como la cripta de El Cristo, es el templo más antiguo de la ciudad y su suelo está acristalado para ver los restos de un yacimiento romano; en la iglesia alta se puede admirar un bonito claustro gótico, donde está el sepulcro del erudito Menéndez Pelayo.
CENTRO DE ARTE BOTÍN
Es el más nuevo de los edificios de Santander, una gran obra del prestigioso arquitecto italiano Renzo Piano situado frente al mar que parece un palafito por su terraza y trampolín suspendido sobre el agua. Aunque todavía no ha sido inaugurado, en su interior la Fundación Botín tiene previsto acoger espacios para la exhibición de obras de arte, para la formación y un gran anfiteatro.
PUERTO PESQUERO
El barrio y el puerto pesquero son las zonas en las que se respira el ambiente más popular de la capital cántabra. Y así es porque es uno de los lugares con más solera para degustar los productos del mar en sus tabernas y restaurantes. Las rabas es el plato santanderino por excelencia, pero también no hay que dejar de probar las sardinas a la brasa, la paella marinera, el puding de cabracho o los mariscos.
PLAYAS DEL SARDINERO
Desde el paseo Pereda, la calle Castelar enlaza con la avenida de la Reina Victoria, custodiada por señoriales palacetes y exclusivos hoteles y que lleva hasta las playas del Sardinero. Son cerca de dos kilómetros de dorados arenales que suman las playas del Camello, la Concha y la Primera y Segunda, estas separadas por los jardines de Piquío. Un verdadero paraíso para el paseo y para el más exquisito descanso estival. Pero para el disfrute también otras playas, como Los Molinucos, Mataleñas, Rosamunda o la de la Virgen del Mar.
FARO DE CABO MAYOR
Una vez superadas las playas del Sardinero se alzan los acantilados rocosos de los cabos Menor y Mayor. En el primero hay varias playas y el parque de Mataleñas, con unas vistas impresionantes de la zona del Sardinero. En el Mayor su famoso faro, desde el que se descubre una magnífica panorámica de buena parte de la bahía y que acoge en su interior un centro de arte.
MUSEOS
El Marítimo del Cantábrico, con una exposición que muestra la vida marina y la relación del hombre y el mar; el Regional de Prehistoria y Arqueología, con piezas procedentes de los numerosos yacimientos paleolíticos de Cantabria, en especial de Altamira y Puente Viesgo; el de Arte Moderno y Contemporáneo, la casa-museo de Menéndez Pelayo… Son, junto con el moderno Palacio de Festivales, abierto a la bahía y donde todos los veranos se celebra el prestigioso Festival Internacional de Música y Danza de Santander, una muestra de la pasión de esta ciudad por la cultura.
EN BARCO POR LA BAHÍA
Abierta como está la ciudad a la bahía, obligado es dar un paseo por ella. Los barquitos se toman en el embarcadero situado frente al paseo de Pereda y llevan a Pedreña, Somo y El Puntal. Además, este servicio regular ofrece otras excursiones marítimas por este entorno, como la que lleva también a Cabo Mayor o a la isla de Mouro.
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