Sigüenza, un pueblo medieval con mucho sabor
Desde su castillo, situado en lo más alto, hasta el jardín de la Alameda, el paseo por esta villa es de lo más evocador, con callejuelas que aquí llaman travesañas, plazuelas con soportales y edificios monumentales que gustan a rabiar a los que van en busca de conjuntos medievales. Es hora de descubrirlo
UN CASTILLO DE PELÍCULA
Sigüenza se adivina desde mucho antes de llegar a ella y lo primero que asoma a la vista es el castillo que tiene en lo alto, una monumental obra de los visigodos sobre cimientos romanos que después pasó a ser alcazaba árabe. Es el mejor testigo de la historia de esta ciudad de la provincia de Guadalajara, ya que durante siglos fue residencia de los influyentes y poderosos obispos seguntinos, los auténticos señores de la ciudad. Hoy en sus estancias descansan los alojados en el Parador de Turismo. Se esté alojado o no, hasta el mes de febrero se puede visitar en su Salón del Trono una exposición gratuita sobre tapices y alfombras que son auténticas joyas, algunas cedidas por la Real Fábrica de Tapices.
TRES CIUDADES EN UNA
Medieval, renacentista y barroca. Sigüenza es, en realidad, tres ciudades. La primera está en lo más alto, en torno al castillo. Hay callejuelas llenas de rincones evocadores para las que pasear tranquilamente: iglesias románicas –San Vicente y Santiago–, plazuelas con soportales, arcos, puertas de la antigua muralla y casas sobresalientes, como la del Doncel, una casa-torre a la que se puede entrar para ver sus salones decorados con cenefas mudéjares y arcos de yeserías y de paso quedarse a comer en el restaurante que acoge.
Descendiendo por la calle Mayor llegas a la ciudad renacentista, con grandes plazas y un buen puñado de edificios nobles, entre los que sobresale el palacio episcopal –sede hasta el siglo XIX de la desaparecida Universidad– y también la plaza Mayor, a la que se abre otra de las obras monumentales, la catedral. Con aires de fortaleza, en su interior hay que entretenerse un rato, especialmente para admirar la afamada estatua del Doncel, de la que Ortega y Gasset llegó a decir que era la más hermosa del mundo.
POR EL BARRIO DE SAN ROQUE
A espaldas de la catedral queda el barrio de San Roque, el tercer vértice de la gran expansión de la ciudad, que, como no podía ser de otra forma, también fue ideada en época barroca por los obispos. Entre su monumental conjunto de edificios, la Alameda es un respiro, un jardín histórico de olmos centenarios, lugar de paseo, de tertulia y escenario de las fiestas de la ciudad, además del espacio donde se levanta el monasterio de Nuestra Señora de los Huertos.
PARA APUNTARSE EN LA AGENDA
Concierto de villancicos (en el Parador el 27 de diciembre y en El Pósito el 30), la representación de la ópera El Barbero de Sevilla el 7 de enero, teatro y actividades infantiles, cabalgata… En Sigüenza también es Navidad y se celebra con un montón de propuestas para todos los públicos.
A LA HORA DEL APERITIVO
Cuando llega la hora de hacer un descanso entre paseo y paseo hay que parar en cualquier bar para sumarse a la costumbre del tapeo, que aquí se lleva a rajatabla, y de paso probar la bebida típica de la ciudad: el fino seguntino, que se elabora con gaseosa principalmente –mejor de la marca Segontia, la que se fabrica en la ciudad–, una parte de vermut rojo, si puede ser de Reus, y la última de espuma de la cerveza. Una mezcla simple pero deliciosa.
Y A LA HORA DE COMER
En Sigüenza saben disfrutar de la cocina, ahí están sus jornadas gastronómicas para demostrarlo, y cuando llega la hora de sentarse a la mesa, lo mejor es decantarse por la gastronomía local, especialmente el cordero o cabrito asado, pero también migas, sopa castellana, caza o trucha escabechada, remantando con un dulce tradicional, como son las yemas del Doncel, los bizcochos borrachos o los elaborados con miel, por supuesto, de La Alcarria. Las propuestas creativas y modernas basadas en el producto local, principalmente, de El Doncel (eldoncel.com), ubicado en una gran casona de piedra frente a la Alameda; Calle Mayor (restaurantelacasa.com), en la subida al castillo, o nöla (nolarestaurante.es), ahora en la Casa del Doncel, son buenas referencias.
ES HORA DE DORMIR
El más privilegiado de los alojamientos de Sigüenza es el Parador (parador.es), que ocupa el castillo, y lo es por su emplazamiento, su historia y sus nobles estancias, pero El Doncel (eldoncel.com) y, en una pedanía muy próxima, el hotel-spa Molino de Alcuneza (molinodealcuneza.com), un exclusivo Relais & Chateaux, garantizan una estancia inolvidable.
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