Retomar el contacto con la naturaleza y cargar las pilas para el otoño, que empieza a asomarse por el calendario. Ese es el objetivo, y el pueblo abulense de Candeleda, en el valle del Tiétar y en la ladera sur de la sierra de Gredos, es uno de los mejores lugares para ello.
Puedes comenzar la mañana con una ruta de senderismo por las montañas de Gredos, disfrutando de la vegetación, de las vistas y de la fauna y las aves que esconde este espacio protegido. Después, refrescarte practicando piragüismo en el cercano río Tiétar y el embalse del Rosarito.
Para saciar tus inquietudes culturales, por la tarde puedes acercarte a visitar el monasterio de Yuste, a poco más de 50 kilómetros de Candeleda, o el de San Pedro de Alcántara, a menos de una hora en coche. Y al caer el sol, nada mejor que un paseo a caballo por Gredos con excursiones como las que ofrece el centro ecuestre La Peña del Toro, con sede en Candeleda.
Es en este mismo pueblo donde también se encuentra uno de los mejores alojamientos, el Nabia Hotel, un lugar donde no existe la palabra estrés en un pequeño edificio de 13 habitaciones –desde 135 €– rodeado de altas cumbres y de bosques de robles y castaños. Desde aquí, es posible realizar todas estas actividades y te facilitarán la información necesaria para que las disfrutes al máximo.
Pero si lo que prefieres es simplemente desconectar y sentir el placer de no hacer nada, el Nabia Hotel mantiene abierta su piscina durante todo el mes de septiembre, y así cerrar el verano de una forma refrescante.
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