Mitte, el barrio donde late el corazón de Berlín

Es el centro histórico, pero también el escaparate de la renovación urbana, el punto de encuentro del pasado con el futuro de esta vibrante capital. Recorremos su faceta más icónica junto con ese otro impulso alternativo que convierte a este distrito en un foco inagotable de tendencias y, en definitiva, en el núcleo más activo de la ciudad.

por NOELIA FERREIRO

Por un lado las reliquias del Berlín antiguo, los hitos monumentales y las cicatrices del pasado. Por otro, aquel boom urbanístico que siguió a la nueva era y que colocó a la ciudad alemana a la vanguardia de la arquitectura moderna. Así es Mitte, el centro literal (éste es su significado en alemán) del ayer y del hoy, de lo viejo y de lo nuevo, de las hoy sutiles diferencias que dejó la división este-oeste. Un barrio con una atractiva oferta cultural y con templos del ocio que mudan de piel casi en lo que dura un suspiro.

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IMPRESCINDIBLES HISTÓRICOS
Todo itinerario por el Berlín clásico debe comenzar aquí. O más concretamente, en el edificio del Reichstag. Porque este monumento que, desde 1999, ejerce como sede del parlamento (Bundestag) es todo un icono de la capital alemana. Su cúpula de vidrio, que fue proyectada por Norman Foster para representar la reunificación de la ciudad, permite uno de los acontecimientos ineludibles en toda visita a Berlín: la subida en un rápido ascensor para contemplar su embudo de espejos y, ya de paso, una bonita panorámica desde las alturas.

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Cerca encontraremos otros dos grandes hitos: el tristemente célebre Memorial del Muro, erigido en recuerdo del Berlín dividido; y la Puerta de Brandemburgo, símbolo definitivo de la nueva Alemania, a cuyos pies los turistas capturan el selfie más representativo. Porque aunque sus arcos vieron pasar a las tropas de Napoleón y los desfiles nazis, la cuadriga de su cima (Diosa de la Victoria) encarna el eterno triunfo de la paz sobre las armas.

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Desde aquí, recorriendo hasta el final la mítica Unter den Linden, el mayor bulevar de la ciudad, daremos con la Berliner Dom o Catedral, coronada por una cúpula de cobre desde cuya galería, una vez más, se vierten impresionantes vistas.

DOS PARADAS CON SOLERA
Una, es un clásico del turismo de lujo, un alojamiento privilegiado solo apto para carteras abultadas. Nos referimos al Hotel Adlon (kempinski.com/en/berlin/hotel-adlon), emplazado en la Pariser Platz, allí donde renombrados arquitectos han dejado su huella. Se trata, en realidad, de una réplica de la que fuera la gran dama de la hostelería berlinesa (aquí durmieron Greta Garbo o Charlie Chaplin), que sigue acogiendo a las celebrities. Una anécdota: desde una de sus ventanas tuvo lugar la desafortunada escena de Michael Jackson agitando a su bebé.

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La otra cita es con el Café Einstein (cafeeinstein.com), de elegante estilo vienés, idóneo para reponer fuerzas con el mejor apfelstrudel de Berlín.

ARTE A TOPE
Que para eso en este barrio reside la Isla de los Museos sobre el río Spree. Un tesoro de obras maestras repartidas en cinco grandiosas pinacotecas, que fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Arte del siglo XIX y colecciones arqueológicas en las que se pueden admirar joyas como el Altar de Pérgamo o el Busto de Nefertiti.

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Muy diferente es este otro museo de Mitte que cosecha miles de visitas: el Museo de Los Ramones (ramonesmuseum.com), que no es sino la colección privada de un fan de la banda neoyorkina con todo lo inimaginable sobre el punk.

DE COMPRAS
En Berlín, donde cada distrito tiene un carácter distintivo, comprar es parte de la aventura. Y este barrio está hecho para exprimir la tarjeta de crédito. En la lujosa calle Friedrichstraße se erige el exclusivo Quartier 206 (quartier206.com) que, gracias a su opulenta arquitectura, es mucho más que unos grandes almacenes. También está el Arkaden de Potsdamer Platz, ideado por Renzo Piano: una calle comercial de tres pisos con los techos acristalados para comprar, pasear y distraerse. Y en Alexanderplatz, ya en el límite de Mitte, la Galería Kaufhof y los centros comerciales gemelos de Alexa y Die Mitte son un imán para adictos al shopping.

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OCIO Y VIDA NOCTURNA
La lista de espacios emergentes para manifestaciones artísticas, de locales alternativos para cada tribu urbana y de bares y restaurantes que dan una vuelta de tuerca sería más que interminable. En Mitte, donde son famosos los patios interiores reciclados en lugares de ocio (Hackenschen Höfe y Rosenhöfe, exactamente en Spandauer Vorstadt) destacamos Haus Schwarzenberg, toda una factoría underground. Se trata del sitio donde un empresario alemán escondió a familias de judíos y que hoy es un callejón desconchado donde bulle la actividad cultural: un cine independiente, un bar y tres museos, incluido el de Ana Frank.

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Otro ejemplo de esa tendencia tan berlinesa a reinventar sus edificios es la Colección Boros (sammlung-boros.de/), un búnker reconvertido en galería de arte privada. Y como no todo iba a ser estética graffitera, aquí va una dirección para el público más gourmet: el restaurante Reinstoff (reinstoff.eu/), en el centro del barrio, donde degustar alta gastronomía premiada con dos estrellas Michelin.

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