Una ruta de fin de semana por las Hoces del Duratón

Navegar en piragua entre acantilados altos como rascacielos, caminar por sendas señalizadas entre álamos, fresnos, sauces, alisos, olmos y arces resplandecientes que crecen a orillas del río, mucho arte románico y el mejor cordero asado del mundo. Es lo que nos depara la ruta que hoy os proponemos por tierras segovianas.

por ANDRÉS CAMPOS

El Duratón es un río que, nada más nacer en la frontera entre Madrid y Segovia, pega varios saltos seguidos, de hasta 50 metros, formando una de las mayores cascadas de España, el Chorro de Somosierra. Es como si estuviese predestinado para las más altas empresas porque, poco después, al pasar por Sepúlveda, se encañona durante 25 kilómetros entre acantilados calizos de 70 metros, las famosas hoces del Duratón, donde, para más vértigo y espectáculo, anida la mayor colonia de buitres leonados del mundo: 694 parejas.

¿CÓMO RECORRER LAS HOCES?

No hay mejor forma de hacerlo que en piragua, remando al pie de los inmensos paredones de roca gris y anaranjada. Varias empresas ofrecen esta experiencia que no entraña ningún riesgo, al discurrir por las aguas mansas del río embalsado, y permite llegar a lugares casi imposibles a pie, como las ruinas del monasterio de la Hoz. Empresas como Naturaltur (naturaltur.com), Hoces del Duratón (hocesduraton.com) o Bocanada (duratonaventura.com) organizan esta actividad todo el año. Lo habitual es hacer un recorrido de 3-4 horas (de mañana o de tarde), en embarcaciones biplaza y con guía (lo cual sale por 25 € los adultos y 15 los niños, aproximadamente). Otra opción es alquilar una embarcación y recorrer las hoces por libre.

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También es posible hacerlo a pie, por rutas senderistas señalizadas. La Senda Larga es la más bella y representativa de las que hay señalizadas en las hoces y, como su nombre indica, bastante prolongada (12 kilómetros, solo ida), de unas seis horas sin contar paradas. Arranca en Sepúlveda y continúa ya sin pérdida posible por la margen derecha del río Duratón, aguas abajo, hasta el puente de Villaseca, donde acaba.

Una recomendación: no hay que olvidarse de los prismáticos para admirar al buitre leonado. Dos metros y medio de envergadura, siete kilos de peso y 30 años llega a alcanzar el rey de las hoces del Duratón. Pero todo lo que tiene de grande, lo tiene de asustadizo, y es capaz de abandonar a los huevos o a los pollos a la primera señal de peligro, y no volver. Por eso, entre enero y julio el acceso a las hoces está regulado. Si se recorren en piragua o a pie, nada de acercarse a los nidos y silencio absoluto. En los cortados es donde se observan mayor número de ellos, más de un millar sumando crías, ensayando en el cielo su alta coreografía de espirales.

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¿QUÉ VISITAR EN EL ENTORNO?

Para disfrutar no solo de las hoces sino de todo su entorno y rematar el fin de semana hay que empezar por Sepúlveda, una villa medieval con una plaza mayor pintoresca, mucho arte románico en sus varias iglesias y mucho asador. La vieja cárcel, recientemente restaurada, aloja la oficina de turismo donde encontrar información. En la iglesia románica de Santiago se encuentra la Casa del Parque, un atractivo centro donde se explica la formación de las hoces y se orienta al visitante sobre los itinerarios a realizar, alguno de menos de un kilómetro, ideal para niños.

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Para redondear el fin de semana hay que acercarse a la ermita de San Frutos, románica y del siglo XIII, que se encuentra a cinco kilómetros del pueblo de Villaseca, avanzando cuatro de ellos en coche por una buena pista de tierra y el último a pie. Está al borde del acantilado, dominando un paisaje tremendo, y el acceso se efectúa por un pequeño puente de piedra que salva la grieta de la Cuchillada.

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¿DÓNDE DEGUSTAR EL MEJOR CORDERO ASADO DEL MUNDO?

Sepúlveda está repleta de asadores, 23 para ser exactos. Buenas opciones puedes ser Figón Zute el Mayor (figondetinin.com). No hay carta. Solo ensalada, tierno cordero asado y ponche segoviano. Así desde 1850. También el asador El Panadero (asadorelpanadero.es) con buenos asados, pero también están para chuparse los dedos las croquetas de bacalao y carabineros, los medallones de solomillo al foie con salsa de trufa y Oporto y la tarta de queso. Otra opción, esta vez a 7 kilómetros de Sepúlveda, en el pueblecito de Perorrubio, La Taberna de Perorrubio (latabernadeperorrubio.es) una antigua taberna transformada en un restaurante de cocina más moderna de lo que por aquí se estila.

¿CÓMO LLEGAR HASTA LAS HOCES?

Sepúlveda está a 62 kilómetros al noreste de Segovia, desde donde se va por la carretera N-110 hasta La Salceda y luego por la SG-P-2322. Desde Madrid hay 127 kilómetros y se llega por la autovía A-1, tomando la salida 109.

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¿CUÁL ES LA MEJOR ÉPOCA?

Otoño es la época ideal, cuando resplandecen los álamos, fresnos, sauces, alisos, olmos y arces que crecen a orillas del Duratón. Entre enero y julio, el acceso a las hoces está restringido y hay que solicitar permiso en la Casa del Parque.