Una ruta muy original por Valencia: seguir los pasos de la seda
Una forma diferente de descubrir esta ciudad mediterránea es seguir las pistas del oficio que le dio sus años más gloriosos. Especialmente ahora que abre sus puertas el Colegio del Arte Mayor de la Seda con un ambicioso lavado de cara, y que la capital del Turia ha pasado a ser reconocida como uno de los focos de la legendaria ruta que tendió para siempre el vínculo entre Oriente y Occidente.
Poco se sabe de ello, pero la Ruta de la Seda, esa mítica vía que extendió sus hilos desde China hasta el Mediterráneo para acercar el exotismo de Oriente, dejó también su huella en Valencia, donde este delicado tejido alumbró una próspera industria. Ahora la Unesco, empeñada en revitalizar este viaje a través de montañas nevadas y desiertos calcinantes, ha rescatado este episodio universal para ensalzar su valor. Y en este contexto, la ciudad del Turia ha sido designada ‘capital de la seda’ y es ya un punto focal de la ruta que marcó uno de los grandes logros de la civilización.
A la expansión del Islam, allá por el siglo VIII, se debe la actividad sedera en esta ciudad, cuando los árabes introdujeron los primeros gusanos, dibujando con ello un singular paisaje: sin la famosa huerta valenciana, los campos fueron entonces grandes extensiones de moreras. Después, en el propio centro se manufacturaba el tejido, dando así origen a un gremio poderoso que vivió su máximo esplendor hasta el fin del siglo XVIII.
UNA JOYA RESTAURADA
Fue la época dorada del Velluters o barrio de los terciopeleros, cuando en sus calles se contaban miles de talleres textiles. Y cuando nació también el Colegio del Arte Mayor de la Seda (espaiseda.es), cuyo título le fue otorgado por el mismo Carlos II. Hoy esta magna institución pervive en la calle Hospital, donde fue fundada en 1686. Y el 20 de junio de 2016, después de una restauración integral, abre sus puertas con toda su riqueza patrimonial.
Es momento de descubrir esta joya valenciana declarada Monumento Histórico Artístico. Porque su visita no solo supone un auténtico viaje al pasado sino también la admiración de sus dos grandes hitos: el archivo histórico gremial más importante de Europa y el Salón de la Fama, que contiene un pavimento cerámico de 92 m2, con 2.117 piezas de un valor incalculable.
Con su grandeza barroca completamente recuperada, el Colegio del Arte Mayor de la Seda recoge el universo del tejido en un recorrido fabuloso: desde una sala con la crianza de los gusanos hasta maquinaria antigua y libros históricos del gremio, pasando por una ambiciosa exposición que permite conocer este arte a través de telares, bocetos, espolines y prendas litúrgicas.
LA SEDA EN LOS VESTIDOS DE FALLERA
En el siglo XIX, la enfermedad de la pebrina acabó con esta industria que había sido un motor económico. Valencia perdió sus moreras y comenzó a cultivar naranjos. Pero ¿qué queda hoy de esta historia? Mucho y con gran proyección. Porque el trabajo de la seda sigue vivo gracias al arte de las Fallas. La famosa indumentaria regional tiene en este material uno de sus grandes aliados. No en vano hacen falta unos 30.000 capullos de gusano de seda para confeccionar un traje de fallera.
Basta un paseo por el centro histórico para toparse de pronto con la estela de esta tradición. Talleres como el de Victoria Liceras (Avellanas, 22), o Amparo Fabra (Maestro Gozalbo, 14) siguen confeccionando estos vestidos desde hace más de cien años, con diseños que exhiben la mayor pureza. Un trabajo manual que convierte al traje de fallera en toda una pieza de museo por la que pueden llegar a pagarse hasta 24.000 €.
LA LONJA Y EL MISTERIO DEL PECADO
Pero hay otro emblema en Valencia que hace honor a este arte: la Lonja de la Seda (De la Llotja, 2), de la que se cumplen 20 años desde su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Un tesoro de la arquitectura civil, de deslumbrante estilo gótico, que cuenta además con una particularidad: la insólita colección de gárgolas con lascivos mensajes sobre el pecado, para enseñar a la gente iletrada lo que nunca se debía hacer.
Visita ineludible en la ciudad, esta suerte de ‘catedral del comercio’ completa la ruta tras los pasos de la seda. Queda, claro, la Valencia de siempre. La del animado barrio del Carmen con su sabor histórico, la de la futurista Ciudad de las Artes y las Ciencias, la de sus interesantes museos como el IVAM o el de Bellas Artes o la del reconvertido barrio de Ruzafa, el más chic y bohemio, plagado de locales de moda y galerías de arte. Por no hablar del parque natural de la Albufera y las largas playas de arena que hierven ya con el buen tiempo…
MUY PRÁCTICO
Cómo llegar La opción más cómoda para llegar a Valencia es el AVE, que conecta el centro de la ciudad con Madrid en menos de dos horas.
Dónde dormir Dos opciones de alojamiento son el exclusivo hotel Las Arenas Balneario Resort (hotelvalencialasarenas.com), en primera línea de la playa, y el Westin Valencia (westinvalencia.com), en un impresionante edificio modernista del siglo XIX, a un paso del casco histórico.
Dónde comer Buenos restaurantes son: El Poblet (elpobletrestaurante.com), RiFF (restaurante-riff.com), Vertical (restaurantevertical.com), Ricard Camarena Restaurant (ricardcamarenarestaurant.com), Seu Xerea (seuxerea.com), Habitual (habitual.es), Askua (askuarestaurante.com) o Saiti (saiti.es). Más información Turismo de la Ciudad de Valencia (turisvalencia.es)