Una ruta en coche por la Alpujarra almeriense, para tu próxima escapada

Desde el bonito pueblo de Laujar de Andarax hilvanamos un recorrido por esta comarca llena de alicientes naturales y a espaldas del Parque Nacional de Sierra Nevada. Con buen tiempo y el agua como protagonista, pinta como una excursión perfecta para que descubras en un fin de semana otra cara de Almería.

por hola.com

En Almería no valen no valen los tópicos. La provincia no es solo desierto. Y Laujar de Andarax, la capital de la Alpujarra almeriense, está para demostrarlo. Y es que en esta fértil localidad todo trasluce agua. El río Andarax, que se alimenta de saltos, arroyos y rápidos, parte en dos un término donde crecen olivares, parras y una nutrida huerta.

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Laujar de Andarax está a casi mil metros de altura. A sus espaldas se encuentra el Parque Nacional de Sierra Nevada, del que ejerce de puerta de entrada, y, justo enfrente, la serranía de Gádor, el último obstáculo antes de dejarse caer hasta el Mediterráneo.

Además de disfrutar de esta abrupta naturaleza que le regala idílicos parajes, como el área recreativa El Nacimiento, en Laujar hay que recorrer su casco urbano, estrecho y alargado, especialmente sus barrios de la Alcazaba y del Calvario, con sus callejas empinadas y plazuelas abiertas al sol del mediodía, sus casas señoriales, su iglesia de la Encarnación y sus ‘pilares’, esas históricas y artísticas fuentes que son todo un alarde de buen gusto, especialmente la de los Cuatro Caños, y tan características del lugar.

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EL PUERTO DE LA RAGUA
Después de visitar el Centro de Visitantes de Laujar, en la carretera a Alcolea, se abren dos posibilidades, nada incompatibles entre sí: ascender por el oeste hacia el puerto de la Ragua para caer sobre la vertiente septentrional de Sierra Nevada, o enlazar, por el este, los pueblos y las vegas que riega un río Andarax casi recién nacido. De camino al Puerto de la Ragua, que divide las provincias de Almería y Granada, se advierte la riqueza agrícola de esta comarca, donde crece una variedad de uva llamada ohanes, muy apreciada, y que da origen a unos vinos recios que han cobrado fama.

PATERNA Y BAYÁRCAL
Así se llega a Paterna y Bayárcal, pueblos que resumen como pocos la esencia arquitectónica y cultural de la Alpujarra. Bayárcal es un pueblo blanco, de calles y casas que se acomodan a la fisionomía de la montaña y casas, pero también de centenarios caminos que conducen hasta parajes de insólita belleza, algunos de los cuales discurren por el río Bayárcal, rico en pesca.

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EL ALTO ANDARAX
Si se viaja desde Laujar hacia el este, el camino por la Alpujarra almeriense hilvana un buen puñado de pintorescas poblaciones de aspecto sencillo pero que a veces oculta el verdadero papel que tuvieron en la historia, ya que en ellos acontecieron algunas de las batallas más duras de la segunda rebelión morisca: Fuente Victoria –en cuyo palacio se refugió Boabdil, último rey de Al-Andalus, cuando perdió su reino ante los cristianos–, Fondón –con su casa-palacio de los Godoya–, Beires –con su castillo musulmán– o Canjáyar y, especialmente, el bonito Canjáyar, donde a caballo entre sierra Nevada y Gádor, sorprenden casas señoriales, blasones o los bellos artesonados de algunas de sus iglesias, mezclados en un paisaje montañoso perfilado, también, por la presencia de viñedos y buenos miradores.

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Antes de llegar habría que acercarse a conocer los Canales de Padules, unas perfectas pozas naturales en una garganta que surge en la roca formada por la erosión del río Andarax donde pasar un día en pleno contacto con la naturaleza. Y, más allá, Alhama de Almería, con su balneario de San Nicolás y su casco urbano de pasado árabe, además de restos de su fortaleza nazarí. Un fin de ruta perfecto para esta escapada por la Alpujarra almeriense.

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MUY PRÁCTICO

DÓNDE
El punto de partida de la ruta es Laujar de Andarax, a 80 kilómetros de Almería.

PARA DORMIR
En Laujar de Andarax, en la Villa Turística de Laujar, un complejo en una finca de 50.000 m2 con 31 villas de arquitectura tradicional y un edificio principal con bar y restaurante especializado en cocina de la zona.

PARA COMER
En La Fabriquilla (restauranteenlaalpujarra.es), una antigua fábrica de electricidad de principios del siglo XX en el entorno del nacimiento del río Andarax, con una amplia carta en la que predominan las carnes a la brasa, los embutidos típicos del valle y especialidades como la olla de trigo con su pringá, las migas con tropezones o el plato alpujarreño. También buena opción es Patio Andaluz, en la Plaza Mayor de Laujar, o La Ruta de L'Alpujarra, ambos de cocina tradicional.

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