Dos paseos, dos experiencias y otras ideas prácticas para vivir Nantes
Cierra los ojos, inspira aire fresco, deja que la música callejera inunde tus oídos, prepara tu paladar, abre tu mente. Ahora sí, abre los ojos, estás preparado para disfrutar de una ciudad repleta de vida, vibrante, cosmopolita, creativa y única. Una ciudad que hace de la cultura su bandera y seduce porque representa la reinvención, el constante cambio, el movimiento. Arte, arquitectura, diseño, gastronomía, un hervidero de creación. Atravesada por el río Loira, la mágica ciudad de Julio Verne tiene mucho que ofrecer. Y para no perderte nada, tendrás que seguir la línea verde que, a lo largo de 12 kilómetros, recorre la ciudad.
PRIMERA ETAPA: DEL BARRIO MEDIEVAL AL NANTES DEL SIGLO XVIII
La casilla de salida por el barrio Bouffay es el castillo de los duques de Bretaña, de estructura robusta y estilo bretón donde es fácil viajar en el tiempo al siglo XV. Atravesando su puente levadizo podrás adéntrate en su interior, que acoge el Museo de Historia de Nantes, con un equipamiento high-tech, interactivo, vivo y pedagógico.
Después de pasar por la oficina de turismo, continúa por la rue du Chateau para adentrarte en la ciudad medieval. Las casas de entramados de madera o piedra y techos de pizarra que se asoman a sus estrechas y sinuosas calles recuerdan la atmósfera comercial y de gremios que se respiraba en el siglo XV. Callejea y descubre bonitas tiendas, bares y restaurantes de todos los estilos repletos de vida hasta llegar a la legendaria plaza de Bouffay. Parece mentira que una plaza tan agradable, viva y tranquila que se abre al tranvía fuese en su momento el centro neurálgico de una ciudad medieval en la que se presenciaban actos de guillotina.
El broche final a la experiencia medieval lo pone la imponente catedral de San Pedro y San Pablo, construida nada más y nada menos que en 500 años, lo que hace que posea rasgos arquitectónicos de varios periodos artísticos. Sus altísimas bóvedas son más altas que las de Notre-Dame, con grandes vidrieras que inundan la catedral de luz hasta en el día más nublado. Pero la experiencia no acaba aquí, pues la verdadera obra maestra es el exquisito sepulcro encargado por Ana de Bretaña para sus padres Francisco II y Margarita de Foix.
El paseo continúa después por el elegante barrio de Graslin, cuya exquisita arquitectura y urbanismo reflejan el éxito industrial y económico de la ciudad en los siglos XVIII y XIX. El punto de partida es la plaza Royale que representa el refinamiento del barroco francés y es uno de los centros neurálgicos de Nantes, cuyo ritmo se organiza en torno a la monumental fuente tributo al río Loira que atraviesa la ciudad y sus cuatro afluentes.
Después, un delicioso olor te conducirá, a través de la rue de la Fosse, a la antiquísima chocolatería Gautier Debotté, una preciosa tienda de 1823 donde podrás comprar sus famosos caramelos berlingots o sus bombones de chocolate rellenos de uva muscadet y quedarte con un buen sabor de boca de la ciudad.
Si sigues caminando, a mano derecha queda una de las más bellas galerías comerciales de Europa, el Passage Pommeraye, que data del siglo XIX. Entra, admira sus tiendas, déjate iluminar por la luz que entra a través de la gran cristalera y disfruta de la exquisitez arquitectónica del edificio.
Tras cruzar el pasaje, a menos de 30 pasos queda la plaza Graslin, presidida por el monumental teatro de Graslin y justo en frente, en el otro extremo, el restaurante La Cigale, un monumento histórico que espera para saciar no solo el más delicado paladar, si no las más altas expectativas artísticas. Cualquier hora es buena para disfrutar de este paraíso modernista de exquisita ornamentación, desde un delicioso desayuno en el que lo más indicado pedir es el famoso café gourmand (café + dulces típicos) hasta una apetecible comida o cena. Si quieres conocer mejor el sabor de la ciudad, el pescado con salsa debeurre nantais sería una buena elección y el mítico vino muscadet, solo producido en la región occidental del Loira, hará la combinación perfecta.
Pero este elegante barrio del siglo XVIII también se desarrolló gracias a que el puerto de Nantes estaba a la cabeza de los puertos negreros en Europa, por ello, una parada indispensable es el Memorial a la Esclavitud, ubicado bajo los muelles del Loira. Un monumento único en contra de cualquier tipo de esclavitud en el mundo.
SEGUNDA ETAPA: LA ISLA DE NANTES, UN HERVIDERO DE CREACIÓN AL OTRO LADO DEL LOIRA
Siguiendo la línea verde, y bien sea atravesando la pasarela de Schcelcher o el puente de Ana de Bretaña, aparece una Nantes completamente distinta a todo lo visto. El que fuera antiguo barrio de industrias de astilleros y conserveras es hoy un importante foco artístico y de creación donde se concilian pasado, presente y futuro y que desde hace 10 años le ha otorgado a Nantes una identidad única.
