Buscando a Heidi en los Alpes suizos

Al hilo del estreno de la esperada película que llegará a los cines el 26 de agosto, recorremos las montañas donde la famosa niña encontró su lugar en el mundo. Una ruta temática por los escenarios de esta tierna historia que sigue siendo un canto a la amistad, la naturaleza y la libertad.

por NOELIA FERREIRO

¡Abuelito, dime tu…! Impregnada en la memoria de varias generaciones ha quedado esta banda sonora, tanto como aquel grito de Pedrooo… que después emulara Penélope Cruz al entregar el Oscar a Almodóvar. Heidi, en la versión japonesa de dibujos animados que llegó a la televisión española, arrancó sonrisas y lágrimas a aquellos niños que hoy ya peinan canas con esa agridulce historia de infancias huérfanas, ceñudos abuelos y reconfortantes montañas. Con esa indisimulada lección de que existe un lugar donde uno elige ser feliz.

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Pero también Heidi, como el chocolate, los bancos y los relojes, es un icono de Suiza reconvertido en mito cultural, una marca que representa el estereotipo de la idílica naturaleza del país del corazón de Europa. La novela (en realidad son dos) escrita por Johanna Spyri en 1880 fue traducida a más de 50 idiomas y se vendieron más de 50 millones de copias por todos los rincones del mundo.

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Ahora las aventuras de esta chiquilla asilvestrada y también rebelde a su manera irrumpen en la gran pantalla a partir del 26 de agosto. Con actores de carne y hueso. Con los escenarios reales de los Alpes suizos. La película Heidi, dirigida por Alain Gsponer, es una fiel adaptación del libro que ha sido rodada en Los Grisones, donde la autora halló su inspiración.

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Porque estas montañas de la región Bergün Filisur, en el mismo corazón del Parque Ela, el mayor del país, encarnan las ansias de libertad de Heidi, interpretada por la dulce Anuk Steffen. Aquí descubre que un montón de paja puede ser una cama perfecta, que la leche recién ordeñada tiene un sabor más rico y que la primavera discurre más divertida si es entre las cabras de su amigo Pedro. Y también aquí conquista el cariño de su huraño abuelo, el viejo de los Alpes, a quien da vida Bruno Ganz, que fue el mismísimo Adolf Hitler en el filme El Hundimiento.

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Estos bucólicos parajes, que después dispararían su nostalgia cuando se vio confinada en Frankfurt al amparo de la estricta Rottenmeier, conforman hoy una ruta temática. El Heidi Trail o Sendero de Heidi es un recorrido señalizado en el que, a través de paneles explicativos, se va desgranando la historia, la producción de la película, los matices que ocultan estas cumbres moteadas de aldeas alpinas.

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Bergün, a 1.400 metros de altitud y al pie de puerto de montaña Albulapass, es la puerta de entrada a este rincón. Un pueblo de tradición pastelera (esa deliciosa tarta de nueces…) donde las casas exhiben la típica arquitectura de la Engadina: frescos, voladizos y sgraffiti, una técnica de decoración que reviste las fachadas con un cierto aire de cuento. Muy cerca descansa Latsch, que ya sirvió como set de rodaje para otra película sobre Heidi filmada en los años 50. Entonces era en blanco y negro y la trama, adaptada a los tiempos, acusaba el influjo de la posguerra.

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La cinta que llega ahora también sitúa en el marco de Latsch algunas de sus escenas. Es aquí donde Heidi baja con su abuelo a vender el queso elaborado con sus propias manos. Y donde halla la hostilidad de los vecinos, alarmados por su ausencia de reglas. Por eso en esta pintoresca aldea, que conserva la pátina de aquellos tiempos de aislamiento por las inclemencias del clima, da comienzo el Heidi Trail.

Aguardan unas tres horas de caminata por unos paisajes inolvidables, allí donde la niña de los Alpes corretea libre de constricciones, donde la frágil Clara descubre que puede caminar sin su silla de ruedas. Un trayecto que serpentea bajo las montañas a través de bosques y prados inmensos donde entregarse a un picnic y una siesta. Al final, ya en Falein, se divisa la cabaña del viejo. Tan rústica, tan modesta, tan salvaje, es sin embargo el único lugar donde Heidi se siente fuera de una jaula.

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MUY PRÁCTICO

Para llegar a Bergün, la región de Heidi, se puede volar a Zurich con Swiss (swiss.com) y, una vez allí, continuar en tren hacia el destino en apenas un par de horas. Con la Swiss Travel Pass se puede disfrutar de todo el transporte público de Suiza (tren, bus y barco), incluidas algunas rutas panorámicas.

Kurhaus Bergün (kurhausberguen.ch) es un hotel ideal para explorar la zona, emplazado en un bello edificio art decò y con un creativo restaurante donde sirven platos de montaña.

La región está equipada con una amplia red de trenes y autobuses para acceder a las rutas de montaña. Para emprender el Heidi Trail hay que tomar un autobús en Bergün hasta el punto de arranque del sendero.

Más información en Turismo de Suiza (myswitzerland.com)