Entrevistamos al actor Álex García, que nos lleva por los escenarios naturales de 'Gernika'

El 9 de septiembre se estrena esta película basada en uno de los episodios más conocidos de la Guerra Civil española. Dirigida por Koldo Serra y rodada principalmente en el País Vasco, Hola.com ha charlado con uno de los actores principales de este largometraje y nos ha contado cómo ha sido la experiencia y cuáles han sido los lugares donde se ha rodado que más le han impresionado.

por SERGIO SALÓN

En la película interpretas a Marco Navas, periodista de un medio de comunicación portugués, ¿cómo fue el proceso para meterte en su papel?
Lo que más me preocupaba era el acento inglés, ya que trabajamos con actores nativos, así que fue un aspecto que trabajé bastante. Además, investigué mucho sobre el Guernica, documentándome sobre cómo trabajaban los periodistas de la época y por qué tenían tanta curiosidad los enviados especiales por venir a España.

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Gran parte del rodaje ha transcurrido en el País Vasco. Tú eres canario, ¿vas mucho por allí?
Sí, en realidad con mis giras teatrales he pasado casi siempre por el País Vasco, actuando en lugares como el Palacio Euskalduna, por ejemplo. También he ido en furgoneta a sitios como Sopelana. Es una tierra que me encanta, se come muy bien, la gente es muy maja y su naturaleza es preciosa.

San Juan de Gaztelugatxe, escenario al que os llevan a visitar a los periodistas de la película, es uno de los escenarios naturales más bellos de España, ¿cómo ha sido rodar en él?
Me ha impresionado. Estuvimos unos días en la zona, subiendo y bajando esas escaleras muchas veces, así que es algo que no voy a olvidar en mucho tiempo (ríe). El paisaje merece mucho la pena, es precioso, uno de los sitios más especiales en los que he estado nunca. Coincidimos por allí con gran parte del equipo español, como María Valverde, Ingrid García Jonsson, Bárbara Goenaga… y nos lo pasamos en grande. Me queda muy buen recuerdo del lugar, además comimos realmente bien.

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Una escena cargada de tradición es la del caserío vasco de la familia de Teresa, otra de las protagonistas de la película, papel que interpreta María Valverde. ¿Qué tiene de especial un lugar así?
El caserío en el que filmamos es real, nada de atrezo, y eso hizo que nos trasladáramos totalmente a esta época. Es un sitio con mucha historia, en la película tienes momentos en los que pasas de la tranquilidad absoluta a la guerra y también los vivimos en este caserío. El bombardeo fue inesperado, por eso cuando tratas de meterte en la piel de los que lo sufrieron se te ponen los pelos de punta. También aquí coincidí con Irene Escolar, en una escena que me encantó grabar, porque bailamos y lo pasamos muy bien.

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De los lugares por los que has pasado durante el rodaje, ¿cuáles recomendarías?
Por supuesto, San Juan de Gaztelugatxe. Es un rincón salvaje y mágico del que me quedé prendado. Y también Bilbao, que es una ciudad que hay que ver. Allí dicen de broma que “el mundo es todo aquello que rodea a Bilbao”, y cuando estás en ella lo entiendes perfectamente. Ir de ‘potes’ (de cañas) por el casco antiguo es obligado, un clásico que además hicimos un día con todos los del equipo y que también me dejó muy buen recuerdo.

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¿Hasta qué punto un escenario puede influir en el estado de ánimo de los actores?
Influye mucho. Estar en un sitio tan especial y pensar cómo pudieron destrozarlo te ponía en situación, sobre todo gracias también a unos efectos especiales brutales. Pero también la propia naturaleza de Bilbao te metía en situación, con su lluvia y sus días nublados. Todo lo que está a nuestro alrededor nos afecta y lugares con una personalidad como la capital bilbaína influyen muchísimo. De hecho, los actores que venían de fuera quedaron fascinados, sobre todo con la gastronomía, ya que decían que era el rodaje en el que mejor habían comido (ríe).

¿Ellos habían estado antes en Bilbao?
No, la mayoría no. Estaban alucinando literalmente. También quedaron encantados con el Guggenheim. Yo ya había estado, pero cuando vuelves a ir en cierta manera lo redescubres. Es increíble tener en tu país un museo y una obra de arquitectura tan colosal.

La película tiene muchas alusiones al Guernica de Picasso. Después del rodaje, ¿ha cambiado tu percepción de esta obra mundialmente conocida?
Sí, por supuesto. He hecho casi una tesis sobre el cuadro (ríe). La escena de la mujer que grita en él marca mi personaje y todos los cambios que este sufre en la película parten de este momento, que según cuentan es real, donde ella grita a los aviones porque disparan a su hijo y uno de ellos gira y la mata a ella. Luego hay muchas leyendas y muchas versiones sobre por qué pintó Picasso el cuadro, si lo hizo o no pensando en Guernica, pero da igual, lo que importa es lo que ha generado, y es que nuestra historia se conozca.

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¿Qué le dirías a alguien que va a ver Gernika al cine?
Que va a ver una parte de su historia, una parte de sus raíces. Que es una de las pocas películas sobre el episodio de Guernica que se han hecho y en la que todos los que participamos en ella lo hemos hecho con el máximo respeto posible.

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Después de cada rodaje, ¿te queda tiempo para hacer algo de turismo después?
Depende cómo sea el personaje, la película… Con Gernika tuve tiempo y pude ir a la playa… Eso de ir en metro a la playa me parece increíble. Yo siempre que puedo me escapo.

¿Y para cuándo una en tu tierra, Canarias? Sabemos que tienes ganas de que se haga una producción allí.
De momento ruedo más en la península que en Canarias, pero son casualidades. De hecho, la primera película que hice fue en Tenerife, Seis puntos sobre Emma. Cuando coincida estaré encantado de volver, Canarias es uno de los lugares más bonitos del planeta y cuando me llamen allí estaré.