En la isla de las máquinas (lesmachines-nantes.fr), un elefante articulado de 12 metros de altura se pasea por las orillas del Loira, donde también se encuentra un carrusel gigante de los mundos marinos de 25 metros de altura. Estas dos obras contemporáneas son la manera más original de acercarnos a entender el imaginario del nantés Julio Verne en el que están inspirados y de hacernos vivir una experiencia sorprendente e inédita. Lo que antes eran las naves de las industrias de astilleros ahora se han convertido en auténticas fábricas de sueños, la llamada galería de las máquinas alberga futuros proyectos, más criaturas articuladas y un universo vegetal. lesmachines-nantes.fr
Grandes arquitectos han dejado ya su huella en el barrio de la creación, como Jean Nouvel y su imponente Palacio de Justicia. Obras de arquitectura contemporánea se fusionan con obras de lo que es un gran museo al aire libre, Estuaire. Este proyecto surgió en 2007 y es pionero en originalidad. Se trata de 30 obras repartidas entre Nantes y la desembocadura del Loira (Saint-Nazaire), todas ellas situados en lugares atípicos para hacernos soñar y experimentar. Artistas de todo el mundo participan y hacen un lugar suyo. Varias de las obras se encuentran dentro de la ciudad de Nantes y son visitables: Air, the zebra crossing, Nymphea, Absence, Metrè à Ruban y Anneaux.
En verano, el festival de Voyage du Nantes (1 de julio-28 de Agosto) significa el culmen de la creatividad en la ciudad, donde el arte contemporáneo toma las calles de la ciudad con obras artísticas temporales además de numerosos eventos y actividades.
EXPERIENCIAS MEMORABLES
1. En barco al barrio de Tentremoult
Montados en el Navibus, cruzar el Loira para llegar en 5 minutos a este singular barrio pesquero es sencillo gracias al Pass de Nantes. ¿El mejor momento?: la hora de comer. Para unas increíbles vistas y una comida de calidad, el restaurante gourmet La Civelle. Con una copa de vino Muscadet en la mano o espumoso y unas ostras la vida se ve de otro color.
2. Paseo en crucero por el Erdre Fauna, flora, el relajante sonido del agua fluyendo y castillos. Una combinación idílica. El paseo comentado durará una hora y 45 minutos y es gratis con el Pass de Nantes.
PAUTAS RÁPIDAS Y PRÁCTICAS
¿Cómo llegar?
Desde Madrid a Nantes vuela la compañía Air Nostrum en menos de dos horas.
¿Cómo moverte?
En la oficina de turismo (nantes-turisme.com), donde lleva la línea verde se puede obtener el Pass Nantes, el más adecuado para esta escapada es el de 48 horas, un pasaporte turístico que permite acceder gratuitamente a 30 monumentos centros y lugares turísticos así como a toda la red de transporte público (35 € el pass normal, 24€ el reducido y 94 € el familiar).¿Dónde comer?
A los ya mencionados restaurantes la Civelle y la Cigale se pueden añadir otros excelentes como la Brasserie Fèlix y más que encontrarás en la guía: fr.calameo.com/read/000106866024ea4d922b7
De museos
Además del Museo de Historia de Nantes ubicado en el castillo, también indispensable es el de Julio Verne, ubicado en el barrio de Chantenay, desde el cual se pueden observar unas vistas panorámicas de la isla de Nantes.
Paseos por la ciudad verde
Nombrada Ciudad Verde europea en 2013, Nantes cuenta con 100 jardines urbanos y está muy concienciada con la hazaña ecologista. Una parada incuestionable en el camino es el Jardin des Plantes, uno de los botánicos más importantes de Francia y en pleno centro de la ciudad.
Para el shopping
Modernas y diversas tiendas adornan las calles del centro de Nantes. El área comercial lo conforman las calles repletas de vida entre el castillo y la plaza de Graslin.
Ocio nocturno
Tres son las referencias indispensables para vivirla noche nantesa: la calle Juverie, en el barrio medieval de Nantes, con su animado ambiente nocturno; Le Nid, un bar a a 144 metros de altura, en el último piso de la terraza de la torre Bretaña, decorado por el artista Jean Jullien en el que sentarte a tomar una copa en el cuello de un gran pájaro adormilado que parece vigilar la ciudad; y Le Unique, un punto de encuentro y hervidero de tendencias a los pies del canal, en la antigua fábrica de galletas LU tanto para la noche como por el día por su bar, su restaurante, su librería, su sala de exposiciones, su diversidad generacional o la tranquilidad que se respira en su terraza.
¿Dónde dormir?
En Nantes hay 151 alojamientos hoteleros además de un camping urbano de 5 estrellas. Tanto el hotel LHotel como el littleLHotel, de la misma cadena, son céntricos y cómodos. Si buscas la excelencia, el imponente hotel Radisson Blu, que ocupa el antiguo palacio de justicia de la ciudad. Si lo que buscas es una experiencia original prueba a dormir en el hotel Chambres d´artistes, un castillo del siglo XVIII a 20 kilómetros del centro donde cada una de sus habitaciones ha sido diseñada por un artista diferente. El Exclusive Hotel y el Sozo Hotel también son excelentes opciones.
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