De castillos, fantasmas y monstruos por Escocia
No hay rincón de este país en el que el perfil de un castillo no se recorte entre la niebla. Y, claro, protagonistas de asedios, escenarios de traiciones entre clanes, amores incomprendidos, no hay fortaleza que no cuente entre sus muros con un espectro como huésped o en cuyos contornos no habite un ser sobrenatural. ¿Lo mejor de ser un cazafantasma en los castillos –muchos reconvertidos en hoteles con spa y restaurantes maravillosos- de Escocia? Poder descubrir un lugar terrorificamente fascinante en pequeñas dosis.
Hay quien asegura que la artífice de esas apariciones es la espesa niebla. Otros que es la herencia celta. No faltan los que afirman que los culpables son los vapores de sus whiskies, acicate para la imaginación de los lenguaraces highlanders. Sea cual sea la razón, lo cierto es que Escocia es el lugar del mundo con más fantasmas errantes, monstruos y damiselas espectrales por metro cuadrado… en especial, habitando castillos centenarios.
EDIMBURGO
La capital escocesa es un inmejorable punto de partida para ese periplo fantasmagórico. Su imponente castillo, erguido sobre la ciudad desde hace siglos, cuenta con todos los elementos para acoger fantasmas. Palacio real, fortaleza y prisión desde el siglo XII, hay quien asegura que las almas de algunos soldados de Napoleón muertos en sus mazmorras aún viven aquí junto al espectro de un gaitero perdido en los pasadizos secretos que conectan el castillo y el palacio de Holyrood. Por supuesto, recalar en el castillo es la excusa perfecta para pulsar la efervescencia medieval de la Royal Mile, emblemática calle repleta de tiendas y magníficos restaurantes, algunos tan mágicos, por el nombre y por sus creaciones culinarias, como The Withchery.
DE GLAMIS CASTLE AL CASTILLO DE STIRLING
Aventurarse por la vieja Caledonia para pulsar los misterios de sus fortalezas tiene otras recompensas: brumosos valles (glens), páramos tapizados de brezo, montañas majestuosas, lagos (lochs) de aguas oscuras… y castillos fascinantes. Ahí están Glamis Castle, con reminiscencias al fantasma de Macbeth de Shakespeare; el castillo de Abergeldie, en Aberdeenshire, donde el fantasma de Kittie, una joven quemada por bruja, aún atormenta al castillo y a la vecindad… O Skaill House, una mansión del siglo XVII habitada por un fantasma que aterra a los perros. Y, cómo no, el castillo de Stirling, la puerta de las Highlands, que no cuenta con un fantasma, sino con dos: un highlander que pasea ataviado por sus murallas como los montaraces y la pobre Green Lady, una sirvienta de María Estuardo, Reina de los Escoceses, quien al incendiarse las cortinas de la cámara real habría salvado la vida de la regente pero perdiendo la suya.
A LOS PIES DEL LAGO NESS
Muy cerca de Inverness, la capital de las Highlands, una ciudad en la que recalar para descubrir sus buenos restaurantes y recrearse en el arte del shopping, espera Urquhart Castle. Es cierto, entre las ruinas de este fortín del siglo XVI no se pasea ninguna alma en pena, pero a sus pies están las aguas que cobijan la criatura fantástica más famosa del país: Nessie, el cariñoso nombre con el que se conoce al escurridizo monstruo del lago Ness. No hay duda: visitar Urquhart Castle, con su privilegiada ubicación sobre del lago, es hacer un viaje al pasado y, claro está, con algo de suerte, el mejor lugar para otear el espinazo de Nessi surcando las oscuras aguas del loch.
EILEAN DONAN CASTLE
Un colofón inolvidable para una ruta por los castillos encantados de Escocia es el Eilean Donan Castle, la más icónica de todas las fortalezas escocesas. Y es que el perfil del baluarte del clan MacRae, a un paso de la isla de Skye, condensa en sus muros todo el misterio que puede evocar un castillo escocés. Inmortalizado muchas veces por el cine y la televisión, cuenta con una plus notorio: ¡su fantasma es español! Para ser exactos, un soldado del regimiento enviado hasta aquí en 1719 por el rey Felipe V y que pereció durante el bombardeo del fortín por barcos ingleses. Los que lo vieron aseguran que deambula con su cabeza bajo el brazo. Lo que no hay que perderse es el ocaso frente al castillo: recortado sobre las aguas del lago Alsh y el Duich, con la bruma dormitando sobre las montañas que lo rodean. Así son los castillos escoceses, un hermoso cofre repleto de sorpresas en un país de belleza sobrenatural.
NO DEJES DE… Zambullirte en el paisaje de la región de Aberdeenshire y los Montes Grampianos a través del Castle Trail. Y es que en esta región se concentra este circuito de 18 espectaculares castillos -Corgarff, Rhynie, Alford u Oldmeldrum…- en cuyas murallas, estancias y torres late la leyenda. Por si fuera poco, el Cairngorm National Park (cairngorms.co.uk), el mayor de Gran Bretaña, es el escenario perfecto para disfrutar en familia de todo tipo de actividades al aire libre, como un paseo en kayak, una aventura senderista –por ejemplo, el Coire Cas Mountain Trail, un camino de 4 kilómetros apto para todas las edades que permite avistar águilas reales- o una jornada de pesca.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
Jet2.com vuela directo a Edimburgo y Glasgow desde Alicante, Mallorca, Málaga, Menorca, Murcia, Ibiza y Reus y, solo a Glasgow, desde Barcelona, Tenerife y Lanzarote. Por su parte, Ryanair vuela a Edimburgo desde Barcelona, Benidorm, Málaga y las Canarias. Easyjet conecta Madrid y Edimburgo y Palma de Mallorca con Glasgow, mientras que Vueling hace lo propio entre Barcelona y la capital escocesa.
Dónde dormir
Si descubrir los secretos e historias de los castillos escoceses es una aventura única, dormir en alguno de ellos (con permiso de sus espectrales inquilinos) es una experiencia inolvidable. Un ejemplo es Shieldhill Castle (shieldhillcastlehotel.co.uk), una fortaleza con 800 años de antigüedad y con The Gray Lady, el ánima de una doncella que se suicidó por un amor imposible en el siglo XVII, entre sus huéspedes seculares. Para noches menos agitadas, nada como un mito escocés: The Gleneagles Hotel (gleneagles.com). Situado en la campiña de Perthshire, es uno de los mejores hoteles del país gracias a maravillas como su restaurante -con dos estrellas Michelin y al mando del chef Andrew Fairlie- y sus campos de golf. Una propuesta con carácter es el B&B Drumbuie Farm (loch-ness-farm.co.uk), donde vivir unos días como un granjero scottish mientras de reojo se otea el lago Ness en busca de Nessie.
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